Este jueves, 16 de diciembre, se presentaba el libro “Los Tesoros de la Catedral de Oviedo”, una edición conmemorativa bilingüe, castellano e inglés, que ha contado con la dirección científica de los doctores Yayoi Kawamura y Vidal de la Madrid, y que contiene una selección de fotografías inéditas de una selección de piezas de la Cámara Santa, realizadas con gran definición y detalle por el fotógrafo Santiago Relanzón. El libro es el fruto de la colaboración de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson con la Catedral de San Salvador de Oviedo desde el año 2008, gracias a la cual, la Catedral ha podido beneficiarse de iniciativas de conservación y difusión de su patrimonio. Así nos lo describe el profesor de la Universidad de Oviedo y coautor del libro, Vidal de la Madrid:
¿Qué piezas son las que se muestran en el libro?
Es una selección de piezas de la Catedral vinculadas a la Cámara Santa, aunque no todas ellas estén ahora en la Cámara Santa porque algunas se han trasladado al Museo de la Iglesia. Son en total nueve, de distintas épocas, desde la más antigua, que es el Díptico Consular de Flavio Estrategio del siglo VI, hasta una del siglo XX que es la Cruz Relicario realizada por el taller de Granda Builla. Además, se incluyen piezas tan significativas como las dos cruces prerrománicas –la Cruz de los Ángeles y la Cruz de la Victoria, la Caja de las Ágatas, y otra de la significación del Arca Santa, donde estaban contenidas las reliquias y también relicarios como la Cruz de Nicodemo o el Díptico de la Pasión.
Las fotografías, dice, permiten observar detalles que no se perciben a simple vista. ¿Qué tipo de detalles son?
El libro está fundamentado en una serie de fotografías que realizó el fotógrafo Santiago Relanzón por encargo de la fundación Mª Cristina Masaveu Peterson y son fotografías de una gran calidad y de una definición excepcional, con lo cual nos podemos acercar a algunos detalles muy próximos de cada una de esas piezas que nos revelan aspectos que no se pueden ver a simple vista y que evidencian la calidad de la talla o la calidad del orfebre.
¿Qué criterio han seguido para la selección de las obras?
El criterio para la selección ha sido sobre todo tener en cuenta su calidad artística, su trascendencia cultural y religiosa en el marco de la historia de la Catedral de Oviedo, dado que estamos celebrando el duodécimo centenario de la consagración de su primer altar. Son piezas que revelan la trascendencia que ha tenido el templo desde el siglo IX hasta nuestros días.
Si tuviera que describir la Catedral a una persona que no la conoce, ¿qué diría sobre ella?
La Catedral de Oviedo como la mayor parte de las catedrales españoles no pueden concebirse como un solo edificio sino que son conjuntos arquitectónicos muy complejos que se van haciendo a lo largo del tiempo, sumando arquitectura, eliminando otros espacios por distintas necesidades que se van creando a lo largo de los siglos y que por lo tanto se configuran como conjuntos con un extraordinario atractivo porque van reflejando en cada uno de esos espacios ejemplos arquitectónicos y artísticos de primera fila. Esa es probablemente una de las características de la Catedral de Oviedo que la distinguen del resto: el hecho de tener buenos ejemplos arquitectónicos desde el siglo IX hasta prácticamente nuestros días. Eso la define.
Pero también la define que es una catedral de peregrinación, que ha recibido peregrinos desde que la Cámara Santa se constituyera en el receptáculo, en el lugar donde se atesoran esas reliquias hasta prácticamente nuestros días y se ha convertido lógicamente en uno de los relicarios más importantes de la cristiandad occidental, sobre todo por tener el Santo Sudario.
Esos dos aspectos, el hecho de tener manifestaciones artísticas de primera fila, desde tiempos remotos (estamos celebrando el 1200 aniversario) y la importancia de la Catedral como relicario que ya desde el siglo XVII la configuró como “Sancta Ovetensis”. Yo creo que son los dos aspectos más relevantes para un visitante de fuera.
