Este lunes, 4 de diciembre, tenía lugar la bendición e inauguración de la nueva sede de Cáritas diocesana de Oviedo, que abandonaba el edificio de González del Valle, propiedad de las Esclavas del Sagrado Corazón, para trasladarse a la conocida como «Casa de los Movimientos», en el Antiguo de Oviedo, justo enfrente de la Catedral y del Obispado. Un acto en el que, además del Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, estaban presentes el Alcalde de la ciudad, D. Alfredo Canteli; la Concejala de Asuntos Sociales, Dña. Adelina María Velasco; la Directora de Cáritas diocesana, Dña. Elsa Suárez; el Delegado episcopal, D. José María Hevia o el Secretario General de Cáritas, D. Ramón Méndez-Navia, entre trabajadores, voluntarios, sacerdotes y amigos de la institución.
En la presentación, la Directora de Cáritas diocesana explicó que «se trata de un cambio importante que afrontamos con ilusión -dijo–, porque lo vemos como una mejora de cara al público y a la gente que nos viene a ver, ya que ahora los accesos son mejores, al contar con ascensor, y también con un importante ahorro de eficiencia energético». «También –manifestó–, al menos en horario diurno, vamos a revitalizar esta zona del Antiguo con los trabajadores y voluntarios. Y además, con vistas a la Catedral, lo cual nos recordará siempre a Quién servimos y por Quién estamos». En su discurso inaugurativo no olvidó mencionar tampoco a las «mujeres de la Acción Católica», propietarias de la casa; al «Arzobispado de Oviedo, que hizo posible este cambio», y «desde luego a las Esclavas, que durante tanto tiempo compartieron con nosotros espacio».
En su mensaje a los asistentes, previo a la bendición de los locales, Mons. Jesús Sanz recordó que los tres elementos más importantes de la comunidad cristiana son «la Liturgia, la formación y la caridad». Este último es «el tercer alimento de los cristianos, el testimonio de justicia y paz, que lo encarna Cáritas en Asturias, saliendo al encuentro de tanta gente abusada, que sufre penurias». Mencionó también la presencia de la imagen de la Virgen, en el salón de actos del nuevo edificio, y recordó que fue «Ella la que se dio cuenta de que en unas bodas faltaba el vino. En las bodas de la vida –dijo–, hay tanta gente que no tiene el vino de la alegría, el vino de la esperanza».
Como anécdota, el Arzobispo de Oviedo llevó durante el acto de bendición, una antigua estola perteneciente al Obispo Mons. Martínez Vigil, encontrada en el edificio durante las labores de limpieza y vaciado de las antiguas oficinas para dar comienzo a las obras de adecuación. Se sabe que fue donada en el año 1884, al poco de llegar el Obispo a la diócesis, y que su primer acto con ella fue precisamente la bendición de la rampa de Pajares. La estola ha sido recuperada para ser usada en futuros actos diocesanos.