La Pascua por el rito oriental

Publicado el 07/05/2021
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La Pascua por el rito oriental

La comunidad católica ucraniana celebró este pasado domingo, 2 de mayo la Pascua de resurrección. Más de cien fieles se dieron cita en la parroquia de San Antonio de Padua

 

Este pasado domingo, la comunidad católica ucraniana –de rito oriental– en la diócesis, celebró la Pascua en la parroquia de San Antonio de Padua de Oviedo. Un día especial, donde habitualmente se reúne un número significativo de fieles que, aunque quizá a lo largo del año encuentren más dificultades para acudir a las celebraciones eucarísticas, no perdonan las celebraciones de la Semana Santa y particularmente la Pascua. 

“La Semana Santa es muy importante para nosotros –explica el padre Stefan Uhryn, sacerdote ucraniano en Asturias, Vicario de San Antonio de Padua y que acompaña a esta comunidad–. De entre todos los días destaca el Viernes Santo, donde exponemos un icono muy particular, que nosotros llamamos la Sábana Santa, que muestra a Cristo yacente. Solemos hacer una pequeña procesión con ella –este año más menguada a causa del coronavirus–, y luego exponemos el icono en el templo. Normalmente la gente adora el icono durante un buen tiempo, pidiendo perdón por sus pecados y en silencio, contemplando, ya que ese día no hay eucaristía y no se puede comulgar. Con esta contemplación, la gente espera el día de Pascua”.

Habitualmente, la comunidad católica ucraniana en Asturias se reunía para sus celebraciones en el templo de las religiosas Agustinas, sin embargo, a causa de la pandemia en estos últimos tiempos se están dando cita en la capilla de San Juan, y particularmente el pasado 2 de mayo, día de Pascua para ellos, decidieron trasladarse hasta San Antonio de Padua, para poder cumplir con los requisitos de seguridad que impone la actual situación sanitaria, ya que todo hacía presagiar que iban a congregarse un buen número de personas.

Y ciertamente, fueron bastantes más de cien los que se reunieron ese día en torno a la celebración de la Pascua según el rito bizantino, en su mayor parte ucranianos, aunque también acudieron cristianos de Rusia, Moldavia o Bielorrusia. 

“Cuando llega la Semana Santa y el tiempo de Pascua, noto que la gente me busca con más intensidad –reconoce el padre Uhryn– porque quieren participar de las celebraciones de manera digna, cristiana, comulgando y confesándose”. Una circunstancia que ha percibido de manera más intensa en los últimos tiempos, “quizá con esta situación de coronavirus, que provoca que la gente busque de nuevo a Dios, un sentido de su vida más profundo”. 

Aunque es complicado explicar de manera sencilla las diferencias entre los ritos católicos orientales y occidentales, el padre Uhryn afirma con frecuencia que “el oriente cristiano es más místico que el mundo occidental. Occidente también tiene su gran valor y mérito en la Iglesia universal –afirma–, pero yo diría que Oriente es un mundo más contemplativo, donde el cristiano busca unirse con Dios de corazón, no tanto con la mente, sino ayudándose también de sus sentimientos. Por eso allí valoramos mucho la vida contemplativa, con el ayuno y prácticas penitenciales. Nosotros seguimos la eucaristía de San Juan Crisóstomo, un gran santo, y en los días festivos celebramos la misa de San Basilio el Grande, que también tiene su anáfora muy rica teológicamente”.

A pesar de las diferencias, el significado profundo es el mismo y por ello la celebración de la Pascua es motivo de alegría, dejando atrás la vivencia de la Semana Santa. Por ello es costumbre en Ucrania que a la celebración de la resurrección del Señor cada familia acuda con una cesta de comida, donde no puede faltar un pan dulce, similar al panettone italiano, y los huevos pascuales. “El sacerdote bendice toda la comida, porque tras el ayuno de la Cuaresma y la Semana Santa, la bendición supone el permiso para volver a comer y disfrutar. Y con ello la gente se reúne, se emociona, y especialmente, tan lejos de sus hogares, recuerda su infancia y su país, y en definitiva, es un día precioso que sirve además para salvaguardar su propia identidad”.

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