La situación de crisis sanitaria en la que nos encontramos ha obligado a empresas y particulares a descubrir nuevas formas de trabajar y organizarse. De repente, programas como Zoom, para reuniones por vídeo conferencia, han pasado a formar parte del vocabulario colectivo cuando hace apenas unas semanas eran, en muchos ámbitos, unos desconocidos; al igual que las vídeo llamadas de whatsapp, antes mucho menos frecuentes. El teletrabajo casi obligatorio ha trasladado los despachos y oficinas a los salones y habitaciones de las casas, y los templos y locales parroquiales, cerrados tras las últimas disposiciones de urgencia decretadas el 14 de marzo por el Arzobispo de Oviedo, han quedado vacíos.
Sin embargo, al igual que en tantas empresas, que han disminuido su volumen de trabajo, pero siguen activas, la Iglesia tampoco ha parado su maquinaria. Los sacerdotes, catequistas y voluntarios se las ingenian para continuar su labor en estos días extraños, recordando que Dios no hace cuarentenas y que la labor de la Iglesia traspasa muros y puertas de hogares.
Las Redes Sociales, antes consideradas una herramienta más o menos útil para informaciones y avisos, ha pasado a ser para muchas parroquias imprescindible para compartir la eucaristía en directo, y hacer posible que tantas personas puedan seguirla a diario. Así, la Unidad Pastoral (UP) de Cangas del Narcea, que comprende Cangas y también la zona de Degaña e Ibias, retransmite a diario el Ángelus desde la Iglesia del Carmen, así como la eucaristía, los domingos a las 12, desde la Basílica. Su párroco, Juan José Blanco, explica que “elegimos la iglesia del Carmen para retransmitir el Ángelus desde allí a diario por la gran devoción que se le tiene a la Virgen en la zona. Además de Facebook Live, también lo retransmitimos por megafonía externa. Finalizamos cantando el estribillo de un himno mariano típico de Cangas que se canta siempre en la Novena de los Niños, en la fiesta del Carmen, que tiene una letra muy popular”. Además, los sacerdotes de la UP han creado varios grupos de Whatsapp que comprenden a cerca de 200 personas, “en ellos, cada día uno de nosotros hace una meditación de unos diez minutos, que compartimos en audio”. El teléfono, en su versión más clásica, es también un buen recurso para estar en contacto con la gente. Juan José Blanco reconoce que se pasa la tarde “hablando con las personas”. Una iniciatiba que le ha aportado experiencias “muy bonitas”, porque “cojo la agenda, empiezo por la letra A, y llamo a gente con la que, a lo mejor no había tenido mucho trato, o no participa especialmente en la vida de la parroquia, pero me intereso por ellos y charlamos un rato”. “Una labor que no repercute tanto o quizá no es tan visible –afirma– pero es trabajar de cara a Dios”.
De la misma manera, el whatsapp del párroco de Cornellana, Arturo García Rodríguez está bien aprovechado. “Tengo unos seiscientos contactos en la agenda, y aprovecho para comunicarme con ellos a través de este medio. Les envío todos los días reflexiones, comentarios bíblicos, la misa, el rezo del Vía Crucis, etc. y lo agradecen enormemente”, explica.
Tino Riesgo, en la iglesia de San Martín de Moreda.Juan Plaza (La Nueva España)
En la UP del Bajo Aller, con la cabecera en Moreda, también están haciendo un cursillo acelerado de redes sociales. “Los catequistas aquí se mantienen en contacto directo con los niños y los padres a través de Facebook, y retransmitimos todos los días en directo la misa a las 19,30 h. así como el Ángelus, que también se comparte a través de la megafonía de la parroquia”, explica el párroco de Moreda, Tino Riesgo, que, además, comienza a hacer estas retransmisiones a través de YouTube, un medio al alcance también de aquellos que no tienen perfil de Facebook. “Hemos intentado mantener los horarios de todo lo que se venía haciendo hasta el momento, como la Adoración, los jueves, o el Vía Crucis de los viernes, antes de misa”, afirma. “Es muy bueno por supuesto que medios como 13TV retransmitan la eucaristía pero mucha gente agradece también seguir la misa de su parroquia, porque se sienten más cerca”. El párroco quiso imitar la iniciativa de un sacerdote italiano, que puso en los bancos de la iglesia las fotografías de sus feligreses. “Un amigo me mandó la foto de un cura de Lombardía que lo había hecho –explica Riesgo– y pensé que era lo que a mí me faltaba, me faltaban los rostros, que son tan importantes. Así que lo propuse por el grupo de Whatsapp de los catequistas, corrió la voz, y desde aquel momento mucha gente me ha enviado su foto. No sólo niños, también mucha gente mayor e incluso me escriben hijos o sobrinos de personas mayores con la foto de sus familiares”. Para el párroco de Moreda, esta experiencia de la cuarentena está “ayudando a la Iglesia en Asturias también a crear esas UP que a veces tanto nos cuesta, y las parroquias que están más lejos ven cómo es posible unirse a la oración”.
Las parroquias de ciudad también están trabajando unidas, como es el caso de las de Oviedo Este: San Melchor, San Pablo de la Argañosa y San Antonio. “Los sacerdotes de estas parroquias nos reunimos por las tardes a celebrar la eucaristía, con un grupo de cinco o seis fieles más bien jóvenes, porque a los mayores los disuadimos de que vengan. Aquí oramos por todos los parroquianos”, explica Marcelino Garay, párroco de San Melchor. “Además tenemos cerca el hospital Monte Naranco, y nos llaman para administrar la Unción de los Enfermos, cosa que hacemos con gusto, pues pertenece a nuestro ministerio más propio. Nos ponemos mascarilla y guantes para ello”, explica. Cáritas se encuentra especialmente activa en estas parroquias y destaca la coordinación del trabajo de jóvenes catequistas para ayudar a las personas mayores con la compra y otras necesidades. “Son unos veinte jóvenes en total, y cada vez tienen más peticiones de ancianos con necesidades, que se ponen en contacto con nosotros para ver si les podemos ayudar”.
La parroquia del Cristo de las Cadenas se encuentra también cercana a varias residencias, públicas y privadas, varias en régimen de cuarentena donde, como explica su párroco, Julián Herrojo, “ya ni llaman al sacerdote para administrar los sacramentos”, aunque “yo siempre estoy disponible para ello”. Este sacerdote es, junto con otros dos, capellán del Centro Médico de Oviedo. Ellos mismos se ofrecieron para, por turnos, internarse allí varios días y ofrecer sus servicios como capellanes, comprometiéndose al salir a estar el tiempo preciso en cuarentena, pero el Centro Médico declinó su propuesta, ante las medidas extremas que hay para prevenir el contagio del virus. “Con gran dolor de nuestro corazón –afirma Julián Herrojo–, porque nos parece que tenemos que estar allí, pero comprendemos las enormes limitaciones que hay en esta cuestión”.
Al cerrar el templo, el párroco, Julián Herrojo, decidió dejar expuesto permanentemente el Sagrario. “Así se lo comuniqué a los feligreses, para que sean conscientes de ello”, afirma. “El templo se encuentra en el punto más alto de la zona y me parece que es bueno que lo sepan, ya que en estos momentos es necesario dar palabras de aliento y de ánimo, porque la gente mayor está muy asustada”.
