“Hacemos las cosas porque nos urge el amor a Dios y a los hermanos que padecen necesidad”

Publicado el 04/11/2022
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“Hacemos las cosas porque nos urge el amor a Dios y a los hermanos que padecen necesidad”

“Gracias por tanto” es el lema del Día de la Iglesia Diocesana que se celebra este domingo, 6 de noviembre. En esta ocasión la campaña ha querido centrarse en el agradecimiento, porque lograr que las parroquias estén “vivas, apasionadas por Jesucristo y entregadas a los demás” es obra de mucha gente, de su tiempo, de sus oraciones, de su apoyo económico y sus cualidades. Las parroquias asturianas han recibido como siempre la publicación “Nuestra Iglesia”, en la que se puede comprobar la cuenta de ingresos y gastos del año 2021 en la diócesis, así como la memoria de actividades de la Iglesia en Asturias. Sobre ello nos habla el Ecónomo diocesano, Antonio Nistal, en esta entrevista:

En la cuenta de resultados aparecen unos ingresos en el año 2021, en concreto son 9.994.772,32 euros ¿Por qué vías obtiene la Iglesia esta cantidad?

La principal fuente de aportación para la Iglesia ha sido, como siempre, la proveniente de los fieles, el mismo Pueblo de Dios. Ellos con sus donativos, con las colectas, con las suscripciones en distintos programas, son los que sostienen la actividad de la Iglesia en esta diócesis y en todo el mundo. 

Es verdad que en nuestro caso en particular viene una partida importante a través de la Declaración de la Renta, al marcar la X en la casilla de los “Fines destinados al sostenimiento de la Iglesia católica”, porque al final son los contribuyentes cristianos, los creyentes, los que deciden dirigir parte de su contribución a los gastos comunes a través de la Iglesia. Los donativos son siempre iniciativas de los fieles que deciden sostener a la Iglesia en sus necesidades.

Los gastos ordinarios del 2021 también aparecen reflejados ¿Cómo se gasta la Iglesia diocesana todo el dinero que recoge?

Hay varios capítulos que monopolizan la mayor fuente de recursos, uno de los más importantes son los programas de rehabilitación y de conservación del patrimonio. Son muchos los recursos que se movilizan para conseguir que todo ese patrimonio, que además tiene un gran valor histórico, cultural y artístico, se conserve lo mejor posible y las parroquias saben bien los esfuerzos que eso conlleva. 

Luego está el sostenimiento del culto a través de la remuneración, la retribución del clero, sacerdotes y religiosos, la Seguridad Social así como de los seglares que trabajan con su dedicación profesional en distintas tareas. 

Las acciones pastorales y asistenciales es lo siguiente en importancia: todo lo que son las ayudas a actividades asistenciales, actividades pastorales, o a otras entidades diocesanas que por definición necesitan ser siempre subvencionadas, me estoy refiriendo en particular al Seminario y a la Casa Sacerdotal donde están los sacerdotes mayores que necesitan de la colaboración de la diócesis para que vivan en las condiciones que merecen después de tantos años de servicio sacrificado y abnegado a la labor pastoral.

La actividad de la Iglesia en Asturias es muy numerosa, en el año 2021 aparecen 2.300 bautismos, cerca de 3.300 comuniones, más de 500 matrimonios, eso tan solo en la actividad celebrativa, pero la actividad caritativa y asistencial es también muy potente: más de 59.000 personas fueron asistidas el año pasado en la diócesis en 193 centros. ¿Cree que toda esta actividad se conoce?

La verdad es que no hacemos las cosas para que se conozcan, ni para que nos feliciten; las hacemos porque nos urge el amor a Dios y a los  hermanos que padecen necesidad o que necesitan que se les anuncie la buena noticia del Evangelio. Bien es cierto que de cara a la sociedad en general es necesario que se reconozca la labor que se lleva a cabo de una manera generosa, anónima, entregada, como hacen tantos voluntarios a través de la Iglesia: en Cáritas, en Manos Unidas, a través de la asistencia a la tercera edad, en centros de rehabilitación, etc. 

Nos gusta que fuera un trabajo callado, pero al mismo tiempo para sostener todas estas actividades se necesita darse a conocer para poder movilizar a más gente, no solo a los cristianos, en el sostenimiento de esta ingente labor.

De todas estas actividades que aparecen recogidas en la Memoria del año 2021 en “Nuestra Iglesia” ¿Qué cree que es aquello que es menos conocido o que es más curioso?

Son tantísimas las acciones que se desarrollan a través de las parroquias y en general de las entidades eclesiales que es difícil elegir alguna. 

A mí particularmente me parece que la actividad cultural requiere un gran esfuerzo del que a veces no somos conscientes, no solamente a nivel económico, sino de dedicación y de esfuerzo por sostener un patrimonio que es de toda la sociedad asturiana y no queremos y no podemos renunciar a ello. 

Hay que ponerla en valor y en eso estamos empeñados. La riqueza cultural de la Iglesia en Asturias en las zonas más pequeñas y menos pobladas es muy sobresaliente.

Luego, la diócesis está sosteniendo también la misión en Benín, por ejemplo, que también supone una movilización de recursos: es una ayuda al Tercer Mundo, a los lugares de primera evangelización, y que gustosamente se enfoca a través de la Delegación de Misiones, esos recursos y ese trabajo hacia esos hermanos nuestros más necesitados.

Ambas actividades están volcadas en el bien común de nuestra sociedad. 

En estos tiempos en que se habla de recesión, de crisis económica, de una subida de precios que es más que evidente y todos notamos en el día a día, ¿cómo afecta esto a la Iglesia?

De una manera muy importante. Hay que pensar que los recibos de la luz en las parroquias suben y suben mucho como pueden subir en los de las casas y esto afecta a la economía de cada parroquia. Suministros eléctricos, suministros de energía en general, la calefacción ahora que empezamos el invierno… 

Todo esto plantea un reto a los sacerdotes como administradores de sus parroquias que van a tener que sortear y con ayuda de todos los feligreses, y al mismo tiempo todas las actividades pastorales. Todo está subiendo y nosotros somos partícipes también de esta situación que afecta a tantas familias, por no hablar de la gente que se ayuda desde Cáritas, que ya ha alertado de cómo está extendiéndose la pobreza a muchas familias que hasta ahora han estado libres de ella. Las necesidades se multiplican, esperemos que también con ocasión de la Jornada de Ayuda a la Iglesia Diocesana ese fondo común también se multiplique en la medida de lo posible y que como los panes y los peces llegue a una gran multitud.

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