Los jóvenes de San Nicolás de Avilés, tras las huellas de San Juan Pablo II

Publicado el 21/07/2023
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Los jóvenes de San Nicolás de Avilés, tras las huellas de San Juan Pablo II

A finales de este mes de julio un grupo de cincuenta jóvenes de la parroquia de San Nicolás de Bari de Avilés, junto con el párroco y catequistas, comenzará su peregrinación a Polonia para conocer los lugares más significativos de la vida de San Juan Pablo II. Un viaje tiene muy presente lo mucho que el mensaje del Papa marcó a la juventud de la parroquia. Una de las personas que acudirá es Cristina Blanco, feligresa y colaboradora de la parroquia, además de profesora del colegio.

¿Qué crees que aporta el mensaje de San Juan Pablo II a los jóvenes?

Les aporta frescura, alegría, cercanía. Su mensaje expresa  lo que es el cristianismo y lo que ha de ser un buen cristiano sin ser un muermo o una persona que sea excesivamente seria. Como decía San Juan Pablo si estás entre los jóvenes y trabajas con ellos obligatoriamente tienes que ser joven, y lo hacía cuando era ese abuelo de los últimos años. Por eso siempre los animaba a que no tuviesen miedo y luchasen y viviesen la vida a contracorriente: sigue tu vida, no te avergüences de ello, disfrútalo y vívelo, y en la medida que lo vayas haciendo irá aumentando tu madurez y verás que esto es bueno, que te da un beneficio personal importante. Yo misma me sentí muy identificada con sus mensajes a los jóvenes, aunque yo no lo era tanto entonces porque ya estaba en la edad del cristiano maduro, pero sí que en muchas ocasiones me he sentido salmón. Y es que el mensaje de Juan Pablo II para los jóvenes, y para los no tan jóvenes, es el motor que nos mueve a que el Evangelio, como decía Jesús, hay que hacerlo acción, ¡manos a la obra!

Y en vuestro caso, una de esas acciones es esta peregrinación, ¿cómo se vive desde dentro?

Ya llevamos más de quince años haciéndolas, aunque antes eran peregrinaciones por España. Cuando comenzamos a hacerlas internacionales nos organizamos muy bien porque hacemos equipos de trabajo y todos aportamos y trabajamos: unos en maletas, otros en cocinas, otros en albergues, otros en animación en el bus, otros en las catequesis que tenemos a lo largo del viaje. Todo en definitiva es  compartir en familia y transmitir una vivencia que hace que los chavales vuelvan todos muy ilusionados, pensando ya en la siguiente actividad, y la mayor parte de ellos, quien no lo es ya porque muchos son catequistas, se quieren quedar en la parroquia colaborando. El caso es que se nos vayan, que consideren la parroquia como una familia.

A ti personalmente San Juan Pablo II te marcó de manera muy particular.

El pontificado de Juan Pablo II lo conocí en la etapa madura de mi ser cristiano, eso te hace reflexionar más y darte cuenta de muchas cosas. Por ejemplo teníamos muchos puntos en común desde la infancia cuando él quedó siendo niño sin madre y se agarró a la Virgen. Me sentí muy identificada porque pasé por lo mismo. Me llegaban también mucho todos los mensajes que expresaba en las jornadas mundiales de la juventud a la que asistíamos y me marcó especialmente Roma en el año 2000. El ambiente en la vigilia ya como te revolvía algo y los jóvenes que estaban conmigo también lo sentían, yo veía que no era una vivencia solo mía. Al día siguiente estábamos todos en la Vía della Conciliazione porque no podías acercarte más debido a la enorme cantidad de gente que éramos. Al pasar él en el papamóvil, porque además era el jeep descapotable que era más cercano que el que luego usaba por seguridad, tú saludabas a alguien como lejano que no vas a ver bien, pero en ese momento el Papa se volvió hacia la zona en la que estábamos y según nos miraba a todos los que estábamos allí, yo sentí realmente su mirada de cercanía. En 2007 tuve un problema de salud, me detectaron un cáncer que no daban muchos euros por mí y yo me aferré a él, a su fuerza de polaco y de luchador desde pequeño. Y debió de dirigir Dios por medio de las manos de los dos cirujanos que lucharon por mí y a día de hoy estoy aquí todavía. A mí me dio mucha energía, mucha fuerza. Y mientras pueda aportar ese mensaje de fuerza, de alegría, de que ser cristiano vale y de que eres joven, cristiano, que estás haciendo las cosas bien, y que pensando en los demás logras que tu gotina, como decía la madre Teresa, haga un tsunami con el que podemos cambiar cosas.

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