El pasado 17 de marzo se daba a conocer el acuerdo del Arzobispado de Oviedo con la Fundación Educatio Servanda, titular de los colegios Juan Pablo II en España, para desarrollar la gestión conjunta e integrada de sus centros diocesanos. (En la foto, encuentro de miembros de la Fundación con el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes; el Vicario de Pastoral, D. Antonio Vázquez y los directores de los centros)
El Delegado Episcopal de Enseñanza, Miguel Ángel Solís, explica en la siguiente entrevista los detalles de esta decisión, que ha dado lugar a una nueva fundación, Educatio Servanda Asturias.
¿Qué objetivo se persigue con esta nueva fundación?
El objetivo que se busca es garantizar la continuidad de los colegios diocesanos. Es algo que no es nuevo, ya se intentó hace unos años hacer una fundación con todos ellos pero no se logró. Sin embargo sí quedó la idea de buscar una vía para caminar juntos. En Asturias tenemos una natalidad muy baja y tenemos que mirar, no sólo el presente, sino también a medio y largo plazo. Con la fundación se nos abre la oportunidad de mejorar la gestión, no es lo mismo hacer una gestión unificada, que una gestión individualizada; y también que los centros sigan manteniendo el ideario católico, que está en el origen de todos ellos, por que surgen para cubrir unas necesidades sociales a las que la Iglesia da una respuesta.
¿Qué cambios va a traer consigo, para los centros y para las familias?
En el día a día del colegio en un primer momento, no va a haber grandes cambios. Los equipos directivos serán los mismos, así como el claustro de profesores.
Es decir, los niños van a seguir viendo las mismas caras y el personal seguirá siendo el mismo. Por otro lado, los centros van a
continuar con el mismo ideario, que es un ideario católico. Los cambios serán, por tanto, a mejor: una mejor gestión, ya que, al estar unificada, esto permitirá aprovechar la experiencia de otros centros que ya está gestionando la fundación, y las ventajas que supone estar dentro de una familia más amplia.
En cuanto al nombre, el cambio que se va a producir es que a partir de ahora se llamarán Juan Pablo II, más el nombre que ya tienen. Esto es así, porque san Juan Pablo II es el patrono de la fundación y todos los colegios llevan este nombre. Por otro lado, el uniforme se cambiará, pero de forma progresiva, habiendo una convivencia durante un tiempo con los anteriores, de tal manera que si alguien lo tenía recién comprado, no lo va a tener que cambiar hasta que lo tenga que sustituir porque ya no le sirva o porque se le haya roto (igual que cuando se cambia el modelo de uniforme de cualquier centro).
Miguel Ángel Solís, Delegado episcopal Enseñanza
Estamos hablando concretamente de los centros Santo Tomás, San Nicolás y Sagrada Familia en Avilés; San Miguel de Pumarín y San Eutiquio en Gijón, y Sagrada Familia en Oviedo. Al coincidir varios colegios en la misma localidad, ¿esto significa que van a fusionar?
No. Cada centro va a seguir como hasta ahora con su autonomía, pero perteneciendo a una familia más amplia. Son centros muy distintos y con una gran riqueza cada uno de ellos, que hay que aprovechar.
¿Por qué se ha comunicado ahora y no antes del verano de cara al comienzo de curso?
Muy sencillo, porque queremos ser transparentes con aquellos que nos confían a sus hijos, que son lo más preciado. Lo suyo es que los padres conozcan los cambios antes del proceso de matrícula y no después. Es un ejercicio de transparencia.
¿Qué diría a los padres que llevan a sus hijos a estos centros?
Transmitiría un mensaje de tranquilidad absoluta. Los padres que nos confían a sus hijos y los llevan a nuestros centros lo hacen porque están contentos con la formación que reciben. Si sigue el mismo equipo directivo y el mismo claustro de profesores, esto garantiza una continuidad.
En cada centro hay un gran equipo de docentes, muy profesionales, que tienen una gran preocupación y dedicación por cada alumno, y esto va a seguir siendo así. Nos debemos a las familias.
