En esta Semana Santa hemos querido acercarnos a las diferentes cofradías y procesiones de la diócesis, desde las que cuentan con una historia mantenida durante siglos hasta la que más recientes que con mucho esfuerzo e ilusión están logrando enriquecer la Semana Santa de sus localidades y recuperando también tradiciones.
Una de ellas es la Hermandad del Cristo Yacente de Salas que por segundo año realizará una procesión del Santo Entierro que saldrá a las diez y media de la noche del Viernes Santo, tras los oficios. Muchas personas se han volcado para hacerla posible: feligreses, la Cofradía del Viso, el propio ayuntamiento y la asociación Salas en marcha de comerciantes, la Guardia Civil, la comisión de fiesta, Protección Civil y la Hermandad de los Estudiantes de Oviedo. Todos ellos han aunado esfuerzos logrando que el año pasado unos 300 personas participasen en la procesión.
En esta ocasión como novedades el Cristo Yacente y la Dolorosa contarán con un grupo de militares de Zaragoza como escoltas y desde el balcón del ayuntamiento y en la parroquia tras finalizar la misa se cantará una saeta. La participación y sensaciones de esta hermandad y procesión están siendo tan positivas que para los próximos años se plantean como reto la organización de una procesión del Encuentro el Domingo de Pascua.
En Cangas de Narcea también el Viernes Santo es día señalado para su procesión que partirá a las ocho y media de la tarde de la basílica con el Cristo Yacente y la Dolorosa portados a hombros por la Cofradía del Santo Cristo de la Salud por segundo año, ya que las condiciones sanitarias impidieron que comenzara su andadura como estaba previsto en 2022. » Tenía confianza en que iba a salir el proyecto, pero no que iba a salir cómo salió. Hay mucha ilusión, muy bien, cien por cien positivo», comenta Juan José Blanco, el párroco, «con la cofradía se ha dado una estructura más de participación de los laicos con una capacidad de organización y decisión en la vida de la Iglesia y en lo más cercano posible que es su parroquia, haciéndolos responsables de la vida de su Iglesia». No en vano el año que viene está previsto que a la procesión del Viernes Santo se le una otra el Jueves Santo.
Villaviciosa es sin duda una de las localidades que con más intensidad vive la Semana Santa que se remonta a cuatro siglos de historia con la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Dos momentos son claves en ella: los autos sacramentales del Miércoles Santo, con el sermón que cada año da un predicador distinto, y el Desenclavo en la tarde noche del Viernes Santo en el que antes de la procesión se va despojando al Cristo de la corona de espinas, la cartela de Inri, los clavos… mientras que el predicador va glosando estos momentos, se presenta a la imagen de la Virgen y se coloca en la urna. Es también una procesión «muy intensa, por un silencio sobrecogido» como apunta el párroco Gonzalo Suárez, la procesión del Silencio en la que incluso la hostelería baja sus persianas y se apagan las luces de las calles. La mañana de Pascua es otro momento muy emotivo con el Encuentro en el que la Virgen se despoja de su manto negro ante su hijo resucitado, para ponerle el blanco y en ese momento suenan las gaitas. Este año además, como novedad, se podrá ver una nueva imagen de la Virgen hecha por David Valenciano que tendrá la advocación de la Virgen de la Paz con una rama de olivo que se bendecirá en la Vigilia Pascual.
«Todo el pueblo está involucrado en la Semana Santa», explica el párroco, «se inscribe a los niños en la cofradía muchas veces el día del bautizo y los pequeños tienen mucho protagonismo desde los dos o tres año con túnicas a su medida». Muchas veces son los abuelos los que acuden a apuntar a sus nietos para participar ya incluso con las medidas tomadas para que porten los pasos infantiles.
