«Una experiencia enriquecedora y que ayuda a visibilizar la gran labor de la Iglesia en la educación»

Publicado el 06/10/2023
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«Una experiencia enriquecedora y que ayuda a visibilizar la gran labor de la Iglesia en la educación»

Este pasado lunes daba comienzo el Congreso Nacional «La Iglesia en la Educación», que se desarrollará, en una primera parte, a lo largo de todo este mes de octubre, con ponencias en streaming los lunes y miércoles de 17,30 h a 19 h. Con cada intervención se pretende, según la organización del congreso, «difundir algunos proyectos educativos que tiene en marcha la Iglesia, tanto a nivel personal como institucional», y todo ello, organizado a través de paneles especializados, donde un grupo de personas comparte sus experiencias concretas. Además, al finalizar, es posible aportar y compartir vivencias y reflexiones por parte de las personas que estén al otro lado de la pantalla.

Así, el primer día, 2 de octubre, desde Barcelona, intervino, entre otros, el sacerdote diocesano d. José Ramón Castañón, párroco de Nuestra Señora de Covadonga (Oviedo). Él ha sido la aportación diocesana a este Congreso Nacional, que tendrá, por cierto, una segunda parte, el 24 de febrero en Madrid, donde se presentará una síntesis de los trabajos generados en cada uno de los nueve ámbitos presentados a lo largo de este mes de octubre.

Su intervención giró en torno a la Evangelización en el tiempo libre, y se concretó principalmente en el Campamento de Verano que organiza su parroquia todos los años, en Valdelugueros (León). Para el párroco de Nuestra Señora de Covadonga, «participar en este congreso ha sido una experiencia, primero sorprendente, porque nunca esperaba que fueran a contar conmigo, pero sobre todo muy enriquecedora, alucinante, porque he descubierto muchos aspectos y campos que no pensaba yo que iba a conocer». Él coincidió con nueve experiencias de las 78 que, en total, se presentarán a lo largo del mes de octubre, y afirma que se trata de un encuentro «totalmente enriquecedor y sobre todo, que ayuda a visibilizar la ingente tarea de la Iglesia, de la que no se habla».

Tras la propuesta de Laura Camacho, del Grupo Scout de la diócesis de Ciudad Real, presentado por Carmen Ramírez, Directora Adjunta del Departamento de Prensa de la Conferencia Episcopal Española, el sacerdote asturiano habló sobre «Educar en el tiempo libre, una pastoral total», poniendo como ejemplo principalmente el campamento, una «actividad especial que supone un regalo para más de 150 jóvenes, adolescentes y niños que participan cada año. Al final –destaca– todos dicen lo mismo, y es que les cambia su manera de ver la vida, porque no solo es una experiencia intensa de convivencia, de naturaleza, de juego, de diversión, de vacaciones, sino también –y lo digo con el corazón– una experiencia de Evangelio y de parroquia. Al final, todos se sienten parte y se identifican con la comunidad parroquial, porque sienten que han recibido algo muy importante, algo que cambia su vida, como son los valores, las riquezas, los principios que están en el Evangelio».

Sin embargo, el campamento no se ajusta solo a los días de verano, sino que es un trabajo de todo el año. «El campamento es continuidad del trabajo parroquial –explica d. José Ramón Castañón–. Todo el trabajo que llevamos a cabo durante el curso en los distintos grupos y catequesis, se traslada al campamento. Siempre tenemos unos objetivos, unos valores, y eso es lo que, de manera diferente, pero muy intensa, se ve en el campamento. Para poder llevar bien un campamento tiene que haber un grupo de 20 ó 30 personas, entre jóvenes, monitores y más gente, que trabaje todo el año para descubrir y pensar cómo vamos a hacer para concretar eso en las actividades del verano».

Evangelizar en el tiempo libre de los jóvenes supone un reto de mucha mayor importancia de la que podría suponer. En un mundo superado por las redes sociales, las plataformas de televisión y otro tipo de divertimentos del estilo, llegar a introducirse y ser realmente una propuesta atractiva a todo eso no es fácil. En el campamento de Nuestra Señora de Covadonga lo tienen claro: «Allí les desconectamos totalmente de las tecnologías –afirma su párroco–. Allí no hay teléfonos, ni videojuegos, ni historias, sino solo hay convivencia, amistad, diálogo, estar juntos. Así, primero rompemos con un mundo que creemos que les está haciendo mucho daño, pero también es una aportación importantísima para que aprendan a relacionarse, a vivir y a pensar por sí mismos, desde la amistad, desde el encuentro y la autosuperación. Creo que en el campamento se pueden vivir un montón de valores que en la calle y en la realidad cotidiana ya no se viven».

Así, cualquier momento es un buen momento para evangelizar. «La fe tiene varios mecanismos, y uno de ellos es el testimonial, evidentemente. Todos los adultos que estamos allí somos gente de parroquia. Y también después, nuestras propias aportaciones: tenemos varios momentos de oración, momentos de profundizar, y las estructuras de los juegos que proponemos están pensados para hacer referencia a los contenidos catequéticos que estamos trabajando. Creo que la presencia de los monitores jóvenes también es muy importante, porque a lo mejor yo no puedo llegar tan fácilmente a los jóvenes, pero ellos sí».

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