El estípite de la parroquia de San Pedro de Pola de Siero es un elemento escultórico de madera de nogal y clavos de forja, que presenta una rica policromía al óleo, dorado con pan de oro y veladuras al barniz sobre plata, en tonos rojos y verdes.
La pieza se dataría en los años cuarenta del siglo XVIII, tanto por la policromía original -oculta antes de su restauración bajo capas de repintes de esmaltes y purpurina-, como por la tipología de la talla, con un trabajo muy minucioso, en la línea del preciosismo del estilo churrigueresco o tardobarroco, que se desarrolló en Asturias en el segundo tercio del siglo XVIII.
Fue utilizado durante años en la parroquia como soporte del cirio pascual y originariamente habría formado parte de un retablo desaparecido.
Por las dimensiones del estípite se trataría de un retablo de grandes dimensiones, un retablo mayor, quizás el retablo originario del antiguo templo parroquial de San Pedro – que se localizaba en la actual plaza de Argüelles-, de donde habría sido trasladado para adaptarlo a la nueva iglesia polesa construida en el siglo XIX.
Además de su valor artístico, el estípite tiene un gran valor testimonial al ser el único elemento barroco conservado en el templo parroquial y un raro ejemplo en el concejo de Siero como consecuencia de las irreparables pérdidas de arte sacro durante la guerra civil, y que en la parroquia de San Pedro tuvieron como consecuencia la desaparición del retablo y también de las imágenes de Santa Bárbara y San Antonio, obras del escultor local Juan de Villanueva y Bardales (1681-1765).
