Semana Santa en Gijón: «Las cofradías son una importante forma de participación y de compromiso con la fe»

Publicado el 22/03/2024
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Semana Santa en Gijón: «Las cofradías son una importante forma de participación y de compromiso con la fe»

Hablar de Semana Santa en Gijón es pensar en la iglesia de San Pedro y en sus calles aledañas, no en vano es la parroquia más antigua de la villa y sede de las cuatro cofradías que hasta el momento existen. Fueron los propios cofrades los que decidieron revivir sus tradiciones, tras más de 25 años sin salir a la calle, desde el año 73 hasta el 97. Y con ello, la religiosidad popular volvió a las calles de Gijón, y desde entonces no ha parado de crecer, últimamente con especial interés por parte de los más jóvenes, y con el semillero de la joven Cofradía del Niño del Remedio, pensada por y para los más pequeños.

Javier Gómez Cuesta, párroco de San Pedro de Gijón

«Creo que va en aumento, no solo en fervor, sino también en belleza, que también es importante cuando hablamos de los pasos de Semana Santa», explica el párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta. «El arte acerca a Dios, lo vemos en pasos de Semana Santa tan antiguos como los de Andalucía o Castilla, que son una maravilla, y en el caso de la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor es algo especialmente importante». Por eso considera que «los pasos gijoneses van en esa línea. Naturalmente los recursos de las cofradías son limitados», afirma, por lo que «haría una llamada a toda la feligresía y a toda la ciudad de Gijón, porque es un acontecimiento que expresa el alma de una ciudad, al tiempo que causa admiración y da gusto verlo».

Las cuatro cofradías de la ciudad de Gijón, –Cofradía de la Santa Vera Cruz, Cofradía del Santo Sepulcro, Hermandad de la Santa Misericordia y Cofradía del Santo Niño del Remedio– están organizadas en una Junta que las sintoniza a todas, siendo la más reciente la del Niño del Remedio, creada por el propio párroco de San Pedro para involucrar a los más pequeños en vivencia de la Semana Santa. «Creo que es fundamental sembrar la semilla de la fe en las generaciones jóvenes, porque la fe se mama. De hecho, las familias deberían de ser el primer santuario de la fe, porque lo que se vive en casa no se olvida nunca», afirma Gómez Cuesta. Para él las cofradías son «una forma de participación activa en una asociación que tiene actos de oración, de formación y también de solidaridad. A ellas se van sumando jóvenes, lo cual es importante, y todos ellos han de formarse y tener actos de oración y de piedad que les den cimientos y fortaleza, porque hay una crisis religiosa en Europa que se palpa, por lo que este es el momento de recibir una formación que le dé fuste a la fe que se profesa. Y por otro lado, fundamental, como dice el Papa, ser Hospital de Campaña, Iglesia en salida, porque sobre todo las cofradías deben de poner el acento en la solidaridad, la caridad y la ayuda al prójimo. No deben de vivir solo la Semana Santa, sino que deben expresar en Semana Santa lo que viven todo el año, especialmente en este momento fundamental de la fe como es la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor».

Para el párroco de San Pedro sería imposible elegir algún momento especialmente emotivo de la Semana Santa de Gijón, porque son muchos los momentos únicos y especiales. «El viacrucis del Jueves Santo, por ejemplo, con el Cristo de Francisco de Macías que tenemos, para mí es realmente impactante salir con él a la calle; pero el Viernes Santo es quizá la procesión más complicada de todas y la que más pasos lleva, y también tengo especial cariño a una que le gusta mucho a la gente de Gijón de siempre, como es la de la Soledad, que sale el sábado muy temprano por la mañana desde la Iglesia de San Pedro, hasta su capilla. Acompañar a la Soledad en la mañana, cuando no hay casi nadie por las calles, rezando al Rosario, hasta aquella antiquísima capilla es precioso, y me impresiona siempre la sinceridad y la expresión de devoción popular de la gente que participa». Por ello, el sacerdote reconoce que «la Semana Santa debería de ser para los cristianos un momento importante de compromiso y de manifestación de nuestra fe, y tenemos que tenerlo clavado en el corazón: es la semana más importante, donde expresamos lo más profundo y esencial de nuestra fe».

 

 

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