La «Semana del Matrimonio», unos días para mostrar la belleza y dignidad del matrimonio cristiano

Publicado el 16/02/2024
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La «Semana del Matrimonio», unos días para mostrar la belleza y dignidad del matrimonio cristiano

La Conferencia Episcopal Española ha puesto en marcha, un año más, la «Semana del Matrimonio», en estos días en torno a San Valentín. Una campaña que ya va por su tercera edición, y que tiene como objetivo visibilizar la grandeza y dignidad del matrimonio cristiano, así como mostrar a la sociedad su belleza. La página web matrimonioesmas.org cuenta con materiales de ayuda, guías de trabajo y diferentes vídeos testimoniales para trabajar personalmente o en grupo.

Las delegaciones de familia están trabajando de diferentes maneras en cada diócesis esta «Semana del Matrimonio» y en la nuestra, desde este lunes se está emitiendo cada día un vídeo a través del Canal de YouTube de la diócesis, de esta misma página web y de las Redes Sociales, donde  matrimonios de diferentes edades y de distintos lugares de la geografía asturiana comparten su experiencia y sus aprendizajes. Con ello, se pretende «visibilizar la bondad del matrimonio y mostrar su valor, puesto que el matrimonio hace crecer y mejorar a las personas, las hace más auténticas, las libera de muchos egoísmos, las hace más solidarias y más sensibles al prójimo», explica el Delegado episcopal de Familia y Vida, el sacerdote José Luis Pascual. «Todo ello exige un trabajo diario –subraya–, pero como sucede con todo aquello que importa en esta vida». «Es cierto –añade– que también se corre el riesgo de ceder al egoísmo al desamor. Pero los matrimonios son un auténtico testimonio del amor de Dios visibilizado aquí en la tierra, y lo digo como cura, que me quito el sombrero ante muchos matrimonios que tengo a mi alrededor». José Luis Pascual reconoce también que esta iniciativa quiere «mostrar la apuesta cristiana por el bien social del matrimonio. Las civilizaciones hasta ahora se han construido siempre sobre la base del matrimonio entre hombre y mujer, por supuesto con sus diversas expresiones culturales y religiosas, y renunciar a ello, está por demostrar que sea bueno para la sociedad. Nosotros creemos firmemente que es un gran bien social».

Los vídeos que se han elaborado para publicar cada día de esta semana presentan a matrimonios de parroquias, «representativos de todo el territorio asturiano». «Se expresan con naturalidad, y lo hemos pasando en grande haciendo estas grabaciones, que eran largas pero que se han reducido a dos ó tres minutos, para ofrecer estos microvídeos», explica el Delegado de Familia y Vida. «El mensaje con ellos es que, sin ocultar las dificultades, el amor matrimonial es un regalo para todos».

El punto curioso de los vídeos lo ponen sus títulos: «Ecosistema Saludable, Cultura Corporativa, Eficiencia Energética…», unos «palabros», reconoce Pascual, «palabras técnicas que uno no se espera en este tipo de vídeos porque pertenecen al lenguaje de las grandes corporaciones del estilo de la ONU, como los que se utilizan en la Agenda 2030, que propone unos fines que cualquiera apoyaría, como «el final de la pobreza», aunque el problema se encuentra en el camino y las propuestas para llegar a ello». Desde la Delegación de Familia y Vida se denuncia que las propuestas que se plantean para mejorar la situación de la humanidad, «nunca se menciona la promoción del matrimonio, origen y fuente de la civilización, presente en todos los pueblos y culturas, la institución social más conocida. Hemos querido utilizar ese mismo neolenguaje en los vídeos, porque creemos que es un objetivo fundamental para el desarrollo, y que debería  estar incluido».

Sin embargo, las cifras de matrimonios tanto civiles como religiosas parecen ir descendiendo. La convivencia se muestra como una solución sencilla y simple, desligada de complicaciones. Y el Delegado de Familia y Vida considera que «hay hándicaps que se han ido imponiendo en la sociedad, que son gafas oscuras que impiden ver la luz del matrimonio. Uno de ellos es el individualismo actual, y es que el matrimonio implica «divorciarse» de uno mismo, porque hay que ser para el otro. El amor es salir de uno, vivir para el otro, descentrarse para poner al otro en el centro. Y por otro lado, está la cuestión de la libertad –explica–. Dicen que si te casas, pierdes la libertad. Que es mejor vivir libre, sin ataduras. Y claro, tenemos unas adolescencias que llegan hasta los 85 años, con personas llenas de indecisión, con miedos. Sin embargo, el que se ha casado es el más libre de todos, porque ha tomado una decisión que implica la vida, ha demostrado que ha elegido, porque ¿para qué quiero la libertad? ¿Para colgarla en un cartel en mi habitación? La tengo para ejercerla».

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