La comunicación, a estudio en el Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes en Covadonga

Publicado el 09/11/2023
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La comunicación, a estudio en el Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes en Covadonga

«Comunicarnos con Dios, con los hermanos y con la historia» ha sido el título del Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes de la Provincia Eclesiástica, que ha tenido lugar en el Santuario de Covadonga entre los días 5 y 8 de este mes. Un encuentro que habitualmente tiene lugar cada dos años en una diócesis distinta, y que tiene como objetivo fundamental compartir aspectos comunes relacionados con trabajo pastoral del día a día. Tal y como explicó el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, «Paradójicamente, hemos escogido el tema de la comunicación para el encuentro de este año. Digo paradójicamente porque un mundo tan intercomunicado como es este en el que vivimos, con las redes sociales, con tantas herramientas que nos mantienen conectados, es también un mundo profundamente, dramáticamente individualizado. Y nos parecía que teníamos que reflexionar sobre la verdadera comunicación, que no es una comunicación monolítica, sino que tiene tal nivel de relación entre sí misma, que no puedes plantear una comunicación con Dios, sin comunicarte con los hermanos, y con la sociedad, el mundo actual. Un tema muy pertinente –subrayaba Mons. Sanz Montes–, que nos puede ayudar tanto en nuestra vida personal como espiritual, para con el Señor y también en nuestra relación fraterna con aquellos que están a nuestro lado, así como en el acompañamiento de una sociedad que no siempre es creyente, sino que es a veces indiferente y hasta beligerante. Una triple comunicación: con Dios, con los hermanos, con el mundo, que siendo distinta, es inseparable», reflexionaba.

En este sentido desarrolló su ponencia el Obispo de Vitoria, Mons. Juan Carlos Elizalde, durante la mañana del lunes. «Comunicación con Dios y comunicación fraterna», se titulaba, y en ella desgranó los detalles de la relación «del sacerdote con Dios, con el Obispo y con la comunidad». Repasando el discurso del Papa Francisco en el año 2022 en el «Symposium de Teología Fumdamnental del sacerdocio», donde «el Papa, con mucha frescura –manifestó Mons. Elizalde– anima a vivir, no aisladamente, sino en relación. Uno es enviado a una comunidad por el Señor, a través de mediaciones. Y la oración, la Palabra de Dios, la Eucaristía, la Adoración, el sacramento de la Penitencia, todo eso es fundamental, porque desde esa identidad e intimidad con el Señor, uno es enviado a la comunidad», afirmó el Obispo de Vitoria, que manifestaba que los sacerdotes «somos los hombres de Dios para despertar la experiencia de Dios y anunciar que Dios nos ama. Pero claro eso no se hace por uno mismo, como un francotirador. Uno ha de estar en comunión con el Obispo, en un presbiterio concreto de la diócesis y en comunión con Pedro», dijo. «También  ayuda mucho la relación con el Obispo, que no es una figura disciplinaria –advirtió–, sino un vínculo para discernir bien la voluntad de Dios». Del mismo modo, habló de la importancia de la relación fraterna entre los sacerdotes, puesto que «hemos nacido como sacerdotes en una fraternidad sacramental, estamos capacitados para querernos como hermanos y sin la fraternidad de amistad es muy difícil evangelizar y ser sacerdotes», y finalmente, recordó la importancia de la relación con la comunidad a la que se es enviado, «que necesita los mejores servicios», reiteró, «junto con la complementariedad de otras vocaciones, la corresponsabilidad de otros acentos y carismas que enriquecen el pueblo de Dios para dar la mejor respuesta en nuestra humanidad».

El lunes por la tarde fue el turno del periodista y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, Isidro Catela, quien tuvo una ponencia sobre «La comunicación en la Iglesia y en su relación con la sociedad», en la que recordó la importancia de la comunicación para el hombre, y muy especialmente en la Iglesia, que pertenece a su propia vocación, pero que al mismo tiempo no puede pretender «sustituir el encuentro de Dios con nadie, pero sí puede ser muy útil y eficaz a la hora de mostrarse como huella». Todo ello fue reflexionado en profundidad en talleres de trabajo, y las ponencias finalizaron el martes, con la participación del sacerdote José Gabriel Vera, Director de la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española, quien expuso las claves de la «Comunicación institucional de la Iglesia». En este sentido, el sacerdote natural de Pamplona manifestó que «la mejor estrategia de comunicación de la Iglesia, probada a lo largo del tiempo y que siempre ha funcionado bastante bien, es que la Iglesia sea Iglesia». Y es que este sacerdote, periodista, siempre ha defendido que el problema de la comunicación es la «distancia entre lo que se es y lo que se parece». «No somos lo que parecemos –afirma–. Y aunque la identidad y la misión de la Iglesia nos vienen dadas por Dios y no está en nuestras manos, sí lo está la cultura institucional, la imagen, los mensajes». «Tantas veces nos damos cuenta de que no hemos sido suficientemente amables, cariñosos, que no hemos hecho bien nuestro trabajo, y tenemos que pedir perdón y volver a empezar. La estrategia de comunicación está en hacer que, en nosotros, se pueda reconocer a la Iglesia católica, al Pueblo de Dios, y esa estrategia está al alcance de todo el mundo. Comunicamos con lo que hacemos, con lo que decimos, con nuestra forma de tratar a la gente. Por lo tanto, tenemos que corresponder con lo que la Iglesia es de verdad, en nuestra forma de actuar en la vida».

Al finalizar el encuentro, el Obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge, recibió un homenaje ante su próxima jubilación. Con este motivo le fue entregado, como obsequio, un estuche con tres volúmenes que se corresponden con cada una de las partes que componen la Divina Comedia de Dante Alighieri: infierno, purgatorio y paraíso. Se trata de una edición realizada por la Universidad Francisco de Vitoria, con comentarios de Franco Nembrini e ilustraciones de Gabriele dell´Otto. Como curiosidad, la gran campana que se encuentra cerca de la entrada del túnel por el que se accede a la Santa Cueva, está decorada con escenas de la Divina Comedia. Fue donada al Santuario de Covadonga por el conde Sizzo Noris y Luis González Herrero, es obra del italiano Saverio Sortini y fue fundida en los hornos metalúrgicos de La Felguera (Asturias).

 

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