Diez jóvenes procedentes de diferentes puntos de Asturias permanecieron esta Novena y festividad de la Santina en el Santuario, “para ayudar en todo lo que pueda surgir tanto en la Basílica, como en la Explanada o la Santa Cueva”. Así lo explica Sofía García, natural de Gijón y miembro de este pequeño “grupo de amigos”, que así se definen, de edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, que decidieron pasar así el final de sus vacaciones de verano.
“Es un voluntariado bastante conocido entre los jóvenes de la diócesis –explica por su parte Ignacio Braña–. Yo personalmente había estado otros años y se lo propuse a mis amigos: ¿Por qué no vamos a Covadonga como voluntarios, para participar en la Novena y acoger a los peregrinos, y lo que nos encarguen?”. Así que nos decidimos a venir, y aquí estamos con la Santina todos los días, ayudando en algo tan importante y querido para los asturianos como es la Novena.
El día comienza para ellos a las 9 de la mañana rezando los Laudes en la Basílica; después, llega el momento del desayuno, todos juntos, y comienzan sus turnos a las diez y media, hasta la hora de comer. Este año han podido distribuirse entre la limpieza, la biblioteca, la ayuda en la explanada, y también en la capilla de la exposición del Santísimo, para que nunca esté solo. Después de comer vuelven a empezar, y finalizan al acabar la procesión.
Hoy, viernes 9 de septiembre, era su último día, y aseguran que van a echar de menos “estar en Covadonga, que es estar en paz, retirados, viviendo nuestra fe, y también echaremos mucho de menos la convivencia entre nosotros, porque estar una semana entre amigos es una experiencia impresionante”.
Como cada año, se les reconoce por su chaleco azul identificativo, con la palabra “Voluntario” en la espalda. Su presencia es muy bien acogida por los visitantes, que reaccionan con cariño y agradecimiento.
La experiencia de la estancia como voluntario en Covadonga es recordada para siempre, como puede comprobarse cuando los “veteranos”, antiguos voluntarios, regresan al Santuario y rememoran sus viejos tiempos. Una iniciativa, sin duda, a tener en cuenta para responsables de grupos de adolescentes, catequistas, profesores y similares.
