Domund 2023: «El anuncio de Jesucristo supone una fuerza liberadora para las personas»

Publicado el 19/10/2023
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Domund 2023: «El anuncio de Jesucristo supone una fuerza liberadora para las personas»

Este miércoles, 18 de octubre, tenía lugar en la sede de la Delegación de Misiones de Oviedo la presentación ante los medios de comunicación de la campaña del Domund 2023 que se celebra este domingo, y este año lleva como lema «Corazones ardientes. Pies en camino». En el acto estuvieron presentes el Delegado episcopal de Misiones, el sacerdote Pedro Tardón, junto con el sacerdote Antonio Herrero, misionero en Zambia y Benín y actualmente párroco de Teverga, junto con Sabine Avlessi, natural de Benín y novicia en la congregación Hijas de María, Madre de la Iglesia y el religioso comboniano Francisco Javier Ochoa. Todos ellos aportaron su personal testimonio en cuanto a las misiones.

Este último, «acercar la misión a las personas» es precisamente el objetivo del Domund, tal y como comenzó señalando el Delegado diocesano de Misiones, Pedro Tardón. Con este motivo, a lo largo de toda esta semana, el misionero comboniano Francisco Javier Ochoa ha recorrido colegios y parroquias de Asturias llevando a cabo una labor de animación y de difusión acerca de la importancia del Domund, y compartiendo su experiencia como misionero con la tribu Guyi, al sur de Etiopía.

Nuestra diócesis cuenta actualmente con 114 misioneros repartidos en 25 países del mundo, principalmente en el continente americano, seguido de África. Una importante representación asturiana, la mayor parte de edad elevada, aunque eso no les impide llevar a cabo su labor en lugares donde no cuentan con las mismas comodidades que tendrían aquí. Por este motivo, se recalcó la importancia de que los jóvenes «den un paso al frente» en la tarea de la misión de la Iglesia, para lo cual no es necesario ser religiosos, como demuestra el ejemplo de Alfonso Pombo, natural de Mieres, que lleva tres años como misionero laico en Honduras, enviado por la diócesis.

También se recordó en la presentación la «generosidad de los asturianos con el Domund, año tras año». La recaudación de la anterior campaña, 2022, fue de 342.909 euros, la mayor parte procedentes de la colaboración de parroquias, colegios, comunidades religiosas y particulares. «La Delegación de Misiones agradece a todas las personas que el año pasado hicieron este gran esfuerzo», recalcó el Delegado de Misiones en la diócesis.

En su intervención, el sacerdote Antonio Herrero, recién llegado hace tan solo unos meses de su estancia como misionero en Benín, destacó que «habitualmente cuando se nos pregunta por nuestra experiencia en la misión, la gente suele tener curiosidad por las obras sociales en cuanto a sanidad, pozos etc. Y ciertamente se hace todo eso. Pero para mí lo principal, por lo que que salimos y por lo que somos enviados, es por el anuncio de Jesucristo, porque eso da una fuerza liberadora a las personas, que con viven muchos miedos y que tienen muy pocos recursos. Les da una fuerza muy grande porque además están en un proceso de salir de la tradición hacia la modernidad y tienen que saber distinguir un poco, con esa luz que les da el Evangelio, cosas de la tradición que favorecen la vida y otros que la destruyen, y cosas de la modernidad que son buenas y que hay que acoger, y cosas que también vienen a destruirles».

El testimonio de la joven Sabine, que pronto celebrará su profesión como religiosa en las Hijas de María Madre de la Iglesia, fue también muy interesante, ya que ella se situaba desde la óptica contraria, siendo ella la que podía contar la importancia de haber sido evangelizada en su país. Más tarde, fuera de la presentación, contaría que fue su abuelo quien tuvo el primer contacto con los primeros misioneros que llegaron a su pueblo, una pequeña aldea de Benín que ella orgullosamente describió como la «Venecia» de su país, ya que estaba rodeada por ríos. «Doy gracias a Dios porque me permitió nacer y crecer en el seno una familia cristiana, generosa, entregada y alegre», dijo ante los periodistas allí congregados. «Conocí a las hermanas de mi congregación por medio de un sacerdote que estuvo en España estudiando y me habló de la fundadora», explicó, y reconoció el gran papel que han jugado los misioneros en la vida de su familia, hasta el punto de que uno de sus hermanos es diácono y será ordenado pronto sacerdote.

El Domund se celebra en todo el mundo, por lo que también la propia Sabine lo celebraba en su aldea: «lo hacíamos con lo poco que teníamos, porque allí no tenemos tantas cosas, pero eso poco lo ofrecemos a Dios, y sobre todo ofrecemos nuestra fe».

 

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