La Real y Trinitaria Archicofradía del Santo Entierro y Nuestra Señora de los Dolores en su Inmaculada Concepción de Oviedo celebra este año el 25 aniversario de su refundación. Una efeméride que se clausura esta tarde, a las ocho, con una misa en San Isidoro el Real de Oviedo, su sede canónica, que estará presidida por el Arzobispo de Oviedo. Su Hermano Mayor, Luis Manuel Alonso, nos ha contado cómo han celebrado estas bodas de plata a pesar de las dificultades que ha presentado este 2020.
Una de los gestos más importantes de este aniversario ha sido el Año de Gracia que hoy se clausura.
Sí, desde luego. Cuando empezamos a pensar en qué podíamos organizar para celebrar los 25 años, en el Cabildo de Oficiales surgió la idea de pedir al Sr. Arzobispo la concesión de un Año de Gracia, de 6 de noviembre de 2019 a 6 de noviembre de 2020, para dar gracias a Dios por lo que hemos sido, por lo que hemos llegado a ser y para pedir por el futuro que tenemos por delante. Hoy son los 25 años exactos de aquella primera reunión que tuvieron en San Isidoro, allá por el año 95, un pequeño grupo de fieles con D. Segundo, el párroco de aquella época. Esta tarde con mucha ilusión y rezando intensamente por las dificultades que cada día nos pone en el camino el virus, tendremos la misa de clausura presidida por D. Jesús. Recitaremos también de forma más solemne aun si cabe la oración que él mismo compuso para este año para pedir la intercesión de la Virgen de los Dolores.
¿Cómo ha evolucionado la cofradía estos años?
La cofradía tiene mucha historia porque la Semana Santa y la religiosidad popular viene de muy atrás, tanto en Asturias como en España. Hubo unos años que se oscurecieron en la ciudad y después, en el año 95, nuestra corporación resurgió de sus cenizas, podríamos decir. El cambio ha sido mucho desde unos inicios, en los que yo no estaba porque empecé en el año 2000, pero por lo que cuentan los mayores de la cofradía se empezó con mucho sacrificio, con un pequeño grupo de la Acción Católica que fue quien puso la semilla y que fue poco a poco avanzando hasta la realidad que hoy tenemos.
Se han incorporado también devociones y títulos a su nombre.
Todos esos títulos y nueva nomenclatura que tenemos ahora provienen de que hemos ido recuperando antiguas cofradías que estaban en la parroquia, vigentes pero casi extintas, para que no se perdiera su caudal de gracias y privilegios religiosos que a lo largo de la historia les concedió la Iglesia. Hubo reuniones con las Hijas de María y la Archicofradía de la Santísima Trinidad para reunificarlas bajo la nuestra que es la más pujante en estos momentos y de esta forma el culto a la Inmaculada y a la Santísima Trinidad permanece.
Y siempre con la Dolorosa.
Su fiesta el 15 de septiembre, pero pretendemos que a lo largo del año permanezca presente la devoción y cada 15 de mes se finaliza la misa con el canto de la Salve ante su imagen en San Isidoro. Es una devoción muy arraigada no solo por la cofradía, sino que multitud de devotos se acercan a lo largo del año a la parroquia a rezar ante su imagen. Nosotros lo que intentamos es que esa devoción no decaiga y sobre todo que cada día esté más presente en el corazón de los cristianos de nuestra ciudad.
Los escoltas de los pasos han sido también protagonistas de este aniversario.
Era un acto que contra viento y marea queríamos mantener y gracias a Dios el pasado 22 de octubre, coincidiendo con la celebración de nuestro patrono San Juan Pablo II, pudimos realizarlo dentro de este año tan peculiar y difícil que estamos teniendo. Reunimos a los escoltas de los diferentes pasos: Policía Nacional que acompaña a la Dolorosa, Guardia Civil que escolta al Yacente y el Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Oviedo con la Soledad; para concederles una medalla que surgió precisamente para conmemorar esta efeméride de los 25 años: la Medalla de la Corte de Honor de Nuestra Señora de los Dolores. Es un reconocimiento para dar gracias a las personas e instituciones que colaboran para que nuestra cofradía pueda seguir funcionando con el mayor esplendor y la mayor religiosidad posible. Teníamos mucha ilusión y ganas de reconocer nuestros escoltas por colaborar con nosotros y por el servicio que prestan a la sociedad, en esta época especialmente por la labor que están desarrollando para que se supere la pandemia.
¿Qué papel deben tener las cofradías dentro de la Iglesia?
No pueden perder de vista en primer lugar lo que son y por qué nacieron: una asociación de fieles en torno a una devoción. Y sobre todo que la cofradía se sienta perteneciente a la Iglesia que no sea un ente aparte, sino que se vincule con la parroquia y con toda su acción pastoral. Hoy en día los cristianos cada vez estamos, desgraciadamente, menos presentes en la sociedad y menos presentes nos quieren y las cofradías y todos los miembros de ellas deben, con su testimonio de vida y también con su palabra, no solo con las obras sino también anunciando que son cofrades, mostrar que son devotos, que se sienten Iglesia y que están llamados anunciar el Evangelio cada día en la realidad que están viviendo.
