La Hermandad de Operarias Evangélicas

Publicado el 02/05/2019
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La Hermandad de Operarias Evangélicas

“Allí donde estemos, está nuestra labor” es el lema bajo el que el sacerdote Avelino López fundó la institución

En 1953 el sacerdote asturiano, nacido en Trevías, Avelino López, inició la fundación de lo que sería el Instituto Secular Femenino Hermandad de Operarias Evangélicas. “Don Avelino decía: Allí donde estemos, está nuestra labor. Por eso no tenemos una acción específica, pero sí que nuestro carisma nos lleva a ser fermento en medio del mundo porque los institutos seculares nacieron para estar en medio de las realidades temporales”, explica Mariasun Serrano, de la Hermandad de Oviedo donde hoy en día hay siete miembros.

Este “estar en el mundo” que resaltaba su fundador es la base principal del carisma de las operarias y en ese sentido Mariasun relata que uno de sus principales campos de apostolado es el mundo profesional: “Es un elemento básico de integración en la sociedad y a la vez un instrumento de testimonio y de servicio. En él podemos llevar a cabo nuestra misión evangelizadora, la encomienda que nos llega por nuestro compromiso de fe y de fidelidad a nuestra institución”.

En ese sentido, debe resaltarse que los institutos seculares nacieron precisamente para eso ya en la segunda mitad del siglo XIX, cuando algunos fieles quisieron consagrarse a Dios, “pero sin separarse de sus actividades ordinarias, porque veían necesario estar presentes en el mundo para evangelizar in situ”. Este fue el pensamiento que impulsó al sacerdote Avelino López, que veía en los numerosos jóvenes con los que trabajaba, inquietudes por poder ofrecer un servicio a Dios, pero no como religiosos, sino como seglares. Así, en 1940 fundó el Instituto Secular Masculino Acies Christi y pocos años después, el femenino, que ahora tiene sedes en Oviedo, Salamanca, Santander, La Coruña y Puerto Rico. Aunque religiosos y seglares están ambos consagrados, hay diferencias sustanciales. En las Operarias Evangélicas tienen cabida tanto mujeres solteras como casadas y se organizan en grupos fraternos teniendo en cuenta las necesidades del instituto y de los propios miembros.

El caso de Mariasun fue muy parecido al de aquellos primeros jóvenes que buscaban su propio lugar dentro la Iglesia: “Estaba en la universidad y, terminando Magisterio, me encontré con personas que estaban ilusionadas con esta idea de estar en un seguimiento a Cristo, pero entre la gente, entre los seglares. Durante muchísimos años, cuando alguien quería seguir a Jesús, consagrarse a Dios, pues se retiraba a un monasterio o a un convento, pero a mí me sedujo mucho la idea de poder hacer ese seguimiento estando en el mundo, en medio de la gente, siendo igual a los demás, pero con la intención de colaborar para mejorar el mundo, respaldada por una institución que te apoya, que te estimula, que te ayuda y por eso, me pareció que la Hermandad de Operarias Evangélicas era donde Dios me llamaba”.

Estar en el mundo

“Los institutos seculares tienen su razón de ser en estar entre la gente. Para ser una persona normal, pero con una inquietud de llevar la paz, la alegría, la esperanza. No te voy a decir que lo conseguimos siempre, pero es el intento y el empeño que tenemos” reconoce Mariasun, que destaca que “nosotros entendemos que un cristiano es, en todo momento y la mayor parte del tiempo, una profesión, y creemos que tanto en ella como en una determinación política como en la calle, como en la tienda, como en cualquier sitio, el cristiano es cristiano y no solamente lo es el domingo en la misa”.

En el caso de las siete Operarias Evangélicas que están en Oviedo, cada una ha ido encontrando en lugar, o los lugares, donde más falta hace su labor, y a ella se entrega. “Yo, por ejemplo, colaboro con Cáritas porque me parece una obra magnífica con la situación que estamos viviendo de pobreza, miseria y mil necesidades. Estoy en Servicios Generales, en recepción, y también en un proyecto que han iniciado ahora que es de atención a mayores en las residencias, acompañando a jóvenes que van cada semana a estar un rato con las personas mayores”. Pero su trabajo no se queda aquí, están también presentes en la parroquia de San Melchor en talleres de formación, donde “acude un montón de gente entusiasmada con aprender algo y relacionarse”, así como en también en San Antonio de Padua, concretamente en el proyecto Alba de Cáritas y en las clases de alfabetización para inmigrantes. Son nuevas necesidades en un mundo muy cambiante, por lo que Mariasun resalta que “es importantísimo seguir los documentos de la Iglesia y estar al tanto de los cambios que va habiendo en la sociedad. Estamos al quite de las necesidades que van surgiendo”.

Esa renovación continua sin perder las raíces, y aquel lema con el que su fundador las creó, es el que les motiva a perseverar y seguir adelante con su misión: “El carisma se tiene que perpetuar y no ir desvirtuándose. Es un momento muy malo para que la gente dé un paso de compromiso como este, pero yo siempre digo que si volviese a nacer me hubiese gustado ser llamada a este mismo lugar. Me veo feliz, realizada, útil y creo que es una tarea de intentarlo cada día: no medir lo que vamos consiguiendo sino lo que vamos intentando, y eso te mantiene realizada y en camino”, asevera con convencimiento Mariasun tras más de cincuenta años como Operaria Evangélica.

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