“Pastoral telemática”, durante el confinamiento

Publicado el 19/03/2021
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“Pastoral telemática”, durante el confinamiento

El párroco Arturo García Rodríguez publica un libro con sus mensajes por whatsapp a sus casi 2.000 feligreses

 

Estos días se ha cumplido un año desde que comenzara el confinamiento que conocemos como “duro”. Fue un tiempo inédito, donde quien más y quien menos tuvo que “reinventarse” (otro término muy repetido) para intentar no paralizar por completo su actividad. Durante ese tiempo, informamos de numerosas iniciativas que se desarrollaron en la diócesis para mantener activa la pastoral de las parroquias, la catequesis y la caridad, algunas de las cuales están recogidas en la web www.iglesiasolidaria.es. Pero no se habló de otro tipo de ayuda, quizá más difícil de cuantificar, como fue la labor de acompañamiento que sacerdotes y grupos de voluntarios hicieron con los feligreses: llamadas telefónicas, mensajes de whatsapp, etc.

Un ejemplo palpable es el que ha quedado recogido en el libro “Tu palabra me sostiene. Pastoral durante el confinamiento”, que acaba de publicar el párroco de Cornellana y catorce parroquias más del concejo de Salas, Arturo García Rodríguez.

¿Cómo surgió la posibilidad de utilizar este servicio de mensajería como whatsapp para estar conectado y llevar a cabo esa “pastoral telemática” con todos los feligreses de sus parroquias?

En realidad es algo que ya venía de atrás, porque desde que comencé a editar una hoja parroquial mensual, hace unos cinco años, hubo gente que comenzó a pedírmela por whatsapp o email. Así, poco a poco, fui teniendo grandes grupos de contactos en el móvil, y en el correo electrónico. Más adelante, hice un procedimiento de regularización de los títulos parroquiales de los cementerios, y ahí ya acabé teniendo los contactos de todos mis feligreses, es decir, entre 1.500 y 2.000 personas, todos ellos organizados por parroquias, algo muy útil y rápido cuando tengo noticias, avisos, funerales, etc.

¿Y de ahí, al salto al libro?

El libro, en realidad, vino de la petición de varios feligreses, de poner todo por escrito para que no se perdiera. Ahí fue cuando tomé conciencia del volumen de material que había trasladado a los feligreses a través del whatsapp y email durante el confinamiento.

En el libro hay reflexiones, enlaces a vídeos, mucho contenido, pero también un método concreto para ser leído, en función de la situación personal de cada uno (si es, o no feligrés, o si es, o no, creyente).

Yo tengo muy claro y siempre lo he tenido en el ejercicio de mi ministerio sacerdotal, que hay que saber dar razones de nuestra. Y cuando lo hago, no es sólo para los creyentes –aunque para ellos está dedicado, en el sentido de profundizar y ahondar en el conocimiento de la Palabra de Dios–, pero también hay una dimensión evangélica, para todos aquellos que no profesan la creencia en el Hijo de Dios. Por eso razono y medito acerca de la posible existencia de Dios y sobre si Jesucristo resucitó. En el libro, dependiendo de la situación personal de cada uno, les animo a que empiecen por un sitio y otro. Si no son creyentes, por ejemplo, les invito a que se inicien en el vídeo 29, que es la homilía del Domingo de Resurrección, donde planteo la cuestión de Dios de una manera muy filosófica, pero también muy razonada.

¿Qué reacciones tienen ese tipo de planteamientos?

Creo que el hombre es un ser religioso por naturaleza, y la dimensión religiosa está presente en todos. Todo el mundo se cuestiona, se hace preguntas; otra cosa es la salida que le den. En mi vida, cuando hay confianza y la gente sabe que soy sacerdote, les falta tiempo para preguntarme sobre la existencia de Dios. Suele pasar en ambientes distendidos, donde la gente se abre más y entramos en grandes debates y discusiones.

En el libro también se responde a dudas que le planteaban los feligreses.

Sí, porque en seguida la gente empezó a dar ideas, y les planteé que, si tenían dudas, que me las trasladasen por escrito para ir respondiéndoselas a todos, poco a poco. Así analizábamos frases como “Hágase tu voluntad”, o “Padre, ¿por qué me has abandonado?”. Y es que el libro tiene tres partes: una primera, que es una introducción donde hablo de los avatares diarios de la zona, de vecinos que fallecían, noticias de todo tipo. El pilar fundamental es el comentario bíblico de las lecturas del día, y luego la tercera, es una reflexión con el título “El cura dice”, donde está mi aportación específica, con una reflexión personal de todo lo que iba pasando.

Además de la “pastoral telemática” propiamente dicha, sirvió también como medio de comunicación.

Sí, efectivamente también funcionó como un sistema para estar todos conectados, para informar sobre enfermedades, fallecimientos, y otras noticias de las parroquias. La gente me pedía que anunciara cosas, y se desarrolló, en definitiva, una conciencia de grupo.

También aproveché el formato vídeo para grabar las eucaristías que celebraba en privado en distintas parroquias y capillas, tan sólo con la presencia de las personas que estaban encargadas de los templos. Un día en Eiros, otro día en Soto de los Infantes, otro día en Boenalla, etc. A la gente le emocionaba ver su parroquia.

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