La Iglesia celebra el Día del Seminario 2021

Publicado el 19/03/2021
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La Iglesia  celebra  el Día  del Seminario 2021

Este año con la mirada puesta en San José, ante la proclamación del Año Santo

 

“Padre y hermano, como San José” es el lema del Día del Seminario de este 2021. Una jornada marcada fuertemente por la figura de este santo, tras declarar el Papa Francisco el Año de San José y publicar la Carta Apostólica Patris corde, con motivo del 150 aniversario de la declaración del mismo como patrono de la Iglesia Universal.

En el Seminario ha sido un año muy diferente a cualquier otro, y la celebración de esta jornada ha tenido que perfilarse en el último momento, a la espera de conocer la situación sanitaria en estas fechas. Por eso, finalmente se decidió restringirla a lo esencial, la celebración de la eucaristía, que tendrá lugar este viernes a las 18 h en la Capilla Mayor, donde además tendrá lugar el rito de Admisión a las Sagradas Órdenes de cinco seminaristas (Steven Betancourt, Andrés Cardozo, Alfonso López, Jesús del Riego y Nathanael Valdez) y que estará presidido por el Arzobispo, Mons. Jesús Sanz.

Un año complejo, y como describe el rector del Seminario, Sergio Martínez Mendaro, y “muy variable”, porque “estamos pasando por los distintos escenarios que la propia legislación nos va marcando”, afirma. “Hay momentos en los que estamos completamente confinados y momentos en los que parece que se abre un poco la mano”.

Algo que intentan compatibilizar con la presencia pastoral en las parroquias, aunque en alguna ocasión no haya quedado más remedio que limitarla. Al mismo tiempo, desde el Seminario reconoce que a pesar de las dificultades, “está siendo un año que vivimos como una oportunidad, para centrarnos más en nosotros mismos, convivir más, pasar más tiempo juntos, lo que posibilita conocernos de una manera más profunda –afirma Martínez Mendaro–. Aunque a todos nos molesta tener que renunciar a parte de la vida social que tenemos, sí que es cierto, al igual que pasará en muchas familias, que se pueden crear relaciones más profundas, y aprovechar para pasar más tiempo con los hijos y los padres. Todo se puede ver de una manera más positiva, eso sí, sin olvidarnos del drama que estamos viviendo, con tanta gente pasándolo mal y con tantas dificultades”.

Este curso han estudiado en el Seminario un total de once aspirantes al sacerdocio, además de dos diáconos. “Ingresaron dos seminaristas nuevos, uno de ellos ya había estado en el Seminario, se fue a hacer una experiencia fuera y ha regresado porque ha visto que este es su camino (David), y luego tenemos un chico nuevo, Pelayo”, explica el rector.

La comunidad del Seminario Metropolitano, el pasado verano, en la inauguración de la nueva residencia.

Padre y hermano, como San José

“Todos los seres humanos necesitamos de un padre, y también de hermanos, no podemos vivir solos, aislados”, explica el seminarista de quinto curso Andrés Cardozo. “A ejemplo de San José, también nosotros debemos formarnos como padres y como hermanos, y a ello nos invita la Iglesia, mediante la Conferencia Episcopal, con el lema del Día del Seminario de este año: “Padre y hermano, como San José”, para que nos formemos como verdaderos padres y verdaderos hermanos en la vida diaria, en el trabajo cotidiano, con todos igual”, asegura, ante el lema de este año que pone el foco en el patrón de los seminarios, San José, en su Año Santo.

En el mensaje de los Obispos para este día, se afirma que el Seminario tiene que ser, según el modelo de San José, “escuela de formación donde se enseña el arte del discernimiento y la humildad. Alfonso López, otro de los seminaristas que en la tarde del viernes participará del rito de Admisión, reconoce que en su experiencia de estos cinco años en el Seminario, “una de las cosas que más he aprendido es la disponibilidad: estar a disposición de los compañeros y de los sacerdotes. Disponibilidad con los fieles, con las personas de la parroquia y los enfermos. Creo que esa debe ser una de las características propias de un sacerdote, y por supuesto, también, aprender a obedecer. Yo que soy una vocación madura, es algo que a veces me cuesta. Pero el Seminario es una escuela de obediencia, y también de humildad, para ser padre de todos”.

Los beatos seminaristas mártires, presentes

Hace unos días se cumplían dos años de la beatificación de los seminaristas mártires de Oviedo. Para el Seminario, aquello supuso un antes y un después y reconocen que son “un referente esencial para nuestra vida”. En la capilla mayor, donde reposan sus restos, están siempre presentes en todas las celebraciones, y los trabajos para agilizar la causa de canonización estaban listos, justo antes de comenzar la pandemia, algo que “ha ralentizado mucho los trabajos ordinarios”, reconoce el rector. “Teníamos previstas una serie de actividades abiertas al público en torno a la figura de los seminaristas mártires a lo largo de todo el curso pasado. Tuvimos que cancelarlo todo, y el triduo, que siempre celebramos en torno a su fiesta, hubo de hacerse a puerta cerrada”. “Por el momento –afirma– el proceso es lento, y hay que esperar esos milagros que han de suceder. Vamos sin prisa, Dios sabe actuar”.

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