«Los retos de la Vicaría de Gijón-Oriente son los mismos que los de toda la diócesis»

Publicado el 07/05/2021
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«Los retos de la Vicaría de Gijón-Oriente son los mismos que los de toda la diócesis»

 

Entrevista al nuevo Vicario Episcopal de Gijón-Oriente, José Ángel Pravos Martín, párroco de San Miguel de Pumarín (Gijón)

 

¿Cuál es la responsabilidad de un Vicario episcopal?

Pues como dice la propia palabra, “hace las veces de”. Y en este caso concreto es el obispo el que define las funciones. En nuestra diócesis consiste en aconsejar al obispo, como equipo de gobierno. Por mi parte, además, consiste en escuchar a los fieles y a los sacerdotes de los diferentes arciprestazgos, y poner encima de la mesa del Consejo Episcopal sus inquietudes, problemas y necesidades. 

Actualmente es párroco de San Miguel de Pumarín, en Gijón, pero durante muchos años ha permanecido al frente de parroquias rurales. ¿Qué diferencias observa? 

Llevo tres años en este barrio de Gijón, y es la primera vez que me encuentro en un barrio urbano, además con un colegio. La diferencia principal entre el mundo rural de cuando empecé, hace cuarenta y dos años, al de ahora, es de todos conocido: la despoblación. Esa generación de fieles cristianos que celebraban su fe, que iban a las parroquias, a las capillas, está en decadencia y en una disminución alarmante  en muchos casos, y sin relevo generacional: ni para el campo, ni para los pueblos, ni para la propia Iglesia. 

Aunque geográficamente el sacerdote se haga cargo de extensiones mayores, lo cierto es que casi no hay gente en los pueblos, cuánto más para ir a la iglesia. La situación anímica del sacerdote entiendo que puede ser en muchos casos de desconsuelo y de desánimo. Y nos vemos en la situación de tener que acompañar, animar y alentar a los sacerdotes en esta tarea difícil de transición de muchos pueblos, que están quedando despoblados, aunque al mismo tiempo la Iglesia tenga que tener su presencia allí. 

¿Qué retos tiene por delante la Vicaría de Gijón-Oriente?

Los mismos que toda la diócesis. ¿Cómo anunciar el Evangelio hoy? ¿Cómo transmitir la fe? En ciudades, en villas, en este mundo despoblado; con qué gente podemos contar, qué papel pueden jugar los laicos, el tema de la reorganización pastoral, la redistribución del clero… son retos que implican a toda la diócesis. Afectan de manera distinta a toda la ciudad, a una villa y a un pueblo.

Uno de los temas que más se han trabajado en este curso en Gijón ha sido el de la reorganización por Unidades Pastorales. ¿Cómo lo ve?

Efectivamente, lo hemos trabajado a nivel de arciprestazgos, se han hecho propuestas, se han trasladado al Consejo Episcopal y ahora se está viendo cómo se va asumir a nivel arciprestal. Hay inquietud, hay ganas y hay preocupación. Inquietud, porque hay que hacerlo. Ganas, también, pero nos preguntamos ¿cómo vamos a acertar? Sabemos que la realidad nos obliga a dar pasos, y ojalá acertemos entre todos para que Gijón encauce todo su potencial religioso, de sacerdotes y de laicos, para hacer de Gijón una Iglesia más evangelizadora, más cercana y más fiel al Señor en estos tiempos.

La parroquia de San Miguel de Pumarín gestiona un colegio, el colegio San Miguel. ¿Cómo es?

El colegio está muy bien. Yo heredé la gran reforma que hizo mi antecesor y amigo Luis Higarza, y tiene dos líneas de Infantil, Primaria y ESO. Está lleno, cuenta con setecientos alumnos y una gran demanda, de manera que no podemos aceptar nunca todas las solicitudes que nos llegan.

Los valores que se imparten están enraizados en la fe cristiana, es un colegio familiar y además, hay un buen número de familias de-sestructuradas cuyos hijos necesitan una ayuda especial, no sólo por situaciones físicas o psicológicas, sino también económicas, y el colegio intenta ayudarles de una forma o de otra en todas estas circunstancias. Todo esto lo saben las propias familias, lo que hace que el centro tenga un gran prestigio a nivel familiar, social y de barrio. Y eso lo tenemos que cuidar y mantener, y más en estos tiempos Es un signo de identidad, de valores, de familiaridad, de un proyecto educativo innovador. De hecho, aunque la pandemia trajera consigo un esfuerzo sobreañadido para el profesorado, no nos supuso un gran cambio porque ya teníamos implantada una forma de trabajar a través de la tecnología y estábamos habituados a ella.

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