«La esperanza de volver a encontrarnos»

Publicado el 26/10/2023
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«La esperanza de volver a encontrarnos»

Cada 1 de noviembre los cementerios de las diócesis se llenan de personas que cumplen con la tradición de la festividad de Todos los Santos en la que recuerdan y rezan con especial dedicación por sus seres queridos. En esta ocasión, nos hemos acercado a la experiencia de dos párrocos de dos zonas diferentes de Asturias: el oriente y el centro; uno de ellos recién ordenado y otro más veterano, para conocer cómo preparan este día y para que ayuden a quienes acuden a los cementerios a vivir este 1 de noviembre con más profundidad desde la fe.

Fermín Riaño, se ordenó en 1986, y tras más de treinta años como misionero en Tailandia en 2020 fue nombrado párroco de la Unidad Pastoral de Pola de Siero  que incluye doce parroquias entre ellas Pola de Siero, Valdesoto, Celles o Santa Eulalia de Vigil y trece cementerios. «Esta festividad nos hacer recordar la santidad de tantas personas que hemos conocido y que no quedan olvidadas para nosotros. Hay monumentos y lugares públicos donde recordar a personas conocidas del público en general, pero los que llevamos en el corazón muchas veces no tienen más que un lugar en el camposanto donde ponerles unas flores, rezarles una oración y pedirles que nos sigan protegiendo desde la Casa del Señor. Es también un momento para retomar fuerzas y que con su ejemplo continuemos el camino siguiendo el Evangelio y la Palabra del Señor», nos explica Fermín Riaño.

Este año en Pola de Siero la celebración será por la mañana, a las once, con la bendición de las tumbas, el responso y a las doce y media la eucaristía en el templo parroquial, mientras que en Celles y la Collada será el día 1 por la tarde. En el caso de esta unidad pastoral las celebraciones se dividen entre el día 31 y el 1 ante la imposibilidad de poder atender todas las parroquias la misma jornada. «Esperamos la presencia de muchas personas que con respeto, amor y dolor puedan también tener esperanza en que un día nos volveremos encontrar y gozar todos juntos de la Casa del Señor, con los hombres y mujeres de buena voluntad a los que deseamos la paz eterna y les pedimos que nos sigan ayudando desde la Casa del Padre», concluye el párroco.

Steven Rivas Betancourt se ordenó sacerdote este mismo año, el día de Pentecostés, tras un año de diaconado en la Unidad Pastoral de Las Carreras. Su encomienda pastoral le llevó a ser párroco de la Unidad Pastoral de Las Peñamelleras en el oriente de Asturias con la cabecera en San Vicente de Panes, pero recorriendo todo el concejo con pueblos como Alles, Siejo o Trescares, hasta llegar a las 17 parroquias y 18 cementerios. Estos primeros meses están siendo un tiempo de muchas novedades como párroco y así afronta el que será, dios mediante, su primer 1 de noviembre. «Programar cómo llegar a todos los cementerios es un reto interesante y bonito. El hecho de poder preguntar al anterior párroco es enriquecedor y voy a tener el regalo de contar con dos sacerdotes que me van a ayudar y su experiencia y su trayectoria es algo que a mí me ayuda a crecer y en el fondo no dejo de estar dando mis primeros pasos, estoy gateando en el ser párroco y estando acompañado es algo precioso» cuenta Steven Rivas Para él será una oportunidad también para seguir conociendo a nuevos feligreses y familia y amigos de los vecinos de Las Peñamelleras que en este día ser acercarán a sus pueblos «es precioso ver cómo se vuelve a las raíces, vienen a rezar y dar gracias porque de estos familiares y amigos difuntos muchos han heredado la fe. Para mí también es un momento bonito de poder conocer a más familiares de esta zona y ponerme a su disposición. Van a ser días de celebraciones tras celebraciones e intentaré hacer todo lo posible para en cada sitio dar lo mejor de mí». Sin olvidar, el sentido primero de esta festividad de Todos los Santos que enlaza directamente con uno de los fundamentos de la fe, «esta celebración sirve también para recordar y recordarme cuál es el horizonte, ser santos, como hijos de Dios y cristianos. Desde lo cotidiano, desde el día a día. Por eso quisiera animar a todos a vivir estos días sin olvidarnos de quiénes hemos heredado la fe y hacia dónde vamos; Dios nos llama a cada uno a ser santos».

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