Este jueves, 30 de mayo, tenía lugar la inauguración del Año Jubilar con motivo del centenario de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, en Gijón. La celebración eucarística, a la que acudieron miembros de la Corporación Municipal, del Ejército, del Cuerpo Nacional de Policía y una gran cantidad de fieles, estuvo presidida por el Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz Montes, con la presencia de numerosos sacerdotes que quisieron estar presentes en un momento que, tal y como señaló el Rector de la Basílica, el sacerdote Manuel Robles, «se está viviendo con mucha ilusión y alegría porque un centenario y un año jubilar no es una cosa frecuente» y más en una iglesia situada en el corazón de la ciudad, «que siempre ha sido muy querida y referencia para muchos gijoneses», destacó Robles.
A lo largo de la celebración hubo un recuerdo muy especial hacia los jesuitas, que estuvieron al frente del templo durante ochenta años, y en el momento de las preces, Mons. Sanz hizo una mención a los momentos históricos que se estaban viviendo casi mismo tiempo en el Congreso de los Diputados, con la aprobación de la ley de Amnistía, y manifestó: «Me duele España. Me duele tanto. Pertenecemos a un pueblo que tiene 500 años de convivencia, con sus altibajos, sus contradicciones y sus revueltas. Somos un pueblo rico en regiones y paisajes, cultura y lenguas. Un pueblo que ha sabido convivir en unidad, sin ninguna extraña partición mal avenida. Me duele España porque esta mañana se ha aprobado en el Parlamento Español una amnistía enormemente nociva para el orden que nos hemos dado, para un Estado de Derecho sin que queden conculcadas las diferentes realidades que equilibran una razonable gobernanza. Me preocupa la patria y pido luz para los que tienen en su mano la gobernanza desde la política. Quiero pedir para que no hagan daño, para que no priven o potencien por intereses suyos privados que pueden ser tan extraños como bastardos en maleficio de la entera comunidad. Por España, roguemos al Señor».
A lo largo de los próximos doce meses, la Basílica albergará diferentes actividades, desde peregrinaciones de niños, jóvenes, familias o mayores, hasta conferencias sobre la arquitectura de las vidrieras, la historia de la Basílica, así como proyecciones y exposiciones fotográficas. Sin embargo, lo más importante de la celebración del centenario, para su Rector, Manuel Robles, además de «hacer memoria de la historia, del arte y de todas las vicisitudes que ha vivido la Basílica en medio de la ciudad, lo que a mí me gustaría es que la gente descubriera y profundizara en la fe y que, además, agradeciera este don tan valioso y sobre todo lo contagiara»
