El retiro Effetá para jóvenes llega a nuestra diócesis este próximo mes de febrero. Convocado por la parroquia de San Martín de La Carrera (Oviedo), se trata de un modelo de retiros pensado para jóvenes de entre 18 y 30 años, que nació en Colombia y que llegó a España en el año 2013. Aquí se han expandido rápidamente por todas las diócesis, convirtiéndose en una experiencia única para sus participantes.
El lugar en el quese desarrollará este retiro en Asturias será la Casa de Espiritualidad de Latores, del 25 al 27 de febrero, contando con todas las medidas sanitarias y de seguridad pertinentes. (Más información)
Sus coordinadores son también jóvenes que en su momento participaron en un retiro y quieren que otras personas puedan tener esta oportunidad, tal y como está establecido. En este caso, uno de sus organizadores es Álvaro Greciet, que explica que Effetá “es un retiro católico mixto, para chicos y chicas, de jóvenes para jóvenes. Estamos respaldados por el Arzobispado de Oviedo y nos acompaña el párroco de San Martín de La Carrera, Manuel Alonso, que nos guía y está a nuestra disposición para todo lo que necesitemos. También nos ayudan en la organización y logística del retiro un grupo de mujeres de Emaús, los retiros para adultos, que son un ejemplo de experiencia y madurez para nosotros, todo un referente sin los cuales esto no funcionaría”.
Effetá transcurre durante un fin de semana, y sus organizadores se encuentran muy emocionados con esta primera vez en Asturias, dado el éxito que tiene en todo el mundo. “Está atrayendo a muchísimos jóvenes por cómo salen de allí”, reconoce Álvaro.
Él hizo el retiro en Santander, a instancias de un amigo suyo “de toda la vida”, de Oviedo que había hecho este retiro en Valencia en el año 2016. “Eran los años en los que estaba comenzando un poco todo esto y yo la verdad es que no estaba entonces muy interesado. Pero su testimonio quedó en mi cabeza, ya que a él le había encantado. Después me fui a vivir a Barcelona, y comencé a ir por una parroquia donde conocí a un grupo de gente súper maja, de los cuales muchos de ellos habían hecho Effetá y también les había gustado mucho. Cuando volví a Oviedo, a vivir, me enteré de que había este retiro en Santander, me volvieron a animar y al final participé. Lo cierto es que me encantó y aquí estoy”.
Carmen Hortelano es otra de las coordinadoras de este primer retiro Effetá en la diócesis. Ella lo hizo en el 2018, y su experiencia la define como “brutal”. “Me dio una perspectiva totalmente diferente de la vida –afirma–. No es que me cambiara la vida como tal, porque la vida sigue siendo la misma, con sus problemas, sus cosas, su día a día. Pero sí que es verdad que me ayudó mucho a parar, a pensar, a seguir adelante con más calma”.
Por este motivo, Carmen está convencida de la importancia de difundir esta posibilidad para los jóvenes: “hoy en día vivimos muy rápido, y la gente que tenemos entre 18 y 30 años vivimos pensando que no hay nada más que el día a día y las obligaciones, y nos paramos poco a pensar qué es importante para nosotros, y cómo podemos vivir nuestra vida de una manera que realmente nos haga felices. El retiro no va a contestar esas preguntas como tal, pero sí que es verdad que te da la oportunidad de planteártelas. Muchas veces no tienes respuesta para esto, porque nunca te lo has planteado, así que creo que es una suerte que los jóvenes asturianos puedan tener la oportunidad de participar en este retiro”.
Esta experiencia, concretamente la de Effetá, está como decimos, indicada para personas entre los 18 y los 30 años. “A los 18 eres ya mayor de edad, y se entiende que a partir de los 30 tienes más o menos la vida asentada, puedes estar casado, tener hijos, y entonces se recomienda que hagan el retiro de Emaús para adultos”, explica Álvaro.
Tampoco es necesario ser creyente para asistir. Effetá está dirigido a jóvenes sea cual sea su religión, ideología o estado social. “Habitualmente lo hace gente católica, pero también es normal que lo hagan personas que buscan respuestas. Gente que a lo mejor en algún momento de su vida ha tenido fe, pero que en esos momentos se siente agnóstico, o alejado de Dios y de la Iglesia”, explica Álvaro. “Para ellos –reconoce– estos retiros son perfectos porque les hace plantearse las cosas y a muchos, les cambia la vida”.
