El Colegio de Arciprestes de la diócesis contó con la presencia, el pasado jueves 20 de enero en el Auditorio del Seminario Metropolitano, de una representación de la Comisión Permanente de la Acción Católica General. Se trataba en concreto de la Presidenta de la ACG en España, Eva Fernández Mateo y de su Consiliario Nacional, el sacerdote José Antonio Cano Cano, que venían acompañados además por la Responsable del Sector de Adultos, Angelines Morales Fernández, y la del Sector de Infancia, Inmaculada López González.En el encuentro, los arciprestes asturianos fueron informados acerca de su “Proyecto Renovado al Servicio de las Parroquias de España”. Un “proyecto abierto a todos los laicos de las parroquias”, explicó la actual Presidenta de la ACG a la Delegación de Medios de la diócesis, Eva Fernández Mateo, que “lo que pretende es que juntos vayamos construyendo parroquias en salida. Que cada uno de nosotros descubramos qué es lo que Dios nos está pidiendo, a nivel personal y comunitario, y que seamos capaces también de transmitir todo el amor y la misericordia de Dios a nuestra sociedad y a nuestro mundo. No sólo transformando por tanto las parroquias, sino también el mundo”.
Ante este ambicioso proyecto, desde la ACG se apunta como uno de los aspectos fundamentales el de la formación. “Formar laicos, discípulos misioneros creyentes que, acogiendo la Palabra de Dios, la hagan realidad”, afirma el Consiliario Nacional de la Acción Católica, José Antonio Cano Cano. “Por eso –reconoce– tenemos estos itinerarios de formación para niños, jóvenes y adultos. Itinerarios donde procuramos tocar todas las dimensiones de la persona. Buscamos que todos puedan conocer las verdades de la fe, orar y a la vez también vivir esa fe en el ambiente, en la realidad en la que están. Por eso queremos renovar todo ese espíritu parroquial. Estamos convencidos de que hoy necesitamos mucho este aspecto de la formación, y que puede ser una gran aportación para nuestras parroquias”.
Pero uno de los grandes retos de la Iglesia hoy es acercar a los más alejados, mayores y pequeños, de nuevo a los templos. La sociedad secularizada y el bombardeo de informaciones contra todo dogma que no sea el del pensamiento único no lo facilitan. En la Acción Católica General están desarrollando una “propuesta de primer anuncio” que posibilite a estas personas más alejadas “un encuentro con el Señor”.
Además de ello, consideran que “desde las parroquias, los laicos que ya estamos comprometidos con el testimonio de nuestra vida, y a través de nuestras palabras, tenemos la misión de anunciar, invitar y acoger a todas estas personas, y proponerles participar en esta propuesta que les anime y les invite a insertarse en la comunidad, y a caminar acompañadas en nuestros procesos de formación”.
El Congreso de Laicos del 2020
Poco antes del comienzo de la pandemia que lo cambió todo, Madrid era testigo de un Congreso de Laicos al que asistieron miles de personas llegadas de toda España, no sólo laicos sino también religiosos, sacerdotes y obispos, que supuso un punto de inflexión y que “estimuló muchísimo al laicado y acabó de convencernos de que tenemos que caminar como Pueblo de Dios, todos juntos, crecer en corresponsabilidad”, reconoce la Presidenta Nacional de la Acción Católica General. Fueron cuatro los itinerarios que se propusieron y se trabajaron en esos días. Se habló sobre “la importancia de estar acompañados, y de acompañar a otras personas que están en situaciones más difíciles, así como el tema de la presencia pública”, recuerda Eva. Pero también “nos animó muchísimo a formarnos, en esos procesos formativos que nos ayuden en la coherencia de la fe-vida, que eso es lo que proponemos desde la Acción Católica General”, explica su Presidenta Nacional. Pero “sobre todo –destaca– nos animó a estar presentes en el mundo. Tenemos una misión en la sociedad y en la Igelsia de anunciar a Jesucristo y ofrecerle al mundo lo mejor que tenemos, que es a Él”.
La pandemia que se dio a conocer justo a la vuelta del Congreso paralizó muchas actividades que estaban arrancando o que funcionaban de manera normalizada, y aún hoy, dos años más tarde, se lucha por recuperar el ritmo anterior. Una realidad que desde la Acción Católica General ven con “esperanza, a pesar del dolor y del sufrimiento”, pues como Iglesia “tenemos una respuesta preciosa y maravillosa para ofrecerle a nuestro mundo. El caminar juntos, trabajar por el bien común, cuidarnos unos a otros”, explica Eva Fernández Mateo. “Es –dice– una oportunidad que no podemos desaprovechar para ofrecer al mundo el rostro de Dios, su amor, y recordar que Él viene para dar plenitud a nuestra vida, está con nosotros y nos acompaña siempre”.
Pero además también la pandemia, con todo el dolor que trajo consigo, puede ser vista como una oportunidad. Así al menos lo considera el Consiliario Nacional de la Acción Católica, José Antonio Cano Cano, porque afirma que es el momento de que las parroquias se planteen “toda la acción pastoral”. Y es que ante las necesidades o carencias que pueden verse en el día a día “es fácil instalarse en la queja”, afirma, mientras que la situación actual “puede ser una oportunidad para descubrir que determinadas acciones pastorales pueden ser de otra manera. Si esto lo rezamos juntos y lo discernimos –subraya– creo que podemos salir mejor de esta pandemia humana y pastoralmente hablando”.
Cómo participar del proyecto de la ACG
En Oviedo existe una comisión diocesana de la Acción Católica General con la que es posible ponerse en contacto. Si alguien considera que quiere contar con este proyecto en su parroquia “desde la permanente también estamos encantados de ayudar a quien sea necesario”, afirman. “Lo primero es tener conciencia de que las personas necesitan encontrarse con Jesucristo”, manifiesta el Consiliario Nacional. “Este proyecto puede ofrecer esa posibilidad, así como una formación continuada para los laicos –explica–. Es una experiencia que transforma el corazón, por lo que se trata de algo urgente y necesario”. Además, la Acción Católica es la asociación del laicado habitual de las parroquias, “no tiene una espiritualidad concreta, sino que es el carisma propio de la Iglesia Universal, que es la Evangelización, desde el seno de la parroquia”, recuerda su Consiliario.