La Vigilia de Jóvenes celebrada en la víspera del Día de Covadonga tuvo como hilo conductor la reciente JMJ de Lisboa. Y será así durante un buen tiempo, cada vez que se organicen actividades juveniles. No es nada nuevo, lo vivido en una Jornada Mundial de la Juventud suele resonar durante mucho tiempo, tanto en lo colectivo, como en el corazón de cada participante. Así nos lo recuerda el Delegado episcopal de Pastoral Juvenil, el sacerdote D. Manuel Viego Tomás.
¿Qué balance haría de la JMJ?
Es un tiempo de gracia, un tiempo precioso. Además, hubo un grupo nutrido de jóvenes de la diócesis que acudieron, especialmente aquellos que tuvieron la oportunidad de ir los 14 días completos y estar en los Días en las Diócesis. Nosotros elegimos estar esa semana antes de la JMJ en la diócesis de Oporto, porque es muy similar a la nuestra, y allí nos acogieron en familias en la parroquia de San Pedro de Castelao, y bueno, los chavales quedaron encantados porque es como si te acogieran las propias familias nuestras.
¿Con qué mensaje de los que compartió el Papa Francisco os quedaríais?
La verdad es que al Papa se le veía muy mayor, cansado y dolorido, haciendo un gran esfuerzo para poder estar allí con los jóvenes. Pero a pesar de todo, dejó muy claro el tema de la felicidad, de ser felices, de cómo podemos ser luz en medio de este mundo, transmitiendo esa felicidad que dar vivir el Evangelio. Aunque es una cosa conocida, creo que el hecho de que te lo diga el Papa y de una manera nueva, es algo que cala.
¿Qué momento fue más especial?
Yo me quedo con la convivencia. Siempre me lo paso muy bien en el metro, donde vamos como latas de sardinas, pero cantando en todos los idiomas. El ambiente que se vivía en Lisboa, porque no es lo mismo ser cristiano que no serlo, y aquello era un ambiente muy sano y muy alegre. Desde luego muy especial es la Vigilia, pero yo creo que el tema de la convivencia es lo que más toca a los chavales.
¿Cómo fue la relación con la gente de otras nacionalidades? ¿Hicisteis muchos amigos?
Desde luego que yo por ejemplo hice muy buena amistad con el padre de la familia de acogida en Oporto, que todavía me llama por teléfono. También fue curioso porque coincidimos con los coreanos en esta misma diócesis, que son precisamente los que tendrán la próxima JMJ. Hicimos muy buenas migas con ellos también.
Pues si en esta JMJ que era en Lisboa los chicos empezaron casi un año antes a organizar actividades para sacar dinero, ¿cuándo empezarán para la de Corea?
Yo solo rezo para que le toque a otro (risas)
El eco de la JMJ de Lisboa seguirá resonando durante un buen tiempo, en todas las actividades que se lleven a cabo…
Sí, la idea es dar testimonio entre los jóvenes de que vivir en cristiano es posible, de que en las actividades que llevamos a cabo nos lo pasamos muy bien, nos divertimos, damos testimonio de alegría como nos decía el Papa. Queremos que esas actividades que organicemos sean también luz dentro de nuestra diócesis.
