“Es gratificante ver que encuentran a Dios”

Publicado el 23/10/2020
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“Es gratificante ver que encuentran a Dios”

Rita María Jiménez Carvajal es catequista de Confirmación en el Catecumenado de Adultos

Tras un retraso debido a la emergencia sanitaria, sesenta personas pudieron finalmente recibir los sacramentos de iniciación, Bautismo, Comunión y Confirmación, en la Catedral de Oviedo tras su formación en el Catecumenado de Adultos. Rita María Jiménez Carvajal ha sido una de sus catequistas en Oviedo, labor pastoral que también realiza con niños y jóvenes en su parroquia de San Francisco de Asís.

¿Qué personas acuden al Catecumenado de Adultos?

Tienen circunstancias muy diversas. En mi caso imparto la catequesis para recibir la Confirmación y me he encontrado con personas que se van a casar y deben tener este sacramento o que les han ofrecido ser padrinos de bautismo. También hay gente que por algún motivo se les quedó pendiente y lo fue dejando, no porque se hayan alejado de la Iglesia, pero sencillamente no lo recibieron en su momento. Otros casos son personas que han vuelto a acercarse a la fe a raíz de una enfermedad o de algún problema, han experimentado una conversión y desea completar esa iniciación.

¿Cómo se desarrolla la catequesis de adultos?

La formación es la misma: profundizando en el Credo para hablar de Dios Padre, de la creación, de Jesucristo, del Espíritu Santo; los sacramentos, la vida cristiana. Lo que cambia mucho es el planteamiento con respecto a la catequesis para niños y jóvenes. Con ellos tienes que hacer más actividades y dinámicas y con los adultos es una catequesis más de vida. Normalmente cada día lo enfocábamos desde una palabra, un texto del Evangelio o de otra parte de las Sagradas Escrituras relacionada con el tema que se quería tratar y sobre ello se articulaba la catequesis. Se partía de esa formación, pero al mismo tiempo en cada grupo hay problemáticas diversas y surgen preguntas que los niños y jóvenes no se plantean porque no tienen esa experiencia de vida. Los adultos tienen muchas dudas y mucha inquietud espiritual, por eso es una catequesis mucho más vivencial.

¿Y desde el punto de vista del catequista?

Es muy diferente, a mí al principio me daba bastante miedo porque yo estaba acostumbrada a niños y adolescentes al mismo tiempo sin embargo es muy enriquecedor porque te implica más exigencia. Los adultos les dan mucha más vueltas a las cosas y a veces te plantean temas que dices esto lo tengo que reflexionar, preparar o incluso preguntar para la próxima catequesis. La gente con la que yo me he encontrado es extraordinariamente receptiva y es muy gratificante ver que poco a poco les va calando incluso aquello en lo que no habían pensado o no se habían planteado, y sobre todo ver la sed de Dios y la inquietud espiritual que tienen.

¿Cómo vivieron catecúmenos y catequistas la ceremonia de la Catedral?

Estaban muy emocionados, mucho, con esta emoción contenida y alegría, que yo siempre digo que viene del Espíritu Santo, muy serena pero que no puedes dejar de manifestar. Se celebró con retraso porque iba a ser en mayo, pero el confinamiento lo hizo imposible y así lo vivieron incluso con más alegría porque nos contaban que esas semanas echaron de mucho de menos las catequesis. Disfrutan mucho con ellas y parecía que el tiempo siempre se les quedase corto, había veces que teníamos que acabar, se hacía hasta tarde y seguían con más preguntas. Cuando retomamos ya con una fecha ya para la ceremonia lo vivieron con mucha ilusión. Para mí también lo es, siempre que veo una Confirmación revivo lo que fue la mía y es un momento de gracia muy especial. Me conmovió mucho porque era la primera vez que veía un bautismo de adulto y pensaba en lo que significaría recibir todos los sacramentos de iniciación en el mismo momento tienen que ser… Es muy gratificante también para nosotros, pero eso no es lo más importante, lo mejor es ver a gente que está buscando a Dios y que lo está encontrando.

¿Cómo pueden formarse en el catecumenado las personas que estén interesadas? 

El anuncio se hace en todas las parroquias así que pueden dirigirse a su párroco y si no, en cualquier iglesia pueden acercase al sacerdote y comentarle que quieren recibir esta formación. Este se pondrá en contacto con el responsable de cada ciudad y les llamaríamos para empezar en el catecumenado.

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