La exclusión se «enquista» en Asturias

Publicado el 26/09/2019
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La exclusión se «enquista» en Asturias

El Informe Foessa alerta del “preocupante futuro demográfico” del Principado

La situación de la exclusión social en Asturias, la desigualdad o la capacidad de integración de las personas en nuestra región son algunos de los valores que se han estudiado en el Informe Foessa sobre “Exclusión y Desarrollo Social en Asturias 2019”, que se presentó ayer en la sede de Cáritas en Oviedo, ante su Director, Ignacio Alonso Areces, el Secretario técnico de la Fundación Foessa, Raúl Flores, y la responsable del programa Sin Hogar de Cáritas Asturias, Pilar Díaz Cano.

El trabajo, elaborado a lo largo del 2018, da cuenta de la salida de la gran recesión y de las consecuencias que se han instalado en nuestra sociedad.

De entre los resultados, destacan datos como que la exclusión social se enquista en nuestra región, y las personas que sufren esta situación representan el 14,4% de la población asturiana, es decir, 148.000 personas. Son el grupo de personas que denominan la “sociedad estancada”. Dentro de este grupo, existe también un grupo especialmente vulnerable, que acumula tantos problemas en su vida diaria que ello le impide tener un proyecto vital mínimamente estructurado, y que se engloban en el grupo de “exclusión social severa”: son 63.000 personas. Pero aún hay un grupo en peor situación, el de llamado “sociedad expulsada”, el 1,6% de la población.

Por otro lado, el estudio profundiza en el concepto de la desigualdad, que supone “la puerta de entrada a la comprensión de dos fenómenos que se pueden identificar más fácilmente: pobreza y exclusión social”, se afirma en las conclusiones. “Es muy difícil –añaden– luchar contra la pobreza si no se ha combatido radicalmente la desigualdad”. En este informe concretamente se ha abordado la desigualdad desde distintas dimensiones, como el empleo, la educación, el consumo, la participación, la política, el conflicto social o el aislamiento, pues argumentan que “si ceñimos la desigualdad simplemente a la distribución de ingresos, quedaría fuera del análisis y de la realidad una parte importante de otras problemáticas, que contribuyen a agrandar el espacio entre los que están mejor y los que están peor”.

En este sentido, los datos ponen de manifiesto algo que Cáritas Asturias ha estado advirtiendo en estos últimos años, y es que además de que la exclusión social se mantiene, la desigualdad multidimensional se agranda en la sociedad asturiana, colocándose así el Principado en el sexto peor puesto en las comunidades autónomas. Al mismo tiempo, eso sí, es una de las comunidades con menor porcentaje en exclusión severa.

La vivienda es la dimensión que mayores situaciones problemáticas genera a los asturianos. El 24% de la población está afectada en este ámbito, especialmente aquellos que están en situación de exclusión y en exclusión severa. La inseguridad en la vivienda afecta a 18.000 familias asturianas y la inadecuación de la vivienda, a 36.000.

Además, se comprueba que la exclusión social de los hogares asturianos lo es cada vez más, fruto de motivos económicos. Los hogares excluidos en pobreza han pasado de ser, en cinco años, del 24,6% al 36,2%.

El Principado, en situación “preocupante”

El informe destaca también que la situación del Principado es preocupante por ser una comunidad “muy poco dinámica” desde el punto de vista demográfico y económico, con un gasto social derivado de ello muy elevado.

Entre los años 2007 y 2013 la región ha sufrido una reducción de la población anual del 4,3%. El envejecimiento de la población y las tasas de natalidad son extraordinariamente bajas. “La edad media en Asturias es de 48 años”, recordaba en la presentación Pilar Díaz Cano.

Además, el PIB per capita asturiano es menor que el correspondiente en el conjunto del Estado, y Asturias cuenta con el gasto social más elevado de todas las comunidades autónomas en términos absolutos, debido al gasto que de-be hacerse en la Seguridad Social –pago de pensiones– y en la Administración autonómica.

Por otro lado, la cuestión de la pobreza en el empleo es un elemento esencial, ya que de ello deriva el riesgo de exclusión social. El empleo, tradicionalmente, era un mecanismo de defensa ante la pobreza y la exclusión, pero esta tendencia está variando, ante la precariedad en el mercado laboral. El 21% de la población asturiana hoy se encuentra afectada por situaciones de exclusión en el empleo. De la misma manera, las dimensiones del consumo y del aislamiento social se han incrementado. Este último dato, el aislamiento social, es particularmente llamativo, ya que si durante los años de la crisis la red de apoyo social (familia, amigos, vecinos) fue la tabla de salvación, se observa que cada vez hay más hogares sin relaciones y sin apoyo para situaciones de enfermedad o dificultades.

En resumen, los efectos de la recuperación económica no parecen haberse hecho notar en Asturias, donde la mayor parte de su población (76%) no percibe la llegada de estos efectos en su casa, porcentaje que se amplía hasta el 92% en el caso de las personas que viven en hogares en situación de exclusión.

“Todo ello en medio de una sociedad –explicó ayer en la presentación Raúl Flores– con una dinámica individualista, que vive con la sensación de que solo se puede confiar en uno mismo. Además hemos adoptado el lenguaje y la motivación económica como referente técnico y moral para la toma de decisiones, y se observa una creciente desconfianza hacia lo público y lo institucional, como si fuera exclusivamente el esfuerzo personal la clave del éxito,  cuando sabemos que hay muchas personas en situación de exclusión que por mucho que se esfuercen y trabajen, no pueden salir adelante”.

La Fundación Foessa

Constituida en 1965 con el impulso de Cáritas Española, nació de la necesidad de conocer la situación social de España de forma objetiva y persistente como alternativa y complemento a las iniciadas políticas de desarrollo creadas en nuestro país en esos momentos.

El que se acaba de presentar es el octavo trabajo de esta Fundación, que consta de un informe global (a nivel nacional), y dieciocho informes territoriales, como el que ayer se presentó en la sede de Cáritas, en Oviedo.

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