El lema de la Jornada de este año es “Aquí construimos un futuro con migrantes y refugiados”. ¿Qué nos quiere decir esto?
Este lema quiere concretar más este tiempo convulso y profundizar en el de la anterior Jornada. Si entonces el Papa nos pedía construir un “Nosotros cada vez más grande”, integrando a todas las nacionalidades presentes, ahora es algo más exigente: Construir juntos el futuro. Supone pasar de un “nosotros”, de acogida, protección, promoción e integración a un “nosotros” que tenemos que, juntos, construir un futuro de paz y prosperidad. Trabajando para afrontar los desafíos del presente, que son muchos, desde la misericordia y el encuentro, para crecer como Iglesia, como sociedad y como Humanidad.
El lema tiene más actualidad que nunca, en este tiempo de guerra donde tenemos a tanta gente recién llegada entre nosotros.
Sí, desde el 24 de febrero, mayoritariamente mujeres y niños, y algunas personas mayores.
Unos llegaron por vía estatal y las ONG Accem y Cruz Roja fueron designadas por el Principado para la primera acogida. Otros se instalaron con familiares y amigos. En la diócesis nos organizamos creando la Mesa diocesana de Acogida de Ucrania (Cáritas, Migraciones y Confer) para ayudar. En abril esta mesa lanzó un comunicado para explicar a toda la diócesis la situación en la que nos encontrábamos. Gracias a Dios, Cáritas diocesana ha prestado ayuda a los alojados con familias o amistades, que no usaron la vía estatal, y que necesitaban apoyo en la manutención, el vestido y a veces con medicinas. También en el aprendizaje del español y ayuda psicológica. Además, la Iglesia presta acompañamiento a través del sacerdote ucraniano Stephan Urych, que lleva ya un tiempo atendiendo a la importante comunidad ucraniana en Asturias.
¿Qué actividades vais a llevar a cabo con motivo de esta Jornada?
En primer lugar, un Círculo de Silencio este viernes, en la Plaza de la Catedral a las 19 h. Es una manifestación pacífica a favor de la defensa de la común dignidad humana y los derechos que le corresponde. Que responda a la pregunta: “¿Cómo podemos construir un futuro donde todos quepan y podamos vivir en paz y fraternidad?”. También celebraremos el domingo la eucaristía en el Corazón de María (Oviedo) a las 18 h. Estáis todos invitados.
En el Secretariado de Pastoral de Migraciones sois un equipo. ¿Cómo trabajais juntos?
El 2 de octubre de 2020 formamos un equipo muy sinodal, porque está compuesto por sacerdotes, religiosos y laicos, algunos de ellos extranjeros. Lo hicimos en un pequeño margen de respiro que tuvimos después del confinamiento total. Prácticamente todo el tiempo hemos tenido que trabajar a través de medios digitales, a distancia. Sin embargo, hemos podido presentar una programación para toda la diócesis, con el objetivo de dar visibilidad e integrar en nuestras parroquias y unidades pastorales a los migrantes a través de la cultura del encuentro, la fraternidad y el trabajo pastoral en común. No buscamos una pastoral aparte, sino de integración, porque esto enriquece a las comunidades parroquiales.
Además de constituir la Mesa diocesana de Acogida a Ucrania, también nos hemos formado, tres de nosotros hicimos el curso de Agentes de Pastoral de Migraciones con la Conferencia Episcopal, y también organizamos en esta última Semana diocesana de Formación el curso “Comunidades acogedoras y misioneras”, aquellas comunidades que todos anhelamos, en las que caben todos y Cristo es el centro de la persona y de la comunidad.
