El Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, ha querido dirigirse a las familias, en esta solemnidad de la Anunciación del Señor, desde la Santa Cueva de Covadonga. Tal día como hoy, la Basílica del Sagrado Corazón, en Gijón, iba a albergar una celebración especial, organizada por la Delegación de Familia y Vida para «dar gracias juntos al Señor por el regalo de la vida, en este día en el que celebramos el sí de la Virgen a la vida, como tal», explica en el vídeo.
«Las circunstancias nos han impedido –afirma– poder tener este encuentro y acudir a esta cita». Por eso, «desde la Santa Cueva, bajo la mirada de al imagen de nuestra querida Santina, quiero aprovechar para enviar una calurosa bendición y todo mi ánimo a las familias que estáis viviendo estos momentos en vuestros hogares».
Mons. Sanz reconoce en el mensaje que «No es fácil tener que vivir confinados cuando las estancias y los espacios a veces resultan pequeños para estar conviviendo todo el santo día grandes y pequeños». Sin embargo, «es hermoso ver cómo os ayudáis mutuamente y cómo hay una ocasión, casi diría un pretexto, para poder acompañaros mutuamente, cuidando a los más pequeños, cuiadndo a los que son mayores, a los jóvenes y también entre vosotros, los esposos, sabiendo levantar bien la llama de la esperanza, la paciencia y el perdón. Las pequeñas cosas cotidianas que a menudo se nos brindan, pasan tal vez desapercibidas. La ternura, la comprensión, la escucha, la amabilidad. Todo cuanto puede hacer más fácil la vida del otro en un momento de enorme dificultad».
«Desde aquí la Santina nos protege a las familias asturianas –recuerda el Arzobispo de Oviedo–. Y quiero que a través de esta mirada, el Niño que mira a la Madre, la Madre que nos mira a nosotros sus hijos, podamos tener la fuerza, la certeza, de sabernos acompañados. No vivimos solitariamente esta prueba sin igual sino acompañados por quien siempre está a nuestro lado».
