Se celebra en la diócesis la I Jornada de los abuelos y personas mayores, organizada por Vida Ascendente

Publicado el 16/07/2021
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Se celebra en la diócesis la I Jornada de los abuelos y personas mayores, organizada por Vida Ascendente

El próximo 26 de julio la Iglesia en España celebrará por primera vez la Jornada Mundial de los abuelos y personas mayores, una nueva cita instaurada por el Papa Francisco en torno a la festividad de San Joaquín y Santa Ana, con el lema, en esta ocasión «Yo estoy contigo todos los días», queriendo resaltar la cercanía del Señor en la vida de cada persona mayor.

En nuestra diócesis asturiana esta fiesta se celebrará de manera especial el viernes anterior, viernes 23 de julio, con una eucaristía y una conferencia previa en la parroquia de San José de Gijón. Detrás de la organización se encuentra el movimiento Vida Ascendente, una asociación de la Iglesia creada por y para personas mayores, cuya presidenta en la diócesis es Concepción Sánchez, con quien hemos hablado, y que recuerda que, a la celebración, «están invitados no sólo los componentes de algún grupo de Vida Ascendente, sino todas las personas mayores, de toda Asturias, siempre y cuando el aforo nos lo permita».

¿Cómo va a ser esta celebración de la Jornada Mundial de los abuelos y personas mayores en la diócesis? 
Se celebrará la eucaristía a las 19,30 h en la parroquia de San José de Gijón, y estará presidida por nuestro Arzobispo, don Jesús. Y como a las personas mayores no se les puede convocar muy tarde, a las 17,30 h, en el salón parroquial, tendrá lugar la conferencia “Consideraciones sobre la Ley de Eutanasia”, a cargo del doctor d. Marcelo Palacios, y moderado por el párroco de San José, d. Fernando Llenín.
Nos parece una iniciativa muy bonita, y nos pidió don Jesús, nuestro Arzobispo, que organizáramos algo en la diócesis, porque Vida Ascendente es, si no me equivoco, el único movimiento de personas mayores y abuelos –no queremos decir viejos–, sino personas a partir de la jubilación. Nos alegró muchísimo que nos propusieran esto.

¿Cuál es la historia del movimiento Vida Ascendente?
Vida Ascendente surge en Francia en 1952, en los alrededores de París. Un grupo de jubilados se reunía para orar y reflexionar a la luz del Evangelio. Se preguntaban cuál sería su misión, a su edad, y qué podrían desempeñar dentro de la Iglesia y en la sociedad. Ellos eran seglares y querían profundizar en su fe, anunciar la Buena Nueva y ayudar al prójimo. Estos son los tres pilares fundamentales de Vida Ascendente: la espiritualidad, el apostolado y la amistad. Son los primeros pasos de Vida Ascendente. En 1962, en el año de la apertura del Concilio Vaticano II, el episcopado francés aprobó el movimiento de Vida Ascendente, para acoger a personas mayores o recién jubiladas. En 1979 su santidad San Juan Pablo II en su alocución a los congresistas d eEstrasburgo afirmó: “constatamos un impulso extraordinario de este movimiento de la Iglesia”. Y este movimiento fue expandiéndose por todo el mundo, llegando también a España y a Portugal.
En España las primeras noticias que ese tienen de este movimiento fue en 1974, ya que en el boletín del obispado del obispado de Tuy Vigo, se señala que en la diócesis “está naciendo un movimiento nuevo, al que se le llama Vida Ascendente”. Por otro lado, don Juan Antonio Castañeda, un sacerdote de Ciudad Real, en uno de sus viajes a Francia conoció el movimiento y a su regreso a su parroquia en España, propone crear el primer grupo de mayores, comenzando a reunirse el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar.

¿Cuándo llegó a Asturias?
A Asturias llegó en los años 70. Tenemos poca información de entonces, pero según los libros que hay de Actas, sabemos que la primera reunión aparece en la casa de la Iglesia de San Lorenzo.
En Oviedo hay pocos grupos, está en San Lázaro, en los Santos Apóstoles, en la Sagrada Familia y después también en San Félix de Lugones, en La foz de Morcín, en Pola de Laviana, y en Gijón sí que hay bastantes grupos.

¿Cómo es vuestro día a día?
Nos reunimos sobre todo en las estancias que tienen las parroquias, en los salones parroquiales. Rezamos unas oraciones propias nuestras, leemos las lecturas del domingo siguiente, las comentamos, y el Evangelio. Es lo que hacemos. Además, siempre tenemos, de parte de la comisión nacional, algún sacerdote consiliario que se nos presta a comentar los evangelios y esos apuntes nos ayudan a ver más claramente la Palabra de Cristo.

 

 

 

 

 

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