Un piso de acogida temporal para personas en situación de vulnerabilidad en la parroquia de la Tenderina

Publicado el 05/04/2024
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Un piso de acogida temporal para personas en situación de vulnerabilidad en la parroquia de la Tenderina

La parroquia de San Francisco Javier, en el barrio de la Tenderina de Oviedo, gestiona desde hace un año un piso que da alojamiento temporal a personas que no tienen recursos hasta que pueden comenzar una vida independiente. José del Riego, también Delegado episcopal de Migraciones, forma parte del grupo parroquial que se encarga de llevar a cabo esta iniciativa.

¿Cómo surge la posibilidad de llevar a cabo este proyecto?

La parroquia está situada en un barrio donde la presencia de gente emigrante es muy abundante y estábamos siempre buscando la manera de hacer algo a nivel parroquial dentro de la pastoral de migrantes. En un momento determinado una persona ofreció a la parroquia el uso de un piso situado en el barrio con la finalidad de que pudiera ser un piso de acogida para personas en situación de vulnerabilidad. Con especial incidencia en las personas migrantes que muchas veces llegan a aquí y se encuentran con muchas dificultades para acceder a un alojamiento mínimamente digno. No había mobiliario así desde la parroquia buscamos cómo amueblarlo. Hicimos una serie de peticiones, que se anunciaron en las misas, y una de las personas del equipo se encargó de recoger las ofertas que llegaban. Tuvimos que seleccionar porque se ofreció más que lo que el piso necesitaba. Todo se hizo con colaboraciones generosas y gratuitas de la gente, desde hacer unos visillos porque las ventanas no tenían hasta el montaje de los muebles. La respuesta fue muy generosa. Por otro lado, no teníamos ni idea de cómo gestionar un piso de estas características así que recurrimos a instituciones que tenían experiencia en este sentido: una orden religiosa cercana en el barrio de Ventanielles  y también a Cáritas. Con lo que aprendimos y adaptados a esta situación concreta redactamos unos estatutos y un reglamento de orden interno para especificar las condiciones que debían darse para que la convivencia funcionase.

¿Cómo se gestiona en el día a día?

El piso no es un albergue en el sentido de que una persona de repente un día se encuentra en la calle y busca un lugar para alojarse unos días; y no es tampoco una residencia definitiva. El objetivo es ofrecer una residencia digna durante un tiempo limitado para personas que por su situación no pueden acceder a una vivienda por falta de medios económicos o por cuestiones de documentación porque es realmente difícil el encontrar un alojamiento en según que circunstancias. 

Se les ofrece una habitación donde puedan estar durante un tiempo, pero no con la finalidad de que se pueda entender que su problema está ya solucionado por vivir en esta casa. Esta es una medida temporal durante, en principio, seis meses. Este tiempo podría ser prolongado. Y digo podría porque está sujeto a una serie de condiciones. Junto con la estancia en el piso se realiza un acompañamiento a través del equipo de la pastoral de migrantes para ayudarles en aquellas cosas de trámites que no pueden o no saben hacer, y también de ver que esas personas están en una actitud activa de buscar una solución su problema haciendo todo lo que sea necesario para lograrlo. El propósito es facilitar un espacio desde donde se pueda mejorar su situación.

¿Cómo se selecciona a las personas que viven en el piso?

La selección nos planteaba dudas de cómo hacerla. Decidimos que fuese a través de Cáritas parroquial y las personas que consideren que están en situación de utilizar este proyecto deben presentar su solicitud a ellos. Consideramos quienes colaboran en Cáritas parroquial son los más adecuados porque tienen la experiencia de hacer el seguimiento e incluso en muchos casos ya conocen a las personas. 

Si ellos nos dicen que una persona en concreto, o una unidad familiar, cumple con los requisitos para acceder al piso, y hay espacio libre, se le explica el proyecto y se procede a la firma de dos documentos: uno queda en la parroquia y otra copia en su poder. Uno es el documento de cesión y aceptación de la circunstancia de que están acogidos por la parroquia y otro el de aceptación del régimen de convivencia.

¿Hay ya alguna persona que haya vivido en el piso y que tengo ahora una vida independiente?

El piso justamente ahora en abril cumple un año desde que entraron las primeras personas y quienes están ahora son diferentes de los que se alojaron en primer lugar. Como el caso de una pareja con una niña recién nacida. Estaban en una situación muy vulnerable porque estaban alojados en una habitación y no tenían recursos para pagarla. Ahora están trabajando y con mucha dificultad han podido acceder a un alquiler, porque se piden unas condiciones que son muy difíciles de cumplir en ocasiones.

¿De qué manera se hace frente a los gastos que se generan?

Quienes están en el piso no pagan nada, pero los gastos que genera el piso de luz, agua, etc. se les pide que en la medida en que puedan contribuyan a esos gastos. Si hay un desequilibrio lo pone la parroquia y si en algún momento es necesario se hace una colecta. 

Por otro lado, la iniciativa surgió del propietario del piso, seguramente en muchos más sitios podría haber personas en condiciones semejantes: con la propiedad de viviendas que por las razones que sean no están en alquiler y que tienen una sensibilidad hacia quienes están en situación vulnerable y  que quizás lo podrían ofrecer para hacer algo parecido. Es una labor social muy importante la que se lleva a cabo con este tipo de iniciativas.

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