Viernes Santo: «¿Dónde estás tú en esa trama?»

Publicado el 29/03/2024
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Viernes Santo: «¿Dónde estás tú en esa trama?»

«Muy sobria resulta la liturgia del Viernes Santo. No hay canto de entrada. El obispo llega sin báculo y sin anillo, como quien entra a las exequias de un Dios mal juzgado, maltratado y malherido, que acabará agonizando en un patíbulo de bandidos». Así comenzaba su homilía el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, en la celebración del Viernes Santo esta tarde en la Catedral. Un templo repleto de fieles que acudían a conmemorar la Pasión y Muerte de Jesús, en un acto que tenía como momentos centrales la lectura del Evangelio según San Juan, la adoración de la Cruz, y como tradición propia de la Sancta Ovetensis, la mostración a los fieles del Santo Sudario en el Altar Mayor, un momento que solo tiene lugar tres días al año, junto con el Viernes Santo, en el comienzo y clausura del Jubileo de la Santa Cruz (14 y 21 de septiembre).

En su homilía, Mons. Sanz recordó explicó, aludiendo al relato del Evangelio, que «Es tal vez demasiado conocido un relato lejano y manido que acaso no nos conmueve ya. El Viernes Santo nos hace siempre esta pregunta: ¿dónde estás tú en esa trama? ¿cuál es tu papel en la función? ¿Es un relato ajeno por distante, indiferente dentro de su tragedia? Quienes en la historia cristiana se han atrevido a leer la pasión de Jesús con unos ojos biográficos, han descubierto que todo aquel desenlace, como toda la vida del Señor, tenía que ver con cada uno de ellos. Santa Clara dirá: todo eso es por mí. Y la mística franciscana Santa Angela di Foligno comentará: Dios no me amó de broma. Como nuestra Santa Teresa de Jesús completará: el Señor nos conceda saber cuánto le hemos costado. Podemos ver una serie cinematográfica conmovedora en su mensaje, con altibajos de tensión, con el mejor protagonista y un excelente reparto. Pero no dejará de ser algo foráneo a cuanto a diario nos sucede en el corazón y sus preguntas, en las relaciones y sus retos, nuestras alegrías o en nuestros llantos, en los ensueños o en las pesadillas. Sería una serie que entretiene, que distrae, pero no abraza mi vida, ni levanta mis caídas, ni me asoma a horizontes de gracia y de luz, ni enciende la esperanza. Pero esto es justamente lo que la pasión y la vida entera de Jesús nos ha traído. Con mi nombre, con mi edad, con mi circunstancia».

Quiso también recordar especialmente un día como hoy, que «Hoy la pasión del Señor tiene también otros Viacrucis, como los que reconocemos en el dolor de tantos inocentes que sufren las guerras, la violencia, la soledad, el miedo, las malas gobernanzas, la enfermedad. También hoy tenemos presentes a tantos crucificados. Y una mirada fraterna por la tierra de Jesús y la preciosa labor que allí hace la Custodia franciscana de Tierra Santa en unos momentos de tanta dificultad para cuidar los lugares de la memoria de Jesús, así como acompañar en el compromiso social y humanitario, en la educación de los niños».

Homilía completa

 

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