«María nos unifica, nos cohesiona, es como un imán». Tercer día de la Novena de Nuestra Señora de Covadonga 2023

Publicado el 02/09/2023
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«María nos unifica, nos cohesiona, es como un imán». Tercer día de la Novena de Nuestra Señora de Covadonga 2023

«María, Esperanza de nuestro tiempo» era el título de la jornada del tercer día de la Novena a Nuestra Señora de Covadonga que está teniendo estos días lugar en el Real Sitio, previos a la festividad de la Santina. La eucaristía, presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, contó con la predicación del sacerdote pasionista D. Rodrigo Sevillano, de la parroquia del Carmen (Mieres) y la presencia de parroquias de las zonas de Pola de Lena, Navia, El Franco, Mieres, Grandas de Salime, Turón y Santander, entre otras. Además, estuvieron presentes miembros de la Casa Sacerdotal de Oviedo.

El sacerdote pasionista D. Rodrigo Sevillano comenzó recordando en su homilía la predicación del sacerdote D. David Álvarez, el día anterior, jueves, y cómo de alguna manera su vocación está ligada al Santuario. «Aquí uno tiene la sensación de que Dios se puede tocar en este lugar», dijo. «Prepararse para la celebración de una fiesta, en el ambiente familiar o de Iglesia, siempre es motivo de alegría. Pero cuando la fiesta es en honor de una madre, de La Madre, resulta especialmente entrañable. Así nos estamos preparando, con emoción, para la fiesta de Nuestra Señora de Covadonga».

«Es curioso –dijo– la cantidad de fiestas en honor a la Virgen que se celebran en España durante las vacaciones estivales. ¿Os habéis dado cuenta de que en todos nuestros pueblos, lo que más nos une, incluso lo único, es nuestra patrona? Cuando se trata de la Virgen María queda en un segundo plano ser de una ideología o de otra, ser joven o ser mayor, ser lugareño o ser visitante… Ese día vamos todos detrás de la Virgen. Porque la Virgen rompe muros y estrecha manos. Es increíble la capacidad de atracción que tiene la Virgen, que hasta aquellos alejados de las cuestiones la fe, ese día acuden a encontrarse con la Virgen. Y los que somos sacerdotes lo comprobamos. Ese día ves a gente que no ves en todo el año. La capacidad de convocatoria de la Virgen María traspasa el tiempo. Ella nos une. Nos unifica, nos cohesiona: es como un imán. Es la Madre de familia, que hace que todos nos sintamos en casa». «Y ocurre también a nivel doméstico y familiar –añadió el sacerdote pasionista–. Cuando tristemente la madre no está, no es que los hermanos estamos enfadados, ni mucho menos, pero la convocatoria no es la misma, y empiezan las excusas. Porque falta el imán. Eso es una madre».

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