Pintura al óleo de 102,3 x 73,3 cm, en la que se representa a San José, serena y apaciblemente dormido, sobre un estrado ubicado en un taller de carpintería, rodeado de vigas de madera y utensilios de carpintería, mientras es visitado por un Ángel.
La escena está inspirada en el Evangelio de San Mateo, donde se dice que San José tuvo la experiencia de recibir diferentes mensajes de Dios a través de un Ángel. Aunque dormido, San José sostiene en su mano uno de sus atributos iconográficos: el bastón con una vara de azucenas, que alude a la narración del Profeta Isaías sobre el tronco de Jesé.
La pintura es de muy buena factura, con una cuidada composición que busca la tridimensionalidad y profundidad, a través de la perspectiva lineal del pavimento y la apertura de un vano que asoma al paisaje. La paleta cromática es rica, con vívidos colores azules, ocre y rojos. Cronológicamente es atribuible a mediados del siglo XVIII, en la tradición de la escuela castellana.
El lienzo presentaba un notable oscurecimiento de la pintura, así como marcas superficiales de escorrentía que habían afectado el barniz. Se procedió a una limpieza integral y a realizar reintegraciones cromáticas muy puntuales, lo que permitió recuperar el colorido original de la obra y sacar a luz detalles antes apenas visibles.
El cuadro se conserva en la sacristía de la iglesia de San Juan de Priorio, en la localidad de Las Caldas, y ha sido recientemente restaurado por la parroquia.
