“Introducción al Archivo Capitular” y “Profundizando en el conocimiento de los fondos”, son las dos actividades para abonados que acoge la Catedral de Oviedo, estos días, para mostrar su rico y sorprendente Archivo Capitular. Hablamos con Juan José Tuñón, canónigo archivero, sobre ello.
¿Cómo se han planteado estas últimas visitas al Archivo Capitular?En esta ocasión con una novedad. En años anteriores lo que se venía haciendo era ir presentando el archivo de una manera general. Este año hemos hecho una división entre los que no han acudido nunca al archivo y lo ven por primera vez y quienes ya han venido en otras ocasiones. A los primeros les brindamos una visión general de la diferente tipología de los fondos documentales que tenemos. Para los que ya lo han visitado en años anteriores, vamos a ir presentando,aspectos más específicos. Desde los documentos que pueden ser más curiosos hasta otros de los que hemos oído hablar, pero que nunca suelen salir imágenes de ellos, y que en esta actividad sí que van a poder ver; se busca también que conozcan alguno de los códices, de los libros incunables, del fondo musical… Vamos ofreciendo diferentes aspectos de ese rico archivo que tiene la Catedral.
La primera de las visitas con aquellos que no conocían el Archivo ya ha tenido lugar, ¿cómo ha resultado?Acudió mucha gente, dentro de los grupos que organizamos que tienen un número limitado, pero abundante. Este año estamos respondiendo con más amplitud a la demanda creciente que del año pasado a este hemos percibido, de hecho hemos tenido que añadir un día y dos sesiones más para atender a todos los que están viniendo.
Sin duda, una gran satisfacción. Resulta muy gratificante, primero para quienes nos ocupamos de velar por ese depósito tan importante y tan interesante, no solo para la Catedral sino para toda Asturias y que tiene además una resonancia más allá de la región. Siempre es una satisfacción ver cómo quien acude disfruta viendo esos documentos que son un referente de nuestra historia. Estoy convencido de que todo el conjunto catedralicio lleva unas décadas en las que está despertando cada vez más interés. Creo que somos muy conscientes del papel histórico que ha desempeñado y cada vez tenemos más información de muchas cosas que hay por el mundo y eso nos ayuda a valorarlo más y querer conocerlo. Como experiencia es gratísima.
Para alguien que lo conoce tan bien, ¿cómo es verlo a través los ojos de quienes lo ven por primera vez?Me resulta muy agradable, me permite disfrutar de lo que les agrada encontrarse de golpe con documentos que sabían que estaban, pero no imaginaban que iban a verlos directamente, desde el Liber Testamentorum hasta el testamento de Alfonso II, pasando por el documento que recoge la visita de Alfonso VI y la primera apertura del Arca Santa con la relación de las reliquias, el poder ver algún incunable…
Siempre se remarca lo necesario que es conocer lo que tenemos para aprender a valorarlo, ¿sucede en este caso?En los años en los que me he tenido que ocupar de cosas de patrimonio estoy convencido que es importante el trabajo que se hace ya desde las parroquias donde la gente implicándose en el arreglo de su templo, en la limpieza de su retablo… lleva también a valorar mucho más lo que se tiene. Y en el caso de los archivos que han sufrido tanto en los siglos XIX y el XX por una serie de razones históricas que han hecho que a veces los documentos fuesen precisamente los primeros que eran agredidos, el hecho de que se tenga ese contacto ayuda a darnos cuenta de la riqueza que tenemos desde el punto de vista patrimonial y en este caso documental y bibliográfico.
