“La asignatura de Religión, clave en la educación integral”

Publicado el 12/11/2021
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“La asignatura de Religión, clave en la educación integral”

La pasada semana la Conferencia Episcopal Española hacía pública una nota a raíz de los proyectos de Decretos de Enseñanzas Mínimas presentados a las Comunidades Autónomas, en lo que se refiere a la asignatura de Religión. Hablamos con el Delegado episcopal de Enseñanza, Miguel Ángel Solís, sobre la asignatura y la situación actual en los colegios

En la nota de Conferencia Episcopal se reconoce el hecho de que se respete la enseñanza de la Religión en todas las etapas educativas, pero también se echan en falta algunas cosas, como la falta de computabilidad en las etapas superiores, o una alternativa digna.

Son dos elementos que consideramos claves para la dignidad de la asignatura. Una asignatura que no tiene la computabilidad como el resto de asignaturas está en desi-gualdad; no está en las mismas condiciones que el resto, ya que además se considera una asignatura de tipo fundamental.

Lo mismo sucede con la asignatura espejo: no se sabe qué se va a ofertar. Se deja esa responsabilidad a los centros. Y estos tendrían que informar adecuadamente a las familias sobre qué es lo que van a hacer esos niños que no elijan la asignatura de Religión. Anteriormente, cuando ya hubo este problema, los niños que no hacían la asignatura jugaban al parchís, a las cartas o hacían actividades de estudio y adelantaban los deberes y eso dejaba en desigualdad a los que elegían la asignatura de Religión, de tal manera que se convertía en algo discriminatorio. 

En la nota de la CEE menciona la sorpresa de que en los proyectos de Decretos de Enseñanzas mínimas no se haga referencia a la propuesta de “Cultura religiosa no confesional” que estaba prevista en la Disposición Adicional Segunda de la LOMLOE, que dicen podría haber sido una alternativa digna para aquellos alumnos que no elijan Religión.

Evidentemente, podría ser una alternativa. El problema es que si se deja esa alternativa en el aire al final no se concreta en nada. Y no sólo es una dificultad para los alumnos, sino también para los propios centros que no saben qué hacer, e incluso para los profesores. Y los alumnos lo mismo: si esto se regulara y se pusiera una asignatura espejo, una alternativa como puede ser esta, sería ideal porque al final lo que se quiere es ofrecer una educación integral, lo que podría hacerse a través de una asignatura de Religión confesional y no confesional. Y así se solucionaría este problema en los centros. 

La nueva ley además prioriza la enseñanza por competencias. ¿Qué tiene que ofrecer aquí la asignatura de Religión?

La LOMLOE lo que viene a recoger es la forma curricular que se exige también desde Europa, que es la forma pedagógica competencial, es decir, que los alumnos adquieran una serie de competencias clave. En ese sentido, la asignatura de Religión encaja perfectamente, por lo que no se entiende que se minimice la carga horaria de esta asignatura. 

Por ejemplo, en cuanto a la competencia de la expresión y conciencia cultural, recordamos que no puede entenderse el arte si dejamos a un lado el arte cristiano, pues estaríamos olvidando el 80% de la experiencia artística. Otra de las competencias clave como puede ser el emprendimiento, el impulsar y llevar a término con éxito proyectos originales que introducen cambios en la evolución personal y comunitaria, desde la asignatura de Religión y la visión antropológica del cristianismo se puede proponer las iniciativas de aprendizaje servicio; del comercio justo; las vidas que se han entregado siguiendo el ideal del Evangelio como Teresa de Calcuta; y si pensamos en la competencia de la dimensión digital, nosotros podemos aportar cómo educar la mirada, desde la dimensión antropológica del Evangelio, o cómo aprender a usar correctamente todos los medios digitales, el uso ético y seguro de las redes sociales etc. 

En definitiva, este modelo competencial lo que intenta es ayudar a una educación integral para aprender a ser y para estar en el mundo contemporáneo. En ese sentido, la asignatura de Religión tiene mucho que aportar. 

Las diferentes competencias que se dan a las Comunidades Autónomas provocan, además, grandes diferencias entre unas y otras respecto a la asignatura de Religión

Sí, sobre todo en el ámbito de la carga horaria. Asturias es la comunidad autónoma en la que menos carga horaria tiene la asignatura de toda España. Ya desde hace años. 

El Ministerio marca un mínimo de carga lectiva y la nueva ley da una autonomía a las comunidades para ampliar hasta en un 50% esa carga horaria. 

Así, dependiendo del signo político que gobierne en una comunidad, ese margen se queda en el mínimo que propone el Ministerio, como pasa aquí en Asturias, o bien en otras comunidades se amplía, y podemos ver Comunidades en las que se ofrecen dos horas semanales, como Galicia o como Madrid. Cuando se politiza y no se mira el bien que se puede aportar al alumno, hay un problema. 

Aquí intentaremos hablar con la Administración y ver cómo podemos hacer en este sentido y si podemos mejorar y ampliar esa carga lectiva, ya que tiene esa autonomía para poder hacerlo, pensando sobre todo en el bien de los alumnos. 

Y hablando de los profesores, ¿cómo está su situación este año?

El principal problema que tenemos en la actualidad es que no ha habido un concurso de traslado desde el año 2012. Eso provoca que haya profesores que lleven tiempo en una plaza lejos de su domicilio e incluso que estén a media jornada y que no puedan aspirar a ampliar su jornada o acercarse a su domicilio después de tantos años. Esto es injusto y no pasa en otras especialidades, sólo en la asignatura de Religión. Por este motivo, tenemos el 47% del profesorado de Secundaria a media jornada y el 32% de Primaria en esa misma situación.

Y también da como resultado que haya falta de profesorado de Religión en algunos centros, sobre todo en Secundaria. La administración abrió una bolsa el pasado mes de octubre y esperemos que acelere, pero también somos conscientes de que podrían aprovecharse todos los recursos de personal de los que dispone para atender las necesidades educativas. ¿Por qué no aprovechar el profesorado que ya está a media jornada para que pueda completar la otra media? Mejoraríamos así la situación del profesorado pero sobre todo, y lo que es más importante, atenderíamos las necesidades de los centros, de los alumnos y las familias que han elegido la asignatura de Religión y que no tienen profesor. Por otro lado, los centros educativos estarían atendidos y los claustros no tendrían que suplir la ausencia de esos profesores, que al final es algo que genera malestar en todos.

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