El pasado fin de semana tuvo lugar en Madrid el cierre del Congreso «La Iglesia en la educación, presencia y compromiso», organizado por la Conferencia Episcopal Española, en el que estuvo presente una representación de la diócesis entre los que se encontraba la Delegación Episcopal de Enseñanza y su delegado, Miguel Ángel Solís. El encuentro en Madrid fue la conclusión a unos trabajos que habían comenzado el 2 de octubre en Barcelona en la que se desarrollaron, de manera online, nueve paneles que englobaban los distintos campos en los que la Iglesia está presente en la educación: colegios, profesorado de Religión, profesorado cristiano, centros de educación especial, centro de formación profesional, universidades y centros universitarios, colegios mayores y residencias universitarias, educación no formal, voluntariado y tiempo libre, y parroquia familia y escuela. «Se pretendía potenciar la participación y reflexión conjunta de toda la comunidad educativa.
A partir de los estos paneles se presentaron diversas experiencias desde distintas sedes y luego, de forma online, quienes quisieran participar podían aportar las reflexiones que considerasen desde el ámbito educativo en el que cada uno realiza su labor. Esto es un enriquecimiento para todos, se trata de poner en valor la actividad educativa de la Iglesia en nuestra sociedad, que es un servicio que se le ofrece y que viene ofreciendo desde siempre», explica Miguel Ángel. En este sentido, en esta fase previa la diócesis estuvo también representada con los campamentos que organiza la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga de Oviedo. Su párroco, José Ramón Castañón, fue el encargado este proyecto dentro del campo de la evangelización en el tiempo libre.
El congreso dio comienzo con las palabras del Papa Francisco que quiso estar de algún modo presente a través de una carta expresamente escrita y dirigida a todos los participantes en el que destacó el compromiso y las preocupaciones de la Iglesia en el ámbito educativo. «En las palabras que el Papa nos dedicó nos decía que la misión educativa tiene una urgencia particular que es poner en el centro a la persona, que lo propio de la educación católica es la verdadera humanización que brota de la fe y que genera cultura y esto es algo que no lo podemos solos sino que tiene que ser coral y en ese sentido nos invitaba a caminar juntos. El tema educativo es una preocupación de la Iglesia y también una urgencia, por eso la importancia de esta iniciativa del Papa Francisco del pacto educativo global», indica el Delegado de Enseñanza.
Las palabras del Santo Padre y del Cardenal Omeya, presidente de la Conferencia Episcopal, fueron la antesala de la jornada de trabajo que se organizó a partir de diferentes ponencias a cargo de perfiles muy variados como desde obispos, consagrados en comunidades religiosas, directores de centros, especialistas de organismos educativos y de formación, miembros de movimientos de la Iglesia… con la intención de poder verdaderamente poner sobre la mesa los muy distintos profesionales que están implicados en el ámbito educativo dentro de la Iglesia. Tras estas charlas, el congreso ponía el foco en la participación de los presentes que podían compartir, al igual que en la fase previa, todas las experiencias, inquietudes o aportaciones que considerasen de interés. Una forma de organizar el congreso que permitió conocer realidades muy diversas que en ocasiones se producen hasta en la misma Comunidad Autónoma «te puedes encontrar con personas que están dedicadas a los más pobres de entre los pobres hasta quienes ejercen su labor en el ámbito universitario, al tiempo libre… es una amplitud muy considerable que además es muy enriquecedora», afirma Miguel Ángel, algo que también se extiende a los propios participantes desde un punto de vista más personal, «es muy importante porque es una retroalimentación. Muchas veces entre quienes nos dedicamos al ámbito educativo se sufre un cierto cansancio incluso también el ámbito social no están bien valorados, sufren un cierto desprestigio. En ese sentido, encontrarnos y compartir experiencias te permite siempre coger distintas experiencias y animarte a realizarlas cambiando ciertos matices, esto es muy positivo».
Este encuentro en Madrid muestra también el papel relevante que la Iglesia ha tenido y tiene en la educación con numerosos profesionales, centros, universidades, tiempo libre… un innumerable listado de proyectos y de personas implicadas. En ese sentido, Miguel Ángel resalta la ponencia de Consuelo Flecha, catedrática emérita de Historia de la Educación de la Universidad de Sevilla, «ponía de relieve la presencia de la Iglesia a lo largo de la historia en el ámbito educativo. Recordó que las instituciones eclesiales articularon una cultura escolar que estaba destinada a la alfabetización y también siempre con un gran peso en la nacimiento de las universidades. Es decir, que siempre ha estado presente pensado en los más desfavorecidos, pero luego también en ese inicio de la especialización que forma a aquellos que van a ser importantes en el ámbito social. Y comentaba que a pesar de las diversas etapas que se han vivido, muy diferentes desde el punto de vista sociopolítico, nunca ha faltado la presencia de la iglesia en la educación».
