Esta pasado jueves, 10 de septiembre, Cáritas Asturias, con la presencia del Arzobispo Mons. Jesús Sanz, ha reunido a sus coordinadores arciprestales y delegados para analizar la situación en la que se encuentran las Cáritas parroquiales ante las dificultades que la pandemia ha provocado en la acogida presencial. Cuando comenzó el estado de alarma y la crisis sanitaria, este tipo de contacto quedó muy mermado para evitar así riesgos tanto para los voluntarios como para quienes acudían a solicitar ayuda. La atención pasó a ser principalmente telefónica, aunque manteniendo, con todas las medidas de seguridad necesarias, la acogida presencial en las primeras valoraciones. Ahora quiere retomarse esa forma de ayuda que caracteriza a Cáritas, y especialmente a las parroquiales, ya que la labor que desde ellas se hacen no se limita simplemente a cubrir una carencia sino que acompañan, evangelizan y están cerca de cada una de las persona que acuden de un modo integral y personal.
En este sentido los retos que se plantean son principalmente la manera de retomar la acogida presencial, que se dificulta en muchas ocasiones por las circunstancias de los voluntarios que, bien por edad o situación de salud, deben ser especialmente cuidadosos en este tipo de encuentros, lo que implica en ocasiones que deban dejar estas funciones y ocuparse de otras tareas dentro de su voluntariado. En ese sentido Cáritas precisa de más voluntarios que puedan llevar a cabo esta labor y, por otra parte, también reestructurar su sistema organizativo de citas, salas de espera, para que pueda recibirse a las personas en el entorno más seguro. Por otra parte, se ha observado cómo el medio rural con la cercanía y el conocimiento entre las personas está logrando mantener de un modo más estable esta actividad, mientras que en las ciudades el riesgo y la sensación de verse expuestos es mayor. De igual se ha observado que las necesidades han cambiado ya que el panorama que la pandemia está dejando ha provocado nuevas dificultades y carencias que van más allá de las básicas, además de nuevos perfiles que precisan ayuda. Es destacable además la colaboración que se ha logrado con la mayoría de ayuntamientos y trabajadores sociales para paliar entre todos las consecuencias de la crisis sanitaria.
Estas reuniones son el punto de partida para formular unos criterios generales, formular ideas y propuestas que luego se lleven a la práctica en las diferentes Cáritas parroquiales, cuya labor se ha comprobado imprescindible y siempre adaptada a las circunstancias y necesidades de cada momento.
