El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, presidía esta mañana del 14 de junio a las 12 h en la Catedral la eucaristía por el eterno descanso de D. Gabino Díaz Merchán, al cumplirse un año de su fallecimiento. Una celebración que reunió a un centenar de sacerdotes diocesanos y un buen número de fieles, laicos y religiosos, en el templo. En su homilía, Mons. Sanz recordó que «hace un año que esta catedral ovetense se llenaba con un pueblo conmovido ante el trance de un adiós despidiendo a alguien que todos quisimos». Y hace un año también, dijo, «vuelve a reverdecer el sentimiento de gratitud junto al sereno dolor por la marcha de alguien que ha sembrado con diligencia las semillas desde las que en sus manos Dios quiso regalarnos su sementera».
Fueron días, hace ahora un año, de multitud de visitas a la capilla ardiente, personalidades de todo tipo y procedencia, «un sinfín de muestras de afecto en tantas condolencias –afirmaba Mons. Sanz–. Era el cariño de tanta gente que le pintaban con sus mejores trazos haciendo su particular semblanza y trayendo a colaboración su gratitud y su recuerdo». Don Gabino está, –afirmó el Arzobispo de Oviedo en su homilía–, en nuestro recuerdo más entrañable y lleno de gratitud», y finalizó subrayando que «la vida de Don Gabino fue una larga sementera, y la semilla ha tenido frutos hermosos que en nuestras vidas han dejado una preciosa huella. Que la Santina nuestra Madre, a la que tan tiernamente amó, le arrope en ese cielo que para él deseamos y que allí nos reencontremos para siempre con él en el paraíso eterno de los santos».
