Consejo Pastoral Diocesano: «Sacerdotes, religiosos y laicos, todos juntos haciendo un camino compartido»

Publicado el 19/01/2024
Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail this to someonePin on PinterestPrint this page
Consejo Pastoral Diocesano: «Sacerdotes, religiosos y laicos, todos juntos haciendo un camino compartido»

Este pasado sábado, 13 de enero, el Arzobispo de Oviedo convocaba en el Seminario Metropolitano un Consejo Pastoral Diocesano, el primero del año 2024. Se trataba además de un Consejo en el que tocaba renovar tanto el cargo de Secretario, como los miembros de la Comisión Permanente.

Pero ¿qué es el Consejo Pastoral Diocesano, y para qué sirve? El Canciller Secretario de la diócesis, el sacerdote Jaime Díaz Pieiga, recuerda que se trata de un «órgano diocesano, sobre todo de consulta, por parte del señor Arzobispo respecto de actividades pastorales, y está compuesto por fieles cristianos en plena comunión con la Iglesia. Sacerdotes, miembros de vida consagrada y de sociedades de vida apostólica, y sobre todo por laicos. De hecho, en este consejo que se constituyó el sábado, si no me equivoco, hay un total de 63 miembros de los cuales más de 40 son laicos». Así lo manifestaba también Mons. Jesús Sanz al comenzar la jornada, cuando recordaba que en el Consejo Pastoral Diocesano «se unen la belleza de la Iglesia con sus tres vocaciones: los sacerdotes, los religiosos y los laicos, con su compromiso en el campo de la familia, de la política, de la sociedad. Y todos juntos, haciendo un camino compartido».

La jornada comenzó a las diez y media de la mañana con la entrega de los nombramientos, la profesión de fe y a continuación las votaciones. Como Secretaria, resultó elegida Amalia Gómez Arisqueta, laica, natural de Salinas y representante del Consejo Arciprestal de Avilés. También se renovó la Comisión Permanente, que tal y como explica el Canciller Secretario, está compuesta por el «Vicario General, el Secretario, un representante de la vida consagrada –cargo que recayó sobre una religiosa– y cuatro representantes de los laicos. La Comisión Permanente es la que prepara las sesiones y el orden del día de los encuentros, entre otras cosas». Quedaba así constituido un nuevo Consejo Pastoral Diocesano, que será válido durante tres años más, hasta el 2027. Y ¿quién forma parte de este Consejo? El Canciller Secretario, Jaime Díaz Pieiga, recuerda que en el Consejo Pastoral Diocesano hay una serie de «miembros natos», como son «los Vicarios Episcopales; el Presidente de Confer (vida consagrada); está también el Delegado de Apostolado Seglar; el secretario del Colegio de Arciprestes y el Canciller Secretario, entre otros. El resto de miembros, son elegidos. Unos, por la vida consagrada, que elige a seis miembros; otros por los movimientos apostólicos que están trabajando en la diócesis y sobre todo, una porción muy grande, son elegidos por los arciprestazgos, dos por cada arciprestazgo. Finalmente, una porción más pequeña son los miembros designados por el propio señor Arzobispo, que designa, mirando el conjunto de los que ya han sido elegidos, aquellos movimientos, asociaciones o ámbitos de la Iglesia que vea que no están representados. Ahí elige a los que él considera».

Un diálogo fecundo

Al finalizar las votaciones y tras una breve pausa para descansar, comenzó la segunda parte del encuentro, que consistió en un trabajo por grupos respondiendo a varias preguntas, principalmente en torno a los objetivos de este curso pastoral, fijados en la reunión de programación de Covadonga, este verano. «Una de las funciones del Consejo Pastoral Diocesano –explica el Canciller Secretario– es revisar las experiencias pastorales, evaluar la programación, sugerir propuestas y, en este caso, lo que se hizo fue una reunión por grupos, donde se pedían sugerencias para preparar el plan pastoral para los próximos tres años. Al mismo tiempo, también se habló de los dos objetivos pastorales marcados para este curso: el acompañamiento y la vivencia de comunión entre todos los miembros de la Iglesia diocesana. Yo participé en uno de los grupos y el diálogo fue muy enriquecedor porque, los laicos sobre todo y también los miembros de la vida consagrada, viven en la realidad del día a día y saben exponer aquellas necesidades pastorales que en este momento hay en nuestra diócesis y sugerir nuevas ideas».

Para mejorar el servicio, utilizamos cookies propias y de terceros. Si sigues navegando, entendemos que aceptas su uso según nuestra política de cookies.

Más información sobre cookies