Mons. Sanz preside la celebración de las Bodas de Oro y Plata sacerdotales

Publicado el 01/06/2023
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Mons. Sanz preside la celebración de las Bodas de Oro y Plata sacerdotales

La Capilla Mayor del Seminario Metropolitano ha acogido hoy, 1 de junio, fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, la eucaristía con motivo de la celebración de las Bodas de Oro y Plata sacerdotales.

En total,  han sido nueve los sacerdotes que conmemoraban sus cincuenta años de servicio presbiteral: D. José Antonio Álvarez Álvarez; P. Gregorio Álvarez López OFM cap; D. Jorge Luis Fernández Cortés; D. Marcelino Montoto Álvarez; D. José Manuel Rodríguez Fueyo; D. Dositeo Méndez Couso; D. José Antonio San Emeterio Escobedo; D. Francisco Javier Suárez Fernández y P. Fermín Trueba Pérez, SJ. Por otro lado, cinco sacerdotes celebrarán los 25 años de su ordenación: D. Abelardo Bazó Canelón; D. Víctor Manuel Cedrón Castaño; D. Manuel Fanjul García; P. Alfredo Flórez Cienfuegos-Jovellanos SJ y D. Juan Manuel Hevia Fisas.

En su homilía, el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz recordó que «el domingo pasado teníamos la inmensa alegría de ordenar a seis nuevos sacerdotes que como hermanos se unían a nuestro presbiterio diocesano. Una gracia grande y esperanzadora. Hoy nos acompañan concelebrando». «Es el punto de partida –dijo– de un itinerario al que vale la pena asomarse los que llevamos ya un tiempo caminando en este sendero vocacional de nuestro sacerdocio. Porque en la ilusión llena de asombro y misterio que se reconoce en estos sus primeros pasos, hay un espejo en el que mirarnos los que un día también fuimos misacantanos. Y en la fiesta que hoy celebra la Iglesia en torno a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, es una buena ocasión para hacerlo». Haciendo un repaso por todas las vicisitudes que durante tantos años de labor pastoral han podido vivir los sacerdotes presentes, Mons. Sanz recordó muy especialmente a todos sus seres queridos, «a padres, hermanos, amigos, profesores y formadores, sacerdotes y cuantos fueron decisivos en vuestro camino. También tanta gente a la que en nombre de Dios y de la Iglesia habéis servido: cuántos niños, jóvenes, adultos, ancianos han escuchado vuestros consejos, los habéis sostenido en sus zozobras, habéis enjugado sus lágrimas, habéis compartido también sus alegrías, habéis bendecido y les habéis repartido de tantos modos la gracia. No pocas de sus búsquedas, de sus preguntas habrán encontrado en vuestra paternidad espiritual una luz, un aliento y una compañía fraterna. Que hoy sea todo ello un homenaje al Señor y a vosotros, por vuestro sí, por el itinerario de vuestro rastro que se hace canto de gratitud en un rostro confiado».

Homilía completa

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