Historia del “Santuario del encuentro”

Publicado el 14/01/2022
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Historia del “Santuario del encuentro”

Entrevista al párroco de Cangas del Narcea y Arcipreste de El Acebo, Juan José Blanco, ante la Nueva edición del volumen “Historia del Santuario de Nuestra Señora del Acebo”

 

¿Qué sabemos del padre Alberto Colunga Cueto, autor del libro?

De él se puede hablar mucho y muy bueno. Nació en 1879, en Noreña. Ingresó en Corias, donde entonces estaba la primera parte de la formación de los dominicos. Hizo allí su preparación y acabó estudiando en la recién formada Escuela Bíblica de Jerusalén, donde se graduó y doctoró en Sagrada Escritura. Fue una persona de una gran formación y talla intelectual, y profesor de la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino, Angelicum, de Roma. Este dato es importante, porque allí preparó un estudio histórico crítico de la Sagrada Escritura. Precisamente por esa obra le quitaron el nihil obstat y le mandaron otra vez a España. Aquello le supuso el “destierro” de la ciudad de Roma y de sus universidades punteras, pero con los años se reconoció que había sido un avanzado a su tiempo, se le volvió a dar el nihil obstat y Pío XII le incorporó como miembro de la Pontificia Comisión Bíblica. 

El mayor valor de este libro, por tanto, es además de la historia que narra, su autor. Él recopiló toda la información que tenía a mano del Santuario del Acebo, manejó textos incluso que hoy por desgracia ya no tenemos.

¿Por qué ahora una reedición de este volumen?

En el archivo del Santuario manejamos una segunda edición, que data del 3 de febrero de 1925. La primera es del 1909. Quedaban ya pocos ejemplares en circulación, además de un pequeño tamaño y de un papel muy susceptible al deterioro, y pensamos que la mejor manera de conservar esta historia en el tiempo era haciéndola accesible a todo el mundo. Es la recuperación de una obra literaria histórica ya, que podemos definir como fuente. Y todo en un formato de calidad, con el prólogo del Obispo de Sigüenza Guadalajara, Mons. Atilano Rodríguez.

Hay noticias del Santuario desde el siglo XVI. ¿Qué podemos saber de él desde el punto de vista histórico?

Efectivamente, la primera noticia que tenemos del Santuario es del 8 de diciembre de 1575, cuando las crónicas registran allí un primer milagro de sanación. Una muchacha que, tal y como se describe en los documentos, tenía la “pierna seca”, y gracias a la intercesión de la  Virgen se le había curado.

Anteriormente allí había una capilla con una imagen de la Virgen y la gente subía a visitarla y a rezar, como en tantas otras capillas que hay en la zona. Era una capilla muy modesta, tanto que había que entrar agachado, el techo era de tablilla y dentro sólo había una cruz de palo y la imagen de la Virgen del Acebo. El origen real no lo conocemos. Unos estudios nos hablan del siglo XIII, así que ciertamente estamos hablando de un lugar con solera, y que tiene en sí mismo un halo espiritual, ya desde el punto de vista meramente natural, por su hermosa localización.

¿Cuál fue su evolución?

En torno al 1600 la iglesia ya estaba casi como la conocemos hoy, aunque por supuesto ha habido añadidos a lo largo de los años. También estaban la Casa de las Novenas, y la Casa Rectoral. La primera era un sitio donde las personas que subían en peregrinación podían cobijarse. Pocos años después, surgió la primera cofradía de la Virgen del Acebo. Desapareció y se refundó años después con personajes muy ilustres. En el siglo XVII llega a tener 20.000 miembros. Era una cofradía que recibía grandes privilegios de la Santa Sede y que estaba involucrada con la Archicofradía de la Resurrección, cuya sede estaba en la iglesia de Santiago de los Españoles, en Roma. 

Era conocida más allá de nuestras fronteras, entonces

Sí, el ámbito de influencia no sólo se distribuía por esta zona del suroccidente: Luarca, Pravia, Valdés, Tineo, etc. Estaba muy vinculada a la tradición vaqueira, de hecho la patrona de los vaqueiros es la Virgen del Acebo.  También venía gente de León, de Galicia, y de Madrid, por la cantidad de personas que emigraban allí.

¿Cómo es la devoción hoy a la Virgen del Acebo?

Es una devoción fuerte, hay una vinculación espiritual muy importante, sobre todo con aquellos que hunden sus raíces en esta zona. Y es una devoción muy humana y agradable porque el Santuario es un ámbito de encuentro. Yo lo defino como el Santuario del Encuentro, porque aunque las infraestructuras son muy sencillas y limitadas, condicionadas por el lugar en el que se encuentra (a 1.189 metros sobre el nivel del mar), allí la gente siempre va en compañía. Rara vez acude alguien solo. Y después de rezar y visitar a la Virgen, se tienen momentos de fraternidad , por lo que es un santuario muy familiar y como digo, del encuentro: con la trascendencia, con quien está a nuestro lado y por supuesto, con uno mismo.

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