Este año se cumple el 75 aniversario de la peregrinación de un grupo de jóvenes de Acción Católica a Santiago de Compostela, que supuso el origen del movimiento Cursillos de Cristiandad. Con este motivo, desde el Secretariado Nacional, se invitó a las diferentes diócesis a que tuvieran un «gesto», una peregrinación itinerante con los signos de la cruz de los Cursillos y un icono de San Pablo, que recorra todas las diócesis españolas y que simbólicamente recuerde esa primera peregrinación que dio origen a un movimiento que tanto ha contribuido a que miles de personas puedan encontrarse con el Señor.
Y este gesto ha comenzado en Asturias. El pasado sábado, 6 de abril, aprovechando un Pleno de los Cursillos de Cristiandad en el Seminario Metropolitano, tuvo lugar una pequeña peregrinación desde el Aula Magna hasta la Capilla Mayor. «Lo hicimos con tres iconos: el de San Pablo, la Cruz del movimiento y un cuadrito muy entrañable que yo no conocía, con la autorización del Papa Pablo VI para iniciar el movimiento de Cursillos», explica el Presidente de Cursillos de Cristiandad en la diócesis, José Adriano Cadrecha. Junto a ellos participaron el Consiliario y la Presidenta diocesana de los Cursillos en León, que se llevaron los iconos y que serán los siguientes en realizar este acto simbólico. Después, será el turno de Astorga y a partir de ahí, Bilbao, Santander, La Rioja, y el resto de España.
Cursillos de Cristiandad llegó a Asturias hace más de sesenta años. Se calcula que más de 13.000 personas en la diócesis han podido vivir esta experiencia a lo largo de todo este tiempo. Pero ¿qué son los Cursillos de Cristiandad? Para su Presidente en Asturias, José Adriano Cadrecha, es «un movimiento de Primer Anuncio en el que lo que se pretende es que la gente se encuentre con Jesucristo en la Iglesia. Esa es la clave: nosotros somos cristianos, seguidores de Jesucristo en la Iglesia y queremos que encuentren en la Iglesia diocesana comunidades de referencia, pero después del encuentro con el Señor, que es lo que realmente nos enamora para lanzarnos a la vida».
Lo cierto es que quien hace un Cursillo, después no desvela a nadie en qué consiste exactamente. Hay un «factor sorpresa» que se reservan los ya iniciados, y que no deja de sorprender a los ajenos al movimiento. Pero «lo que tiene de especial se resume muy fácilmente», afirma Enrique Rodríguez, Vicepresidente diocesano de Cursillos. «Hay una anécdota que se contaba mucho, sobre todo los que ya peinamos canas la hemos oído más de una vez, que dice que un emisario de la alta jerarquía fue enviado a un Cursillo para ver qué se cocía ahí. Al regresar, explicó: Mire, lo que pasa es muy sencillo, es que invocan al Espíritu Santo y el Espíritu Santo viene. Eso es lo principal», resume el Enrique Rodríguez. «A partir de ahí –dice– hay muchas cosas que son lo más normal del mundo. Hay charlas, hay momentos de oración, hay chistes, lógicamente hay comida, hay sueño, hay un poco de festividad, nada raro, pero cuando invocamos al Espíritu Santo, viene. Con eso contamos».
Lo cierto es que los Cursillos de Cristiandad fueron los pioneros, pero hoy en día son varios los movimientos de Primer Anuncio que están ayudando a muchas personas a reencontrarse o a encontrarse por primera vez con el Señor. Para José Adriano Cadrecha esto tiene «mucho que ver con las conclusiones que han salido del Sínodo». «Yo creo que tenemos la necesidad en la Iglesia de una vuelta al primer amor, al Primer Anuncio, a simplificar», explica. «La gente hoy en día lo que necesita es experiencia y vivencia –afirma–. No es que no necesite Teología o doctrina, pero necesita sobretodo experiencia y vivencia, y esa llamada del Sínodo a la vuelta al Primer Anuncio, poniéndolo en el frontal de nuestra Iglesia, es lo que hace seguramente que el Espíritu Santo suscite otros movimientos de desarrollo también del Primer Anuncio».
