En el segundo Viernes de Cuaresma, compartimos una nueva reflexión en vídeo de nuestro Arzobispo, Mons. Jesús Sanz Montes.
«El monte que anticipa mi esperanza»
«Hay cosas que quedan atrás en el pasado que tenemos a la espalda: las más hermosas que nos gratifican y otras que quizás nos sonrojan. Delante se sitúa lo que no ha llegado todavía retándonos. Pero el presente que tenemos entre manos, se torna a veces complejo por extraño, o cansino por repetitivo. Entonces Dios nos pone en camino, para sacudirnos las inercias, despertar las esperanzas y darnos luz y gracia para abrazar en el hoy lo que se nos presenta como cotidiano desafío. Y nos sorprende con un alto en el camino en el que nos desvela el anuncio de lo que nos espera. Así fue en el monte Tabor con Pedro, Santiago y Juan.
Nosotros, pueblo de Dios que camina hacia la Pascua, nos encontramos por doquier con esa experiencia ambivalente de la cruz y la transfiguración: momentos gloriosos y resplandecientes de luz que nos gustaría retener y momentos también duros y difíciles que nos gustaría borrar. Andamos también nosotros como aquellos tres discípulos: sin entender y asustados. Se nos impone ver cada día una realidad tan tejida de dolor (guerra, violencia, injusticia, corrupción, soledad, sufrimiento…). Dios quiere anticiparnos un reflejo de su Pascua resucitada, cada vez que en medio de esa realidad nos sorprende con retazos de bondad, de justicia, de belleza, de paz, de dicha.
Vivamos la realidad sin hundirnos por sus momentos oscuros y sin apropiarnos de los resplandecientes de blancura. El Señor nos conceda ser en un pequeño tabor, donde se atisben rayos de luz, anticipos de transfiguración, que Dios quiere para todos sus hijos».
