“La vida de fe y monástica te acerca a todos, es profundizar en el corazón”

Publicado el 06/03/2020
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“La vida de fe y monástica te acerca a todos, es profundizar en el corazón”

Entrevista a Sor Rosario del Camino, madre abadesa del monasterio benedictino de San Pelayo de Oviedo

Sor Rosario del Camino, madre abadesa del monasterio benedictino de San Pelayo de Oviedo ha sido nombrada recientemente Abadesa Presidenta de una congregación monástica que reúne a veinticuatro comunidades de España.

¿Cómo surge la idea de esta gran congregación?

Es una una comunidad de comunidades que se crea con la idea de ayudarnos, de caminar juntas y de acompañarnos. De cuidar juntas nuestro carisma y de compartir recursos y experiencias y apoyarnos en caso de que sea necesario.

¿Cuáles son los retos de la vida monástica en la actualidad?

El reto constante es tratar de que viviendo  profundamente el carisma pueda ser significativo para las gentes de nuestra época, los hombres y mujeres reales de a pie de hoy en día.  Atender también a la interculturalidad porque algunas hermanas en los monasterios proceden de otros países y es muy importante no dar por supuesta la integración sino trabajar conscientemente para integrar la diversidad. Cuidar la formación, siempre desde los monasterios benedictinos ha sido así. Hace falta formarse en el sentido académico, pero también en el integral de la persona. Y en este momento en el que hay menos vocaciones ver cómo ayudar a nuestras comunidades cuando entramos en procesos de disminución.

La formación es muy importante en la orden benedictina, usted misma es licenciada en Teología. 

En el mundo benedictino lo es porque la fe quiere comprenderse a sí misma, hace preguntas y convive siempre con la sociedad de su tiempo. Es necesario conocer los distintos saberes y es lo que hace la Teología, ahondar en la propia fe, para tratar de mostrar su significatividad. Nos dejamos guiar por la regla de San Benito que pone en el centro el Evangelio, pero con atención al capítulo número siete que está dedicado a la humildad: la formación siempre quiere ser humilde en el sentido de dialogante con todos, pero es necesario tener tu propio criterio para poder entrar en diálogo con otra persona.

¿Cómo es el día a día de una congregación contemplativa?

Tiene tres aspectos fundamentales que interactúan. Por un lado, la vida comunitaria. Cuidar las relaciones es un tema cotidiano y esto lo sabemos todos porque quien más quien menos vive en una familia, tiene un grupo de amigos… Desde la fe, el otro para mí es la primera presencia de Cristo. Si no me relaciono desde la fe y desde un amor sincero y profundo con los demás, mis oraciones no son plenas.

Tenemos también la oración que es vivir vida comunitaria con nuestro Dios, porque orar es sobre todo es escuchar porque el primero que nos dice algo es Dios: “Te quiero, hagas lo que hagas, te sostendré y te espero siempre al final del camino”. La oración es respuesta a este mensaje fundamental. Y otro aspecto es el trabajo que es nuestro modo de sostenernos, vivimos de él, y también para ayudar a otras personas que no tienen recursos. San Benito decía: “Entonces serán verdaderamente monjes si viven del trabajo de sus manos”, es muy propio de la tradición benedictina. El trabajo tiene también una dimensión de belleza, creatividad y colaboración. Nuestra vida es por una parte sencilla, pero muy plena.

¿Y cómo vive su vocación?

Hace 34 años ya que entré en el monasterio. Cuanto más tiempo pasa, más tienes la impresión de volver a comenzar cada vez ahondando más en estos pilares que he hablado. Da mucha alegría y vives también mucha dificultad, es una vida como la de todos. La alegría viene del proyecto compartido y del Dios que se nos hace presente en medio de la vida de comunidad. Cada día el Evangelio es nuevo, parece que sería muy rutinario, pero es todo lo contrario; te das cuenta de que ahí hay vida, que algo alienta, algo más que lo que se ve.

Además, cuanto tú más profundizas en tu propia vida más cerca te sientes de todas las vidas y las personas, escuchas noticias o lees entrevistas y la vida de fe y la vida monástica te va colocando en una posición de cercanía con los demás porque al final es profundizar en el corazón humano en las distintas situaciones, emociones…, y con esa presencia de Dios que le da sentido a todo.

El domingo se celebra el Día de la Mujer

La mujer siempre ha aportado mucho en la vida de la Iglesia grandes santas y yo diría también grandes santas cotidianas hoy en día. Cuántas hermanas y laicas están haciendo tanto servicio, apoyo, reflexión. Mujeres valientes, convencidas de que si la mujer avanza todos los hacen, y es bueno para todos.

Para nuestra congregación hemos tomado como patrona a una religiosa del siglo XII, Santa Hildegarda, que fue una verdadera benedictina y también valiente. Entró en un monasterio dúplice y cuando asume la responsabilidad de su monasterio ve claro que tiene que construir uno para las propias monjas. Una decisión nada fácil, pero lo llevó adelante y consiguió también en su vida una armonía profunda entre lo cotidiano y lo divino.

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