«No apartes tu rostro del pobre» es el lema elegido para la séptima Jornada Mundial de los Pobres que se celebrará este domingo, como siempre, una semana antes de la fiesta de Jesucristo, Rey del Universo. Así lo instituyó el Papa Francisco en la clausura del Año de la Misericordia, en el año 2016, cuando expresó el deseo de que ese día se celebrara para siempre la Jornada de los pobres. Como en años anteriores, la Conferencia Episcopal Española y Cáritas se han unido para movilizar a las comunidades cristianas y a la sociedad en los objetivos de esta cita anual. «Esta jornada no tiene colecta», recuerda el Delegado episcopal de Cáritas en la diócesis, el sacerdote José María Hevia. «Ya hemos tenido en nuestra diócesis la colecta del Domund, del Día de la Iglesia diocesana o de Cáritas –explica–, Pero sí se nos pide algo, y es la mirada, el poder mirar al pobre. Es un lema bíblico: el anciano Tobit marca el testamento a su hijo Tobías y entre otras cosas, le encomienda no apartes tu mirada del pobre. No vamos a dar limosna, vamos a dar algo más: una mirada, sensibilizar a nuestros fieles de las parroquias para que, cuando vean a un pobre, no miren hacia otro lado, sino que le miren a la cara, a los ojos, y así hacer realidad la misericordia, pues de ella nace esta jornada».
En su mensaje para la jornada de este año, el Papa Francisco menciona las diferentes formas de pobreza, y recuerda que «los pobres se vuelven imágenes que pueden conmover por algunos instantes, pero cuando se encuentran en carne y hueso por la calle, entonces intervienen el fastidio y la marginación», y recuerda que «la vocación de todo cristiano es implicarse en primera persona». De manera particular hace hincapié este año en «las poblaciones que viven en zonas de guerra, especialmente en los niños privados de un presente sereno y de un futuro digno», por lo cual subraya la importancia de «mantener vivo cada intento para que la paz se afirme como don del Señor Resucitado y fruto del compromiso por la justicia y el diálogo». Una realidad que se vive en diferentes partes del mundo, en el que Cáritas concretamente está implicada, ya que no hace mucho perdió a cinco miembros en un bombardeo sobre Gaza: «Estaban atendiendo precisamente a unos grupos de niños en una basílica ortodoxa», recuerda el sacerdote José María Hevia. «Para nosotros esos cinco miembros de Cáritas son mártires de la caridad, y nos preocupa estar presentes donde quiera que haga falta la misericordia de Dios».
Como gesto concreto, la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga de Oviedo celebrará esta tarde un acto de presentación pensada para sus feligreses y especialmente aquellos que forman parte del grupo de acogida de Cáritas parroquial, de los proyectos que lleva Cáritas a cabo a nivel diocesano. «Hay una Cáritas que está distribuida en todo el mapa de la diócesis, que es el de la acogida en cada parroquia –recuerda el Delegado episcopal–, pero luego hay unos programas concretos que atendemos con ayudas y subvenciones, y esos serán los que se presenten esta tarde, proyectos de atención a los niños, como Alfa, Colores o el Llugarín; pero también para personas dependientes de la droga, o mayores, o familias. Una actividad muy interesante para tener una visión del mapa diocesano y de toda la labor que se lleva a cabo más allá de las parroquias, que son el primer paso para tantas personas que acuden a Cáritas».
