“Transmitiendo la alegría del compromiso”

Publicado el 09/04/2021
Share on FacebookTweet about this on TwitterEmail this to someonePin on PinterestPrint this page
“Transmitiendo la alegría del compromiso”

El arciprestazgo de Gijón retoma los Cursillos Prematrimoniales, en la modalidad «on line»

 

El 19 de marzo el Papa Francisco inauguraba el Año de la Familia “Amoris Laetitia”, y lo hacía pronunciando una conferencia on line llamada “Nuestro amor cotidiano”, en la que, entre otras ideas, insistía en la necesidad de apoyar a la familia en este tiempo de pandemia.

Y precisamente en esa tarea, en la de apoyar a la familia, o más bien, las futuras familias, se encuentra el grupo de preparación al matrimonio del arciprestazgo de Gijón, quienes, al igual que hizo el Papa Francisco y al igual que tantas otras actividades en estos últimos tiempos, decidieron retomar los cursillos prematrimoniales y hacerlo on line, evitando así correr cualquier riesgo de contagio. Una “experiencia nueva”, tal y como explica Germán Menéndez, uno de los colaboradores más veteranos, que “nos abre a nuevas posibilidades porque así podemos llegar a muchas personas que, de otra manera, tendrían que desplazarse a Gijón, cuando actualmente muchos trabajan fuera de la ciudad”.

Con el buen tiempo y el pasar de los meses en la pandemia, los Cursillos Prematrimoniales vuelven a ponerse en marcha, y acogen a parejas que, o bien habían tenido que retrasar la fecha de su boda, o bien deciden casarse en los meses de primavera y verano.

El equipo del Arcirpestazgo de Gijón está formado por diez personas, en su mayoría parejas casadas y profesionales del derecho y la medicina, así como dos sacerdotes, el párroco de San Juan XXIII, en Viesques, Andrés Fernández, y el del Espíritu Santo, en Magnus Blickstad, José Reinerio Fernández. Un equipo en el que sus componentes reconocen sentirse “muy a gusto”, una relación que “es visible también para los participantes”.

En el caso de Germán Menéndez, comenzó “como uno comienza tantas actividades de la Iglesia, diciendo que sí a las propuestas que se nos hacían, a través de personas conocidas”. “En el caso de mi mujer y yo –recuerda–, teníamos amigos que estaban involucrados ya en los Cursillos Prematrimoniales, y que iban haciéndose mayores, y buscaban gente joven que les diese el relevo. Y así, como que no quiere la cosa, llevamos media vida metidos en estas tareas”, afirma.

El matrimonio formado por Berta Fernández y Jesús Turrado es también un clásico en estas citas. “Empezamos por una invitación que nos hizo, hace más de treinta años, nuestro párroco, cuando vivíamos en Pumarín”, explica Berta. “Nos dijo que quería que diéramos una charla sobre la convivencia matrimonial y nuestra experiencia. Nos dejó unos libros, que nos pusimos a leer –aún los tenemos por casa, eran de la diócesis de Madrid–, y basándonos en ellos y en nuestra experiencia, fuimos dando las charlas. Personalmente creo que nos vino muy bien porque una vez al mes nos veíamos obligados a prepararlas y eso nos resultaba muy positivo. Es, además, una experiencia muy bonita y enriquecedora, pues te contagias de la ilusión de la gente”.

Lo mismo opina su marido, Jesús Turrado, quien explica además que, por su experiencia de años en los Cursillos, saben que cerca del 95% de las parejas que acuden al matrimonio ya conviven previamente. “Muchos creen que vamos a llamarles la atención por tener esta situación digamos, irregular, pero nosotros no les juzgamos, algo que les sorprende. También hay que reconocer que el cursillo no pasa por igual para todas las parejas, las hay que simplemente van a cubrir el expediente, pero también hay parejas que ves cómo redescubren aquello que habían olvidado, pues la mayoría no son asiduos a la práctica religiosa, pero sí son bautizados y en su momento tuvieron una formación”.

En este sentido, los momentos de diálogo, antes o después de las charlas de los cursillos, son un momento enriquecedor para todos, los futuros matrimonios y los colaboradores, porque “descubres en ellos ese deseo de que su relación sea valiosa, como nosotros intentamos transmitirles”, afirma Berta.

En el transcurso de los Cursillos Prematrimoniales, se tocan temas, tanto para su futura vida matrimonial, como relativos al momento concreto que están viviendo. “Uno de ellos es el referente al Derecho Canónico y todo el papeleo que tienen que llevar a cabo –explica Germán–, que es como un precontrato sobre qué es exigible desde la Iglesia católica y desde las leyes. Se toca el tema de por qué es importante ser seguidor de Jesús –continúa–. En qué medida su ejemplo y su liderazgo nos influye, y cómo ser seguidor activo de Jesús ayuda luego a la vida del matrimonio y en general”.

La convivencia y las dificultades que pueden surgir a lo largo de la vida es materia propia de la charla del matrimonio formado por Jesús y Berta, que son, como dice Germán, “especialistas en la materia”, y en su charla recuerdan que “la comunicación es básica y como decía una vez una participante en los cursillos, lo que no se comunica, se somatiza”. “Suele ser la charla que más gusta –reconoce Germán–, y se lo pasan muy bien, aunque no es que se lo pongan fácil, sino que les dicen las cosas tal y como son, pues la convivencia es exigente y tienen que ser conscientes de ello”.

“La sexualidad y la paternidad responsable es otro de los temas de las charlas que reciben los novios. La sexualidad –aclara Germán– a fin de cuentas es el complemento de lo que se dice en la Iglesia: el matrimonio se completa cuando, después de la declaración de los participantes en la liturgia, se mantienen relaciones sexuales, independientemente de que se hayan mantenido anteriormente. Al hacerse uno, el matrimonio alcanza una categoría distinta de la que tenían antes de ese día”. La liturgia y el sacramento del matrimonio es la charla que habitualmente imparten los sacerdotes del grupo, “y en ella se recuerda que, ante todo y más allá de las celebraciones, todas bienvenidas, el momento importante es el del sacramento del matrimonio, y el contenido de la liturgia para llevarlo a cabo”, explica Germán.

“Nosotros pretendemos, en resumen, y desde nuestra experiencia –afirma Berta– transmitir la idea de que la relación hay que cuidarla y que, aunque ellos en ese momento estén viviendo una situación buena, aún así hay que cuidar las cosas, porque la vida cambia continuamente. El objetivo que tenemos que transmitir es la alegría del compromiso: uno se siente feliz cuando cumple con aquello con lo que libremente se comprometió. El amor no es sólo un sentimiento, sino también una decisión, y en nuestras manos está el llevar a cabo ese proyecto de felicidad”.

Para mejorar el servicio, utilizamos cookies propias y de terceros. Si sigues navegando, entendemos que aceptas su uso según nuestra política de cookies.

Más información sobre cookies