Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia

Publicado el 27/06/2019
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Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia

Oviedo ha sido la sede elegida para celebrar este encuentro anual

“La imagen, de la materia a lo divino” ha sido el tema central sobre el que han girado las XXXIX Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia, que comenzaron en Oviedo este lunes y que pondrán su punto y final esta mañana, tras una sesión formativa y la visita al prerrománico de la ciudad, que clausurará el encuentro.

Organizadas por la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal Española, estas jornadas tienen un objetivo doble, tal y como explica su organizador, Pablo Delclaux, Director para el Patrimonio Cultural de la Conferencia Episcopal, y es “reunir a los Delegados de Patrimonio de toda España y gente interesada en el arte sacro, y darles formación sobre el tema concreto de cada año”. Así como el destino de las últimas jornadas fue Murcia, y el tema “La arquitectura contemporánea”, en los últimos años se han tratado temas tan diversos como el arte contemporáneo, la evangelización a través del arte, la restauración, o el arte en la Biblia.

Este año se eligió Oviedo como sede para albergar este encuentro anual ya que, tal y como explica Delclaux, “la temática de estas jornadas –“La imagen, de la materia a lo divino”–, encajaba a la perfección con esta diócesis, que tiene unos símbolos religiosos muy importantes y muy atractivos, como la Virgen de Covadonga, la Cruz de la Victoria, la Cruz de los Ángeles y sobre todo el Santo Sudario, que son objetos materiales que nos ayudan a trascender, a llegar a lo divino”.

La sesión inaugural tuvo lugar, el lunes, en el salón de actos de la parroquia de San Tirso, con la presencia y bienvenida del Arzobispo de Oviedo. En sus palabras, Mons. Jesús Sanz destacó, aludiendo al título principal de las Jornadas, que “un icono es la imagen que representa y muestra pedagógicamente una verdad más grande a través de sus trazos y trazas de belleza. Podría parecer que hablar del patrimonio a través de todas sus artes, sería distraer la urgencia evangelizadora que a la Iglesia le confió su maestro en el punto de partir al Padre. No dijo: Organizad museos, restaurad retablos, cuidad cuales mecenas de todo lo que, por amor al arte, vale la pena cuidar”. Dijo algo más esencial y esperanzador: Id al mundo entero y anunciad la buena noticia. Y, sin embargo –señaló el Arzobispo– la belleza forma parte del anuncio evangelizador, tiene su imagen y semejanza en los iconos que nos acercan su grandeza como un lenguaje que cuenta ese relato, que enciende en los ojos la luz de la esperanza y que llena de alegría el corazón con su estética”. Por eso, conminó a los participantes a que los días de reflexión y convivencia que tenían por delante supusieran “una ayuda mutua para poner en valor y acertar en la defensa, en su custodia y su propuesta, de un arte vario de nuestro patrimonio cristiano inmenso, en donde se puede escuchar y contemplar esa belleza y bondad que, a través del arte, también evangeliza”.

El sacerdote asturiano y canónigo de la Catedral José María Hevia, ha participado en las jornadas impartiendo la primera y la segunda ponencia, que llevaban por título “La materia, palabra icónica” y “El sentido del arte cristiano”, respectivamente. En ellas destacó, entre otras ideas, que el arte cristiano debía servir para hacer “resonar la fe”, ya que, en palabras de San Juan Damasceno, “lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen, y lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos”.

Además, quiso describir a los “enemigos del arte cristiano hoy”,  que podrían resumirse en “el mundo” (la exhibición, el coleccionismo o el esnobismo ilustrado, caer en el protagonismo de crear algo que sea difícil de entender); “el demonio” (la disolución del verdadero sentido del arte) y finalmente “la carne”, (la vulgarización del arte, las ventas, el dinero, o la sobreexplotación turística frente a la cultura).

El profesor de Historia del Arte en la Universidad Rey Juan Carlos, Jorge Latorre Izquierdo, intervino el martes con una ponencia sobre “El invisible en el arte contemporáneo”, haciendo un análisis sobre las vanguardias y su negación de todo lo que fuera clásico, volviendo la mirada hacia lo natural, libre de artificios y sobre todo, fuera de lo academicista. A pesar de ello, los artistas siempre han deseado que su arte permanezca, y a diferencia del mundo actual, que tiende a lo “anecdótico, superficial y efímero, a los artistas les interesa más lo permanente”, asegura el profesor. “Actualmente el gran fenómeno que ha ocurrido con el arte contemporáneo es que está al servicio del consumismo”, asegura Latorre, que afirma que “el mundo en el que vivimos actualmente no es antirreligioso, sino relativista, no se acepta una única religión con pretensión de verdad, hay una sensibilidad contra todo lo dogmático”. En este sentido, es fácil encontrar arte actual que habla de lo espiritual “sin tapujos”, aunque con frecuencia de una manera “sincretista”, y valiéndose de las nuevas tecnologías para integrar lo contemporáneo en los espacios sagrados.

La religiosidad popular estuvo presente en estas jornadas de la mano de Javier Fresno Campos, Delegado para la Religiosidad Popular de la diócesis de Zamora.

En su intervención manifestó la importancia y el poder que tienen las imágenes entre los creyentes. Ha sido frecuente que las devociones populares hacia una imagen concreta hayan sido miradas con recelo por teólogos, “pues atraían más público que las instituciones mismas”, afirmó, pero “la gente las quiere”, dijo.

“El pueblo hace suyas las imágenes”, afirmó, y “¿qué sentido tiene estar tan unido al pueblo y a la devoción de cada uno, en un mundo globalizado?” preguntó, afirmando después que “son unas raíces que nos definen y nos sirven para situarnos en el mundo. Esas raíces vienen conmigo allá donde yo esté,  y en ellas está esta imagen, que es para mí una referencia”.

En cuanto a la actitud de los pastores ante el pueblo y su religiosidad popular, el Delegado diocesano de Zamora recordó que era necesaria una actitud “humilde, de buen pastor, que implica naturalidad”. “Hay que ser capaz –dijo– de escuchar a los fieles y reconocer la forma en que el Espíritu Santo pasa por su vida y la forma en que les habla”.

Felix Cambó Alonso ofreció una charla sobre “Las peregrinaciones: el Camino de Santiago y el Pórtico de la Gloria”, en la que recalcó la importancia del camino, del paisaje y el final de la peregrinación, que ayuda a trascender espiritualmente al peregrino. De la misma manera se trató el tema del Culto a las Reliquias, que desarrolló el Delegado de Liturgia, el sacerdote José Luis González.

El mundo de la imagen y la publicidad también tuvo su espacio en estas jornadas, así como “La imagen virtual”, que, siendo una gran novedad, puede servir para la evangelización. Los participantes visitaron también durante estos días la Cámara Santa, Covadonga y

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