Este 2024 la parroquia de Santa María de la Asunción de Pola de Laviana celebrará un aniversario muy importante, los 125 años de su consagración un 13 de mayo de 1899. Para festejarlo se han preparado numerosas actividades religiosas, solidarias y culturales en las se pretende involucrar a los feligreses y a todo el pueblo de Laviana, no en vano la parroquia ha sido testigo privilegiado de los cambios que la sociedad ha experimentado en los últimos años y también escenario de muchas de las vivencias de los lavianeses a lo largo de su vida. Es por ello que se han organizado un ciclo de conferencias en el que se repasarán temas relacionados con la historia de Laviana con un apartado reservado para figuras relevantes. Así mismo, el día grande será sin duda, la celebración de la misa el 12 de mayo, justo la víspera del 125 aniversario, que estará presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes y en la que se consagrará el concejo de Laviana la Sagrado Corazón de Jesús.
Para comentarnos los detalles de todas estas iniciativas hemos hablado con Luis Fernández Candanedo, párroco de Santa María de la Asunción.
En estos 125 años la parroquia ha visto cambiar mucho su pueblo.
Cuando dedicó la parroquia a Santa María de la Asunción era un pueblo muchísimo más pequeño, vio toda la revolución de la mina y cómo creció Pola de Laviana. Estamos haciendo unas conferencias, ya hemos tenido la primera de ellas, precisamente sobre todo como la revolución de la minería, también repasaremos las personas ilustres de nuestro pueblo: los agustinos, fray Ceferino, Martínez Vigil que fue quien dedicó la iglesia o Maximiliano Arboleya que fue quien predicó ese día, y después ya algo más propio del templo: el arquitecto, Luis Bellido, y la historia del arte de las parroquias de la unidad pastoral.
La parroquia al final es testigo de la vida, de los momentos alegres de la gente: de las bodas, bautizos, comuniones… Se hacen muchas cosas alrededor de la parroquia. También nos ayuda en los momentos más difíciles como cuando pedimos la unción para nuestros seres queridos, cuando los despedimos o cuando uno está más apurado y tiene que ir a la puerta de Cáritas de la parroquia pidiendo ayuda. O por ejemplo hace unos años tuvimos aquí un grupo de hosteleros y empresarios encerrados pidiéndole al gobierno que no se olvidase de ellos. La parroquia también es testigo de todo ello.
Uno de los momentos más emotivos será sin duda con la Virgen de Otero que tanta devoción despierta y la celebración de la misa en el aniversario de la dedicación.
Aquí cada año tienen la costumbre de que el 14 de agosto baja la Virgen desde su capilla a la parroquia, donde es recibida por todo el pueblo, y está allí unos días. Este año de manera extraordinaria en el mes de mayo, porque el aniversario de la dedicación es el 13 de mayo, la Virgen, como madre que va en busca de sus hijos, la semana antes visitará las diferentes zonas del pueblo porque la procesión como siempre va por el mismo sitio y hay lugares en los que nunca ha estado como el colegio o la residencia de ancianos. Así nos preparamos para la consagración que va a tener lugar el 12 de mayo de todo el concejo al Corazón de Jesús.
Y también actividades solidarias.
Se celebra la dedicación precisamente de la iglesia, de la casa, de una casa que hace familia. Y partiendo de esto buscamos dos cosas: una es poner la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en todas las casas, en su centro: el lugar donde todos acudimos cuando tenemos algún problema.
Y es esa imagen de Cristo vivo que es como está ahora, no es un muerto en la cruz, no es un niño, sino Jesucristo como está ahora, resucitado y mostrando sus llagas. Y a raíz de eso, de esa casa que hace casas que es la parroquia, hay un proyecto de poner a disposición de Cáritas una de las casas que tiene la parroquia y a través de ellos acoger a gente que lo pueda estar pasando mal.
¿Cómo se vive este aniversario como párroco?
Para mí es un momento muy especial, es una fecha esperada por mucho tiempo y es una verdadera alegría poder disfrutar de este momento y celebrar con la gente que quieres, con quienes te han acompañado y acompañas y hacemos vida. Por eso son momentos especiales también para uno como sacerdote.