La educación, mejor juntos

Publicado el 20/12/2018
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La educación, mejor juntos

Encuentro formativo de los Centros educativos diocesanos en el Seminario

Alrededor de un centenar de profesores de los siete centros educativos diocesanos se dieron cita este pasado fin de semana en el Seminario Metropolitano para asistir a la primera sesión de un programa formativo que se llevará a cabo a lo largo del curso. En este primer encuentro, las jornadas llevaban por título “Es posible educar”, y estuvieron impartidas por la Plataforma Be Education, formada por miembros los colegios San Ignacio de Loyola de Torrelodones (Madrid) y el Internacional J. H. Newman, también en la capital española. Se trata de un grupo educativo creado tras la unión de estos colegios y que, con su experiencia,  ayudan a impulsar los procesos de cambio e innovación en otros centros, además de promover la formación permanente del profesorado. “Nosotros en nuestra diócesis estamos inmersos en un proyecto común para nuestros centros diocesanos, y aprovechando que el grupo Be Education ha hecho ya este recorrido que nosotros queremos hacer juntos, han venido para ayudar y asesorarnos. Con este primer encuentro, queremos afianzar que es posible desarrollar y favorecer el crecimiento de la persona, y que educar es mucho más que transmitir conocimientos”, explicar Pilar Hernández, Delegada episcopal de Enseñanza.

“Hay una emergencia educativa,  tal y como decía Benedicto  XVI, y la Iglesia quiere estar ahí para servir a los niños y a los jóvenes, en esa tarea” –reconoce Pilar Hernández.

Nacho de los Reyes, Director ejecutivo de Be Education, explica el lema de este primer encuentro afirmando que “nos mueve la intuición y la experiencia de que es posible educar en cualquier circunstancia”. “Además de ser una ocasión para conocernos –explica– este primer encuentro era también una posibilidad de acompañarnos en la tarea educativa, y poner en común las dificultades y oportunidades que salen a nuestro paso”. “Los profesores nos encontramos en una situación que tiene su complejidad –reconoció– pero al mismo tiempo somos conscientes de que tenemos que recuperar todo lo que nos ha llevado a ser profesores, porque esto es lo que hace que podamos comunicar y apostar por los chicos”. “Esta tarea preciosa de ser profesor es imposible realizarla solos –manifestó el Director ejecutivo de Be Education, por eso nuestra intuición es que debemos sostenernos juntos en esta tarea, que en el fondo es la más importante de la vida”.

La plataforma Be Education sostiene que educar es una labor “comunitaria”, porque “uno puede ser genial, puede tener herramientas o muchas energías para comunicar, pero lo que educa fundamentalmente es una experiencia de un pueblo y de una comunidad, por lo tanto, en la medida en que sea posible que hagamos este trabajo educativo con otros profesores, el resultado será mucho más fecundo e incisivo”.

Los siete centros educativos diocesanos tienen en común el poseer una historia, un desarrollo y un perfil actual similar. “Tienen un marcado sentido social, no sólo educativo, sino de apoyo por el tipo de familias y de alumnado que nos elige”, afirma Pilar Hernández. “Nacieron en un contexto de ayuda a las familias en barrios donde no había una oferta educativa, y quizá sea ese su valor añadido, que es una oferta educativa, pero también una oferta social”, reconoce.

Algunos pertenecen a una parroquia y otros forman parte de una fundación; todos ellos se encuentran en la zona central de Asturias, y nacieron entre los años 60 y 70 del pasado siglo. En Gijón hay un colegio, San Miguel de Pumarín, adscrito a la parroquia; además, están la Escuela Infantil El Bibio, en el barrio que lleva el mismo nombre, y la de San Eutiquio. “Cuando aparecieron estos centros, Gijón estaba viviendo un desarrollo demográfico importante, y las parroquias tenían una sensibiidad social que les movió a crear este servicio a la comunidad”, reconoce Pilar Hernández, que subraya que “las escuelas educativas diocesanas nacieron para ayudar a la mujer a incorporarse al mundo laboral, una motivación totalmente actual y la Iglesia en aquel momento era sensible a las necesidades de las familias y de la mujer concretamente”, explica la Delegada episcopal de Enseñanza. Por su parte, en Avilés se encuentran dos colegios, el colegio Santo Tomás y el colegio San Nicolás, y en Corvera la Escuela infantil Sagrada Familia. “En Oviedo está la joya de la corona” –afirma Pilar Hernández–: el colegio Sagrada Familia, que lleva a cabo un servicio social innegable por el tipo de alumnado y de atención que presta, en el barrio de San Lázaro”. “Son todas ellas nuestras siete tesoros que, desde la diócesis, mimamos, cuidamos y ofrecemos a las familias como un modelo educativo católico y con la identidad propia de la escuela católica”, dice.

Como conclusión, quedó clara la importancia de “juntarse  para buscar, unidos, un camino en común, porque una de las cosas que más se han repetido es que juntos multiplicamos”, si bien ya solo el hecho de reunirse por primera vez fue calificado como muy positivo por parte de los participantes, como así lo explicitaron las siete directoras de los centros educativos diocesanos.

Apoyando esta iniciativa se en-cuentra el Arzobispo, Mons. Jesús Sanz, quien compartió la tarde del viernes con los participantes.  “Detrás de todo este proyecto está la voluntad de nuestro Arzobispo, quien escribió personalmente una carta a todos los profesores del claustro animándoles a participar, en una  defensa clara y nítida de la escuela católica en general, y de nuestros centros diocesanos en concreto”, afirmó Pilar Hernández.

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